Visitante nocturno

Zara esperaba ese momento, hoy ya nadie le prestaría atención, los sirvientes estaban cansados por los preparativos de la boda, Jonson estaba ebrio tumbado en su cama, solo tenía que hacer lo que planeo desde que llegó a ese lugar.

De alguna forma se sintió triste por dejar a Emma y Laura, pero era lo correcto, ellas fueron buenas con ella pero además de eso nada, la amabilidad de unos días no podía ser motivo de sacrificio de por vida, mucho menos por las crueldades que estaban por llegar en horas.

También se dio cuenta que el cuerpo de seguridad de Edgar se había relajado después de que ella no intentó nada los primeros días.

Cuando estaba por echar a andar su plan llegó alguien inesperado, una chica protuberante, de lindo rostro pero corazón malévolo y ambicioso.

Zara ya se había liberado de sus amarres, ella guardo muy bien el encendedor que utilizó Edgar días atrás, había sido toda una suerte que Laura no encontrara eso en su poder.

Lo que no sabía es que tanto Laura como Emma sí se dieron cuenta, pero la dejaron conservarlo, para Zara ese pequeño objeto era como su esperanza de escapar.

Y ni Emma ni Laura se la quitarían.

Minutos antes de que Rachel cruzará la puerta en la oscuridad de la noche, Zara con mucho esfuerzo comenzó a quemar la cuerda de algodón de su mano derecha, el calor en su piel la hacía sentir mucho dolor, el olor a la cuerda quemada no era muy fuerte a diferencia del olor que comenzó a despedir su propia piel.

Cuando la cuerda estuvo floja Zara hizo un movimiento brusco y la cuerda terminó por trozarse, de inmediato hizo lo mismo con la mano izquierda pero está vez con una mano liberada fue más rápido y menos doloroso.

Por último desató sus pies, ella sintió entumecimiento por permanecer en esa posición por demasiadas horas al día.

Cuando Laura la aseaba, Walter le ponía un tipo de relajante muscular para que ella perdiera su fuerza y no pudiera huir, en esos momentos era cuando Laura además de limpiar su cuerpo y le practicaba algunos ejercicios para que sus músculos no se dañara por estar en la misma posición.

Hacia flexiones con sus piernas, también con sus brazos y cuello, esto ayudó a Zara a salir rápidamente de su entumecimiento.

Cuando escucho que alguien entró a la habitación Zara se colocó en la misma posición que debería si estuviera atada.

Cerró los ojos, si la persona que entró la viera con cuidado sólo parecería que estaba durmiendo, cuando realmente estaba muy alerta.

La persona que entró fue Rachel y dio pasos sigiloso en dirección a Zara.

Pensando que la chica dormía, se sentó en la cama.

Zara por un minuto pensó que Rachel sintió empatia con ella y pena por su destino fatal, que tal vez se había arrepentido por lo grosera que había sido por la tarde cuando llevó el vestido blanco de novia.

Sus palabras han sido frías, despiada y malvadas.

- Qué ridículo, ¿cómo puede casarse de blanco una mujer barata como tú? , no sé qué te vio Edgar si no tienes nada de bueno, demasiado simple, tus manos están más dañadas que las mías, solo eres una estúpida que se cree cenicienta. Solo serás un juguete para Edgar, solo te utilizará y te olvidará. No sabes cuanto deseo que llegue tu primera noche, te aseguro que no podrás ponerte de pie por una semana.

Zara escuchó con cuidado cada palabra que salía de la boca de Rachel, y sólo se dibujo una sonrisa fría e irónica en sus labios, lo que provocó que Rachel se enfureciera y abofeteo a la chica que estaba atada, como era obvio Zara no tuvo oportunidad de defendderse y solo lamio la sangre de la comisura de sus labios.

No hizo un ruido de dolor ni grito para que alguien fuera a ayudarla, solo clavo sus ojos inyectados de sangre en Rachel, que huyó rápidamente.

Esta vez Zara no entendía por qué Rachel estaba allí con ella, pero lo único que pensó es que tal vez al igual que los otros sintieron pena por ella y fue a desearle para que no fuera muy duro el día que estaba por llegar.

De repente Rachel se inclino sobre Zara y quiso bajar sus pantis, ella vio un objeto en su mano, era un juguete sexual.

