XIX. Confesión

EMMA

Contemplo dormir a Greg plácidamente; ya la enfermera le sacó la sangre y le dieron un calmante. Cruzo la pierna por encima de la otra y no aparto mi mirada de él.

¿Quién es esa mujer? ¿Por qué Greg reaccionó así en cuanto la vio? Cierro los ojos y mi cabeza máquina tan rápido, que mil escenarios cruzan mi mente. Jamás en mi vida la había visto y Greg tampoco me habló de ella en ningún momento. O por lo menos, no lo recuerdo.

Me levanto y me inclino hacia él, dejo un beso sobre su frente y salgo de la habitación. Bajo las escaleras; Lisa y Frank se encuentran hablando de alguna cosa sin importancia. Al verme se quedan callados, me siento en el medio de los dos y resoplo con cansancio.

— ¿Quién es esa mujer? Frank ¿La conoces? — giro mi rostro hacia él y retiene el aire por unos segundos antes de asentir —. Te escucho...

— No sé si sea buena idea...

— ¿Qué? Solo dime quien es y ya.

— A mi no me compete. Creeme, no quieres conocer a Greg cuando se enoja.

— Habla — ordeno molesta. Pasa saliva y se levanta del sillón.

— Frank, habla — insiste Lisa.

— Esta bien, hablaré — pasa sus dedos por el cabello y se acuclilla frente a nosotras —. No conozco muy bien esa historia. Lo poco que sé; es que ellos se iban a casar o estaban comprometidos, por que así sus padres lo decidieron. Las razones del por qué no se casaron no las sé.

Me quedo en silencio y un nudo se forma desde mi estómago subiendo por mi garganta, y quedarse ahí atorado. Me pierdo en los ojos del rubio y por más que pase saliva, no consigo hablar.

— Unos decían que ella le había sido infiel con su hermano, y otros que se había ido del país por un supuesto embarazo.

— Pero...Greg no tiene hermanos... no entiendo, Gregory vivió en Estados Unidos desde los 18 ¿Cómo es posible? — susurro con la mirada perdida.

— Sí, tiene un hermano. Es un año mayor que él. Hace muchos años no lo han visto en el pueblo — estoy impactada. De repente siento que no conozco a mi esposo —. Como te dije, los padres de esa víbora y los padres de Greg, planearon su boda desde pequeños.

Se calló y reí con amargura. Frank conoce muy bien el pasado de ellos. Me esta ocultando cosas. Lo sé.

— Termina de hablar — lo miro a los ojos y rasca su cuello nervioso.

— Me va a matar — murmura y levanto una ceja —. Te lo diré, pero de mi boca no ha salido nada...

Asiento y suspira.

— Después de la pelea con sus padres por que él no se iba a dedicar a la granja; Greg se fue a estudiar tal y como ya lo había planeado, la relación de ellos era más por llamadas, Greg no tenia tiempo de venir aquí. A los meses Jessie se fue a Francia, y duraron un poco más de dos años teniendo una relación a distancia.

Se queda callado y ríe con ganas.

— Era noche buena y ambas familias estaban reunidas como todos los años; Greg estaba a poco de acabar su carrera y ya había empezado a construir el periódico — clavó sus ojos mieles en los mios —. Esa maldita víbora venenosa se perdió y casualmente Jeff también... pues Gregory salió en busca de ella y los encontró teniendo sexo en una de las habitaciones de la enorme casa. Greg es el hombre más pacífico que he conocido, pero ese día se transformó por completo ¡Y quien no se volvería loco después de encontrar a la mujer de tu vida en brazos de tu propio hermano!.

Abro los ojos y solo escucho el jadeo de Lisa a mi lado. Frank luce molesto. Pareciese que recordar el pasado le afecta bastante...

— Todo acabó mal esa noche. Los hermanos Lam se pelearon y Jeff se esfumó como por arte de magia, los padres de Gregory aún seguían con los estúpidos planes de boda entre ellos y Greg se negó volvió a Estados Unidos y, solo apareció cuando el periódico entró en funcionamiento — toma aire y lo suelta lentamente —. Desde su llegada lucía totalmente cambiado, y no hubo necesidad de palabras. Todos optaron por el silencio. La víbora y Jeff quedaron en el pasado. Lo que me pregunto yo es: ¿Para qué ha vuelto esa maldita víbora?.

Paso mis manos por el rostro e inconsciente me levanto del sillón y salgo de la casa: el frío golpea mi rostro, pero las dudas y esa confesión que ha hecho Frank me ha dejado desorientada. No puedo creer lo que acabo de escuchar.

Mi propio esposo me había ocultado cosas importantes. Y aunque sea su pasado, no confió en mí y no me dijo la verdad. Me abrazo a mí misma y tiemblo de frío. Camino por las calles cubiertas de nieve y es donde caigo en cuenta que no traigo chaqueta, ni guantes, ni gorro; salí de la casa sin poner atención a nada ni a nadie.

Mi corazón esta rompiéndose en pedazos, y no por mí; por qué no fui la engañada. Estoy deshaciéndome por la traición que esa mujer le hizo al amor de mi vida...

— ¡Hey, Emma! — giro mi rostro y me encuentro con Sherman saliendo de su auto —. ¿Qué haces así en medio de la nada? Vas a enfermar.

No respondo nada y me mira atentamente.

—¿Estas bien? Ven, te llevaré a casa — me agarra del brazo y me empuja hacia el auto —. ¿Qué te ha pasado?.

— Gregory me mintió desde el principio ¿y que fui yo? — tensa el cuerpo y se detiene —. La chica tonta e ingenua que usó para olvidar a la mujer que le traicionó.

— Así no son las cosas — sonrío con ironía y me suelto de su agarre —. Greg te ama... entiende que fue un duro golpe en su vida, tú fuiste su salvación.

— Ya no lo sé, y solo me queda esperar que él recupere la memoria. Pero en sus ojos ví amor cuando la vio a ella — giro con lágrimas en mis ojos y lo dejo ahí con sus gritos a mis espaldas....

Seré incompletamente feliz, si tú lo eres en brazos de un amor pasajero.... Susurré y caminé sin rumbo en la espesa nieve.

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