Muchacha testaruda.

Narra Sergio.......

Mi trabajo en la oficina ha terminado por hoy, fue un día bastante estresante, puesto que la muerte del Señor Smith me ha traído más carga de trabajo.

Bajo por el ascensor hasta el estacionamiento, subo a mi auto y manejo hasta mi mansión listo para descansar, Estacionó mi auto y me dirijo hasta la puerta principal, en seguida mi mayordomo, me deja pasar, pero no sin antes informarme que la Señorita Smith no bajo a almorzar y tampoco a cenado. Sabía que sería difícil tenerla en casa, pero no pensé que fuese un dolor de cabeza, es peor de lo esperado.

Subo las escaleras y me dirijo hasta la habitación que me dicen que le han asignado. Tocó la puerta un par de veces y no hay respuesta, tocó en repetidas ocasiones, pero no hay ni una sola señal que me indique cómo se encuentra. En mi desesperación le ordenó a mi ama de llaves que me brinde la entrada al cuarto de Mia, ella acata mis órdenes y abre. Entró desesperado a la habitación y me encuentro con una Mía, semidesnuda tendida en la cama tomando una siesta.

Doy un suspiro de alivio al darme cuenta que se encuentra bien, me doy la media vuelta y me dirijo a la salida, En ese instante escucho a mis espaldas a una Mía, demasiado enojada.

Mía: Como se atreve a entrar a mi habitación sin pedir autorización. Es usted un depravado.

Sergio: Le toque en repetidas ocasiones, y en ninguna hubo respuesta, Temi que le sucediera algo y opte por pasar.

Mía: Que conveniente respuesta, no pensó solo un momento que tal vez estaba dormida.

Sergio: No lo imaginé, puesto que no son horas para dormir.

Mía: No sabía que le tenía que pedir permiso para dormir.

Sergio: Para nada es el caso, solo procure avisar a mis empleados, para no volver a pensar que le sucede algo.

Mía: Independientemente de que está sea su casa, supongo que no debería de tener otra llave de mi habitación.

Sergio: Ya lo has dicho todo, está es mi casa y yo tomo las decisiones.

Mía: Insisto en que me entregue la otra llave de la habitación.

Sergio: Eso es imposible, puesto que las requiero por si alguna urgencia.

Mía: Le he pedido algo.

Sergio: Deje de ser tan testaruda e infantil. Con Permiso y Buenas noches.

Mía se quedó boquiabierta, el había Sido bastante grosero con ella, no estaba dispuesta a tolerarlo.

Se paró de su lugar y se dirigió a la habitación de Sergio, tocó muy fuerte en repetidas ocasiones.

Sergio se preparaba para tomar un baño, se había quitado el saco y la camisa.

En ese instante Tocaron a la puerta sin compasión alguna, Sergio camino muy serenamente hasta la puerta y la abrió, Pudo encontrarse con una Mía bastante enojada y aún en bata.