capítulo 11-

Terminadas las clases, Cecile se había quedado con Rael ha practicar su magia, claro que, no estaban solos pues Sandy estaba cerca de ellos, fue entonces que llegó Robert notando a Rael hablando tan alegremente con Cecile, cosa que le molesta y se acerca.

- señorita Hamilton ¿que derecho tiene de juzgar a la señorita Scott? Cuando usted también esta a solas con otro hombre teniendo un prometido.

- no me comparé con otra, no estamos solos, Sandy esta aquí, a diferencia suya que se reúne en secreto y a solas.

- no importa, no debería estar con otro hombre cuando yo soy su prometido.

Rael estaba por decir algo, pero Cecile se interpuso, quedando de frente a Robert.

- alteza, ya le he dicho que no me interesa lo que usted piense, si esto es motivo para romper el compromiso, adelante, estaré más que feliz.

Robert no podía creer lo que escucha, cuando en una ocasión le pidió romper, ella se negó pues no quería ser humillada de esa manera, pero ahora, muestra esa seguridad al proponer el rompimiento de compromiso; Cecile le hizo una seña a Sandy para ella recoja su espada, es mejor irse de ahí pues no quiere tener que soportar las tonterías que dice Robert, seguramente como hombre tiene el orgullo herido porque ella lo rechaza ahora y encima esta con un chico mucho más atractivo que él.

- príncipe Darkness, gracias por sus consejos, lo veré mañana en clases.

Le hizo una reverencia y paso de largo a Robert, este al ver que lo ignora, la sigue y le detiene de la mano, pero Cecile la aparta con fuerza.

- no me busque más...

Dicho esto apresuro su paso, cuando Robert nuevamente quiso alcanzarla, un par de chicos se interponen, eran dos guardias que cuidan de Rael, a escondidas de los demás.

- pero que...ella dijo príncipe, tú eres...

- príncipe heredero Rael Darkness, un gusto segundo príncipe.

Le sonríe con burla al decir eso, dejándole en claro a Robert que es superior a él y eso.

- no se humille, debió apreciar lo que tenía antes.

Dicho esto, los guardias se ocultan nuevamente mientras que Rael se va también de ese lugar pues solo se había quedado para ayudar a Cecile. En el carruaje de regreso a casa, Cecile solo se frota la cabeza con ambas manos.

- ¿pero que le pasa? ¿Acaso a los hombres les atrae que los rechaces? Quizás, es solo por orgullo...

- quizás no soporta que sea usted quien ya no ande tras él, pero señorita, animo, no se deje engañar por él.

- no lo haré, el segundo príncipe sabrá que es ser dejado, además él ya tiene a alguien a quien amar.

Sandy muestra preocupación, pues sabe que su señorita siempre ha gustado del príncipe y puede que solo se este haciendo la fuerte para no mostrar debilidad. Al llegar a la mansión y pasar por la sala, el Duque está ahí esperándole, por lo que le pide que se siente, pero Cecile no lo hace.

- ¿que pretendes? Me han dicho que te han visto coqueteando con otro chico cuando ya tienes un prometido ¿para eso te uniste a la caballería? ¿quieres humillar el nombre de la familia?

- señor, no se de que habla, yo solo practico con mis compañeros, como lo hacen los demás. Y sobre el nombre de su familia, si yo pudiera me pondría el apellido de mi madre.

- Cecile!!! Cuida lo que dices! No voy a permitir que arruines mi buen nombre.

- eso es lo único que le importa, entonces, no necesito fingir que usted me importa.

Cecile solo se dio la vuelta y siguió su camino, ese hombre no tiene ni un poco de aprecio por única hija, aun si no quería a su esposa, Cecile era su hija, su propia sangre, pero, con lo que sucedió en la novela, es claro que no tiene corazón. En cuanto pueda, buscara una manera de irse de esa casa, en la habitación, Sandy le prepara el baño.

- señorita, debería huir, quizás pueda pedirle ayuda al chico.

- si huyó con su ayuda, podrían pensar otra cosa, además aun no se rompe el compromiso con el segundo príncipe. Se defendería la familia Imperial y no quiero eso, causaría problemas.

- comprendo, pero debe considerarlo por alguna emergencia. Su padre, su luce cada día más molesto con usted.

- lo se, por eso, me aseguré de esconder la herencia de mi madre, no me va quitar lo único que ella me dejo.

En el palacio, el segundo príncipe ha acudido con su padre, solo para que este le presente a Rael, para Robert no es nada agradable, pues el chico se esta acercando demasiado a Cecile; aun así trato de ser cortés.

- Robert, has sentir a gusto al príncipe Rael, esta aquí para conocer un poco más del país.

- claro padre, espero esté cómodo en el país alteza, lo que necesite con gusto le ayudo.

- se lo agradezco, su país es agradable, las chicas son lindas, pero hay una realmente resalta entre todas, una joya que nadie a sabido apreciar.

El Rey se echa a reír por sus palabras mientras que Robert aprieta los puños pues sabe lo que esta tratando de decir.

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