No fue tan fuerte el impacto como lo había pensado, no perdí el conocimiento, pero sentía mucho dolor sobretodo en mi pierna, creo que me la había roto o algo, o solo era el golpe, no lo sabía pero dolía y mucho. Estaba segura que el dueño del auto se iría, como era típico en estos días, pero no fue así, escuché como la puerta del piloto se abría y el conductor se acercaba a mí.
— Oye, ¿Estás bien? – me preguntó, ¿Cómo diablos iba a estar bien?
— ¡No! No estoy bien… duele… mucho – dije entre cortado por el dolor
— Ahora mismo te llevaré a un hospital.
No contesté a su amabilidad, esperen ¿amabilidad? ¿pero qué era lo que pensaba? ¡Si él me había atropellado! Pero… bueno, si no hubiera corrido hacia la calle esto no hubiera pasado, el dueño era un muchacho, no logré verlo muy bien ya que las luces del auto no me lo permitieron, pero al escuchar su voz supe que era un muchacho. Escuché como otra puerta se abría, al parecer iba acompañado, él me tomó en sus brazos y me cargó hasta sentarme en el lado del copiloto. Aunque ya tuviera buena iluminación para conocer a aquel chico no logré voltearlo a ver, el dolor y la vergüenza no me lo permitían, comencé a sentir mi cuerpo caliente, creo que me estaba dando fiebre por la lluvia o era la vergüenza que hervía mi sangre.
Llegamos al hospital y nuevamente me tomó en sus brazos, entró pidiendo un doctor, me recostaron en una camilla y comenzaron a colocarme el catéter para el suero, trataron de colocármelo 5 veces porque la muchacha no encontraba mi vena o me la reventaba, hasta que llegó una señora y logró ponérmelo rápidamente y sin batallar, escuché que alguien me preguntaba mi nombre, pero eso fue lo único que escuche, después nada, por mi cansancio de haber corrido mucho, mi pierna al parecer rota, la pérdida de sangre y la fiebre que estaba segura la tendría a casi 40° me desmayé.
No sé cuánto tiempo dormí, pero comencé a escuchar mucho murmullo, abrí lentamente mis ojos, la luz me lastimó un poco la vista, cuando abrí los ojos observé que estaba en una cama de hospital, en la mano derecha tenía el catéter con el suero el cual iba a la mitad, en la otra mano tenía un algodón y sobre él un tape de curaciones, al parecer también tenía un catéter allí. Me incorporé hasta quedar sentada y miré mi pierna con yeso, no pude evitar suspirar, genial, me habían robado, no tenía ropa, dinero, los únicos zapatos que tengo se rompió uno, no tengo donde dormir, y ahora, una pierna rota. ¿Acaso mi suerte no podría ser peor?
Dejé de lamentarme cuando me di cuenta de una persona que yacía dormida en un sofá que se encontraba en una esquina de la habitación, supuse que sería quien me atropelló. Era un chico bastante apuesto, no muy delgado, se notaba a leguas que hacia ejercicio, su cabello un poco largo y castaño claro le cubría los ojos, yo digo que el cabello le llegaría más o menos por las orejas, sus pies salían del sillón así que posiblemente es más alto que yo. Era guapo… bastante. No duró mucho en comenzar a despertar, se sentó y nuestras miradas se cruzaron, tenía unos hermosos ojos color avellana, se acercó hacia la puerta y la cerro, después se dirigió hacia mí, no pude evitar ponerme un poco nerviosa, y como era lógico le tenía que dar las gracias por no huír y dejarme sobre el asfalto frío y mojado.
— Muchas gra…
— ¿Pero qué era lo que pensabas al correr hacía la calle? – no pude continuar con mi agradecimiento, él de golpe me reclamó, en su voz se notó un evidente enojo y sus ojos expresaban todo menos cosas buenas - ¿Qué no sabes que tienes que ver a los lado antes de cruzar? – grito – y ahora, gracias a ti me he metido en un gran lio.
— Yo… lo siento… es que un señor… - me interrumpió de nuevo.
— ¡No me interesa!
Me sorprendí mucho, ya que cuando me llevó al hospital se mostró amable y ahora era muy grosero, tal vez solo era para regañarme, no estaba segura, después de eso hubo un silencio incomodo; la puerta se abrió y entró un doctor seguido de una enfermera, me preguntaron cómo estaba y les respondí que bien, me hicieron una revisión de rutina y dijeron que tendría que quedarme allí una noche y que podría irme en la mañana.
— ¿Nos podría dar el número de algún familiar para informarle que se encuentra aquí? Cuando ingresó no encontramos identificación alguna, solo un IPod, un celular, una cámara y poco dinero – dijo la enfermera de forma amable. – Tampoco había una cartera.
— Lo siento, pero no tengo familiares aquí. Me temo que no podrán comunicarse con nadie. Mi hermano no vive en esta ciudad.
— Entonces, díganos cuál es su dirección, llamaremos un taxi para usted en cuanto el medicamento termine. – suspiré.
— Para mi mala suerte no tengo en donde quedarme, yo acababa de llegar aquí de intercambio estudiantil, estaba buscando un lugar para quedarme y un señor me robó todas mis cosas, lo único que me quedó es lo que mencionó antes. – al recordar mi mala suerte no pude evitar llorar – yo… no tengo nada… nada – cubrí mi rostro con mis dos manos mientras lloraba, no podría llamar a mi hermano, ya que no tendría dinero para viajar hasta Lost Town y no sé de qué sería capaz para venir hasta aquí.
— ¿Podemos hablar un momento? – le dijo el doctor al muchacho, el cual aún desconocía su nombre, pero parecía que era conocido del doctor, salieron de la habitación dejando la puerta abierta y caminaron unos metros hasta un mostrador que estaba enfrente.