- Que hará Edgar al saber que la niña que ha esperado no es virgen, sin duda en otras mujeres no le importaría pero en ti. - Dijo en un susurro como si estuviera saboreando su triunfo.

Zara la había dejado avanzar un poco, solo para ver sus intenciones, una vez descubierta comenzó a mover las manos mientras Rachel estaba entretenida intentando despojar a Zara de su ropa interior, ella era más delgada que Rachel y también tenía el cuerpo débil por la falta de movilidad.

Así que solo estiró la mano y logró alcanzar un adorno de porcelana que estaba en una mesa de noche a un lado de la cama donde ella estaba postrada.

Rápidamente Zara lo tomó, pero Rachel se dio cuenta de que se movía, levantó la vista y vio sus intenciones, Rachel intentó someter nuevamente a Zara, la chica trató de resistir, sus deseos por huir fueron fuertes y consiguieron su cometido, estrelló la pieza de cerámica en la cabeza de Rachel, que aturdida y furiosa se abalanzó contra ella.

Zara brinco de la cama para no ser atrapada, pero su cuerpo era lento y los músculos rígidos, lo único que pudo hacer es intentar huir, se metió en el baño de la habitación, mientras que Rachel la seguía con sigilo, sabía muy bien que sí alguien de seguridad iba a echar un vistazo estaría en problemas por estar allí.

-Zara, sal, no te haré daño, podemos hacer un trato. - la voz de Rachel esa suave y parecía tranquila pero era fácil entender sus verdaderas intenciones.

- ¿Por qué me quieres lastimar? , no te he hecho nada - Zara no quería escuchar sus excusas o explicaciones sólo quería hacer tiempo para pensar como salir de ese problema.

Recordó que aún tenía el encendedor en la mano, el baño era una habitación dividida: una era el baño completo, con ducha y tina y la otra era un pequeño vestidor con poca ropa, en su mayoría eran blancos, donde también estaba un botiquín de primeros auxilios.

Zara comenzó a revisar todo, sacó los medicamentos y nada le servía, pero vio una botella de alcohol, y corrió por algunas toallas que empapo del líquido.

Afortunadamente nunca soltó el encendedor, lo tenía apretado en su puño. Después encendió una toalla y pronto las llamas comenzó, Zara fue al área de la ducha, se enredo una bata de baño y una toalla, abrió la llave de la ducha y quedó muy mojada.

Corrió a la puerta que abrió de par en par, el buenas humo comenzó a salir haciendo que Rachel se alarmara, ella estaba allí, si corría a pedir ayuda sería obvio que no fue a la habitación de Zara con buenas intensiones los juguetes sexuales con los que planeaba destrozar la virginidad de Zara y además torturarla permanecía en la cama. .

Entonces pensó que lo mejor era dejar a Zara quemarse hasta los huesos, lo que no vio venir fue que la chica estaba detrás de la puerta, oculta preparada para salir corriendo.

Ella salió con sigilo cuando Rachel le dio la espalda, el denso humo nublaba la vista, eso ayudó a Zara, cuando estuvo cerca de la puerta de la habitación, Rachel alcanzó a correr y tirarla, pero el golpe con la pieza de porcelana ya había dejó un poco aturdida y mareada, el olor a humo provocó que su cuerpo perdiera un poco de fuerza.

Cuando ambas cayeron al piso Zara que estaba siendo sostenida por los pies pateó a Rachel en la cara, ella se retorcido de dolor, entonces ella aprovecho para salir corriendo a toda prisa, iba mojada y descalza.

La adrenalina corría fuerte por su cuerpo, solo se detuvo a cerrar la puerta, alcanzó a ver a Rachel quejarse de dolor, pero no sé detuvo, cerró y se fue escaleras abajo, esperando que la cruel sirvienta no se recuperará rápido para alcanzarla.

Cuando cerró la puerta de la habitación no sólo fue por evitar que Rachel le diera rápidamente alcance también para evitar que alguien se diera cuenta que el vestidor de blancos estaba en llamas.

Rachel se sintió débil, el golpe en la cabeza había sido más fuerte de lo que había pensado, el segundo golpe la dejó sin fuerza y casi inconsciente, logró arrastrarse hasta la salida pero cuando su mano estaba por tocar la puerta se desmayo.