Décimo octavo capítulo.

Luzma: Luisa no estás bien porfavor suéltame, e iremos a la casa y te prometo que buscaremos ayuda las dos.

Lufer: Yo no soy una maldita loca como tú.

Luzma: Ya basta, papá y mamá deben de estar muy preocupados, no les hagas esto.

Lufer: Claro deben de estar preocupados por su niña Luz, la estúpida Luz.

Mientras tanto en la mansión....

Néstor: Amor ya no llores, emos estado preguntando y algunas personas creen a ver visto el coche de Luisa dirijirce para el norte, mis hombres Alex y yo iremos a buscarlas por dónde sea.

Abuelo Maldonado: yo me quedaré con ustedes, no quiero que estén solas ya es muy noche, es mejor que descansen.

Itzel: Como puedes pedirme que descanse, no se dan cuenta de lo que está pasando, mis niñas.

Alex y Néstor junto con muchos hombres y en diferentes camionetas fueron por demasiados lugares, pero no había ni una señal de ellas.

Mientras tanto Luzma y Lufer.

Narra Luzma.

Luzma: Lufer me dejo sola, escuché como salió a hablar con unos hombres que contrato, tengo que buscar la manera de salir de aki, si tan solo me pudiera desamarrar. talvez si cortó la soga de mis manos con la ventana rota, pero necesito buscar el momento adecuado para que Luisa no entre, tal vez en la noche cuando esté dormida.

Las horas transcurrieron, Luisa se quedó dormida en la silla aparragada a la mesa, que era lo único que había en la habitación, Luzma pensó que era el momento indicado, con mucha precaución se puso de pie y dió pequeños brinquitos hasta llegar a la ventana, poco a poco y en silencio fue cortando un lado de la soga, Lo logro había logrado cortarlo, y para no levantar sospechas decidió no actuar hasta unas horas más tardes, casi al amanecer Luzma decidió que era el momento, se desamarro los pies y camino hacia la ventana, pretendía abrirla un poco para ver qué tantos hombre habían custodiando el lugar. Noto que había 3 hombres, y aunque eran solo 3 ella no sabía la manera en que podría defenderse de ellos.

Así que ideo un plan, camino al lado de Luisa y tomo el trapo y el líquido, puso un poco en el trapo y decidió drogar a su hermana, Al principio Luisa reaccionó, pero la droga fue tan rápida, que inmediatamente quedó inconsciente, decidio cambiarse de ropa con su hermana, ,ya que así los hombres no se darían cuenta que en realidad no era Luisa, luego de haberse cambiado amarro de manos y pies a su hermana y de encinto la boca para que si se levantara no pudiera hablar y levantar ni una sola sospecha, El momento había llegado Luzma se tenía que armar de valor y salir a hablar con esos hombres, ella estaba temblando, temía que la descubrieran y la matarán, pero estaba dispuesta a correr riesgos con tal de salir de ahí.

Luzma: Muchachos quiero que me ayuden a subir el cuerpo de mi hermana a mi auto.

Hombres: Claro Señorita Luisa.

Luzma estaba satisfecha, por lo menos no habían notado que no era Luisa.

Los hombres ayudaron a Luzma a subir el cuerpo y luego ella les dió instrucciones.

Luzma: Ya pueden retirarse y gracias por la ayuda.

Hombres: no es nada Señorita, valla con cuidado.

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