El doctor comenzó a hablar y al parecer lo que le estaba diciendo no le agradó nada a aquel joven, no pasó mucho tiempo cuando llegó un hombre, no era muy joven ni muy viejo, tal vez estaba cerca de los 30 años, los tres comenzaron a hablar y al parecer al muchacho le estaba disgustando aquello ya que comenzó a discutir y a apuntar hacia donde yo estaba, tal vez… hablaban sobre una demanda, porque ¿Qué podría ser aquello que lo molestara tanto? El joven que llegó al final comenzó a hablar con él, se miraba tranquilo y varias veces volteó a verme, no sabía qué sentir; aquel muchacho golpeó el mostrador y pasó su mano entre sus cabellos, se giró y comenzó a caminar hacia mí con una mirada de enojo e indiferencia a la vez, lo cual me dio escalofríos.
— Cuando te den el alta mañana quiero que te cambies, tomes tus cosas y me busques en el estacionamiento ¿Entendiste? – me ordenó con indiferencia.
— ¿Por qué tendría que hacer eso? – dije con un poco de enojo ¿Qué le pasaba? ¿Por qué tendría que ir a buscarlo?
— ¡No preguntes nada y solo hazlo! – dicho esto salió cerrando la puerta de golpe.
No lograba entender nada, tenía muchas cosas en la cabeza, pasé la noche en el hospital, no sabía cómo avisarle a mi hermano, tal vez, lo mejor sería no decirle nada para evitar que se preocupe, cuando amaneció llegó la enfermera y me puso un último medicamento, esperaron un tiempo y luego me dieron el alta, me regresaron mis cosas en una bolsa y dos cambios de ropa los cuales era obvio que no eran míos.
— Disculpe, pero esta ropa no es mía – le dije a la enfermera, ella sonrió.
— No se preocupe, es ropa de mi hermana menor, hace mucho que no me visita, así que llamé a mi madre para que me trajera dos cambios, estoy segura de que te quedaran a la perfección.
— Pero… ¿Por qué hizo eso por mí? – pregunté con mucha pena.
— Usted misma lo dijo, no tiene nada, solo lo que se encuentra en esta bolsa, y yo no podría permitir que saliera con esta ropa sucia y llena de sangre, de igual forma me tomé la libertad de pedirle a mi madre que le trajera un par de zapatos de mi hermana.
— Lamento que se haya tomado tantas molestias.
— No se preocupe por eso ¿Si? Ahora le daré tiempo para que se cambie, o a menos de que quiera que la ayude para que no batalle tanto por el yeso. – eso último me dio mucha pena.
— ¡No! Yo puedo cambiarme sola, tardaré un poco pero yo puedo.
— Muy bien, cuando esté lista salga, la estaré esperando en el mostrador.
— Gracias.
Antes de que saliera me dejó una silla de ruedas junto a mi cama para poder salir de allí. Comencé a cambiarme, tomé mi ropa interior de la bolsa y me la puse, con eso no tuve problemas, después me puse la blusa y llegó la parte difícil… el pantalón… metí primero la pierna que estaba bien y después la que se encontraba con yeso, no podía, era demasiado difícil, tardé minutos en lograr ponerme bien el pantalón, e incluso comencé a sudar. Cuando al fin estuve lista me arreglé un poco el cabello y me senté en la silla de ruedas.
Salí de la habitación y fui con la enfermera, mis cosas y la ropa que me dio la llevaba sobre mis piernas, ella me llevó al elevador y bajamos al sótano en donde estaba el estacionamiento. Íbamos avanzando entre los carros hasta que lo vi.
Aquel muchacho estaba recargado en el auto y con los brazos cruzados, levantó la mirada y nuevamente nuestros ojos se cruzaron, y para colmo él seguía con esa expresión molesta en su rostro; llegamos junto a él y la enfermera le preguntó si el doctor le había dado las muletas que tenía que usar mientras tuviera el yeso en mi pierna a lo que él respondió que sí, le dio medicamentos para una semana y una receta, comenzó a darle las indicación para mi cuidado y la fecha de mi próxima cita para que me examinaran nuevamente y ver cómo iba evolucionando el hueso roto. Yo ya ni sabía qué pensar ante esta situación, lo único que pude hacer fue estar callada.
Él tomo de mala gana lo que ella le daba y fue hacia el asiento del piloto y se subió al auto mientras lo encendía, yo no entendía nada ¿Por qué precisamente él tendría que saber sobre mis medicamentos, cuidados y citas? La enfermera y el señor que había hablado con él y el doctor me ayudaron a subir a la parte trasera del auto, la enfermera se fue y el auto comenzó a moverse hacia la salida.
— Disculpen… ¿A dónde vamos? – pregunté un poco temerosa, recibí una fugaz mirada del piloto por el retrovisor, eso me hizo desviar la mirada hacia la ventana.
— Vamos a la casa de Leonardo - dijo el señor refiriéndose a nuestro conductor.
— ¿Por qué? – pregunté.
— Bien, hablamos con el doctor y nos dijo que ya que no tenías a donde ir era la responsabilidad de Leonardo el de cuidarte, así que estarás viviendo en su casa por un tiempo…
No pude evitar sorprenderme, ¿Yo? ¿Con él? ¿En su casa?, esto no podría ser nada bueno.
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Updated 147 Episodes
Comments
Erikaa Pacheco
💖💖💖💖💖💖💖
2023-10-28
1
Chris Stephany Moscoso Bueno
se está poniendo buena la historia ☺️
2022-10-18
0
Olga Sanchez Guerrero
parece buena la.historia
2022-09-11
0