capítulo 13-

Tal como Rael le había recomendado, se consiguió una pesas gracias a los guardias que trabajan para la familia Hamilton, que le obsequiaron un par que ya no usan, al principio, para Cecile fue cansado usarlas, sus brazos acaban adoloridos, pero a poco se iba acostumbrando, incluso practicaba sus movimientos de espada usando una de manera que consiguió igualmente de los guardias, al acabar se sentó en su piso a descansar, ya había pasado un mes desde que empezó a entrenar y dos, desde que llego a ese mundo, poco a poco se iba acostumbrando a todo, como a procurado no meterse con Iris, espera todo salga bien, pues su principal propósito, es poder salirse de la mansión y evitar su trágico destino. Mientras estaba recostada en la alfombra, Sandy entra para decirle que el Duque la mando llamar para que fuese a la sala principal, pues el príncipe Robert la buscaba.

- ¿ahora que querrá? Seguro viene a reclamar porque supuestamente dañe a su amante.

- no lo se señorita, no alcance a verlo, el mayordomo del Duque fue quien me envió.

- adelante Sandy, quédate aquí, porque no pienso ir, que espere todo lo que quiera.

Esta segura que eso hará pasar una gran vergüenza al Duque, pero se lo tendrá muy bien merecido, aunque claro, eso lo hará enojar aun más, pero sus amenazas no servirán mucho, si intenta algo, ahora ella podrá defenderse a diferencia de la verdadera Cecile, ya que ha estado practicando su magia tal como Rael le sugirió. En la sala, el Duque vuelve a hablar a su mayordomo, éste le dice que hace ya rato que se le informó a Cecile que viniera, pero no hubo respuesta, el Duque se esta poniendo impaciente igual que el príncipe.

- lo lamento alteza, últimamente esta hija mía ha estado muy rebelde, incluso con esa tontería de unirse a la guardia.

- si, lo escuche, pero no se preocupe, no pienso permitir que continúe con ello, ella debe entender que su lugar es ser una esposa y madre.

- por supuesto alteza, he pensando en contratar una institutriz privada y sacarla de esa academia.

- claro, eso es decisión suya, Duque, espero se comporte mejor pronto, antes de ceremonia de compromiso.

- ¿quien esta para ser esposa y madre? Debe referirse a su amante, ¿cierto, alteza?

Que bueno que llegó a tiempo, para escuchar esa conversación tan absurda, una razón más para alejarse de ambos.

- Cecile! ¿Donde están tus modales? Hacer esperar tanto a su alteza.

- yo no le pedí que viniera, no es mi responsabilidad. Señor Duque, olvide esa absurda idea de poder controlarme, total, si arma un escándalo, usted es quien pierde.

Robert no puede creer que Cecile esta actuando de esa manera, las últimas veces que la vio ella siempre bajaba la cabeza ante su padre y le trataba con respeto.

- señorita Hamilton, no se que le pase últimamente, pero debe tratar con respeto a su padre. No olvide que aun es mi prometida y no quiero que arruine la buena imagen de la familia Real.

- no se preocupe, si eso le afecta, solo rompa el compromiso, así no debo preocuparme de tener que soportar que mi futuro esposo ya tenga una amante.

El Duque arto de la manera de hablar de Cecile, se acerca a ella con la intención de golpearla, pero al ver la mirada fría de Cecile se detiene, pues siente también un aire frío a su alrededor y no es al único que lo siente, también Robert puede sentirlo.

- ambos, ya déjenme ser y no quieran interferir. Y alteza, le deseo felicidad con su plebeya.

Robert aprecia a Iris, por ello esta segura que mientras más la ofenda, Robert más importancia le tomará en querer romper el compromiso, aunque en la novela, fue en plena ceremonia cuando rebelo las maldades de Cecile, ella espera poder fastidiarlo y que rompa el compromiso antes.