Trece

...*** Narra Kaylee ***...

Comienzo a abrir mis ojos lentamente. Y veo que no estoy en mi habitación, sino en la de Haylee. Me giro y la veo sentada con la tablet en sus manos.

-Buenos días Haylee 

-Hola hermanita -dice con una sonrisa apagada -¿Cómo te sientes?

-Mal, si te soy sincera 

-¿Tienes hambre?

-No, tengo un nudo en el estomago 

-¿Quieres que hablemos?

-Prefiero que no

Creí que iba a insistirme pero ella simplemente asintió con la cabeza.

-¿Qué hora es?

-Son las 9 de la mañana

-¿Y la escuela?

-Bueno, son muy accesibles en el colegio y nos dieron una semana de luto

-Voy a tomar una ducha

-Puedes tomarla aquí en mi baño

-Haylee, no voy a cometer una locura

-Me sentiría más segura si estuvieras conmigo

-Haylee, necesito que confíes en mi

-Tu no entiendes

-Yo no sería capaz de hacerte sufrir provocando mi muerte, el simple hecho de imaginarlo me rompe el corazón

-Tienes 10 minutos o juro que entro al baño sin importarme que pase

-Voy a cantar, así vas a ver que estoy viva

-Esta bien

Entro a su baño y comienzo a cantar, me desvisto y entro a la regadera sin dejar de cantar. Después de terminarme me pongo una bata de baño y envuelvo mi cabello con una toalla. Salgo y veo a Haylee sentada cerca de la puerta con la tablet en las manos.

-Lo ves, estoy viva

Se pone de pie y ambas vamos a mi cuarto. Tomo un pantalón negro y una playera del mismo tono, después trenzo mi cabello y me miro al espejo. Mi mirada estaba cargada de dolor y si a eso le agregamos un sentimiento de vacío todo esto se volvía menos soportable.

Mi tía Makena entra con la vista agachada y la levanta para mirarme. Puedo ver que trae puesto un vestido negro de encaje pegado a su cuerpo. Su cabello estaba recogido en una coleta y no llevaba ni una pisca de maquillaje.

-Tu padre te está esperando en el estudio

-Ya bajo enseguida -le digo mientras me levanto -Deberías de tomar un baño -le digo a Haylee -Además voy a estar bajo la supervisión de papá

Me da un beso en la frente y asiente mientras va a su cuarto y yo voy al estudio de mi papá. No hizo falta tocar la puerta porque estaba abierta y mi padre estaba mirando la entrada.

Entre en silencio y me senté a su lado en el sillón.

-¿Cómo te sientes pequeña? -acaricia mi mejilla

-Mentiría si te digo que bien

-Y yo agradecería que no me mientas, que seas completamente sincera con lo que sientes

-¿Dejo Colette una carta suicida?

Mi papá niega con la cabeza.

-¿Tu sabías que iba a suicidarse?

-Tenía sospechas de que podía hacerlo

-¿Y por qué no hiciste lo posible para evitarlo?, ¿Por qué no era tu hija de sangre?

-No cariño, si estaba ayudándola y a pesar de no ser mi hija de sangre, le di mi apellido, una cuenta con dinero para que pagara sus compromisos, pagaba las colegiaturas desde el kínder así que considero injusto que me digas eso

-Lo siento -y me abruman unas ganas inmensas de llorar -Perdóname, no se porque dije todo eso

-Porque estas herida

-No entiendo porque las personas que amo terminan suicidándose

-Tienes que saber algo Kaylee

-¿Qué cosa?

-Tu madre tenía un comportamiento de impulso, pero no cualquier impulso, era capaz de hacer cualquier cosa

-No te entiendo

-Por 10 minutos tenía un ataque impulsivo, no era consciente de sus acciones, podía cometer un montón de locuras en esos 10 minutos sin saber el daño que estaba causando o las consecuencias que vendrían después

Yo no tenía ni la menor idea con respecto a eso, no tenía idea de que ella sufriera ataques impulsivos.

-Lamentablemente tuvo un ataque impulsivo que hizo que se suicidara y no había nadie para detenerla, era inútil hacerla razonar ya que simplemente la mente se bloquea durante esos minutos, solo tiene un objetivo y a pesar de todos los obstáculos que se interpongan solo tiene algo claro y lo cumple porque lo cumple

Mi respiración se volvió más pesada y la cabeza empezaba a tratar de dolerme.

-Pero eso no es lo único que tienes que saber... -me mira profundamente y después de un suspiro me dice -Es hereditario, tu hermana Colette, Haylee y tu lo tienen

-¿Qué? -pregunto casi horrorizada

-Tiene que haber un detonante que comience a estimular esos ataques, y temo decirte que el engaño de Abdel fue el detonante de Colette

-¿Se suicidó por un ataque impulsivo?

-Si, esa es la razón por la que no hay carta suicida, ella no lo había planeado, simplemente llegó a su mente la forma de acabar con su dolor, tuvo un ataque y lo hizo, sin miedo y sin detenerse a pensar en las consecuencias de sus acciones

Las lágrimas salían de mis ojos y mi papá me abrazo fuertemente. Poco después comenzó a acariciar mi cabello lentamente.

-¿Haylee ha tenido un ataque?

-Tuvo el primero cuando tenía 5 años, y desde ese momento ha trabajado muy duro para dominarlo y lo ha conseguido

-Yo jamás he tenido esa clase de ataques -lo miro asustada -¿O si?

-No, por suerte, pero tenemos que trabajar en él, ahora que estoy aquí voy ayudarte a controlarlo

-Gracias papá, sin ti de verdad que no sabría que hacer

Me acurruco en su pecho y nos quedamos así por un largo tiempo. Hasta que Haylee baja y todos vamos al panteón a enterrar a mi hermana. 

Mis amigos me acompañaron y de verdad si no fuera por ellos estaría tirada en el piso o probablemente teniendo un ataque de impulso, ahora que sabía que eso existía y era parte de mi gracias a la genética de mi madre.

Ya eran las 10 de la noche, Haylee estaba a mi lado dormida, mi papá en su recámara dormido probablemente y mi tía Makena igual.

Tomo mi celular y le mando un mensaje a esa persona que no dejaba mi mente de pensar.

"Tenemos que vernos en la cabaña del bosque, necesito hablar contigo"

Me levanto de mi cama en completo silencio, entro al armario, me pongo un pantalón de mezclilla, una playera oscura y una sudadera. Me hago una coleta con mi cabello, tomo mi celular y lo pongo en modo vibrar. Por último tomo mis tenis y unos calcetines.

Bajo las escaleras en completo silencio, y abro la puerta de la cocina. Me pongo los tenis y voy directo a la cabaña del bosque, donde pasábamos los fines de semana cuando yo era una niña.

Siento el celular vibrar en mi bolsa del pantalón, miro la pantalla y leo el mensaje.

"Llego en 30 minutos"

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