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Hermoso Amor

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Capítulo 3

Mi cabeza dolía, las preguntas no dejaban de aparecer en mi cabeza y eso no era bueno.

—¿Estas bien?

su pregunta me hizo volver a la realidad y en dejar de pensar tonterías.

—Si, estoy bien.

El transcurso fue silencioso, las preguntas seguían en mi cabeza.

—¿Puedo preguntarle algo señor?

—Claro.

—¿Por qué vino por mi?

El me miro y sonrió. De acuerdo, que no haga eso, me desconcentra.

—Quería volver a verte.

De acuerdo, esa respuesta me dejo igual o peor que como estaba antes ¿Volver a verme? pero si apenas me conocía, no creo que sea eso ¿O si? ¡No! es absurdo.

—Asi que dime ¿Cuál es tu mas grande sueño? —me preguntó y lo mire sorprendida.

—Quiero ser una reconocida bailarina de Ballet.

—Eso es increíble, me imaginó que vas a una academia.

—Asi es.

Él auto se detuvo y yo mire a Xandro al ver como bajaba del auto, todas las chicas que estaban afuera pusieron su mirada en él y los chicos querían saber a quien iba a dejar. La puerta de mi lado fue abierta y el me tendió una mano para ayudarme a salir.

Todo se volvió murmullos cuando me vieron salir del auto, ignore todas las miradas y me concentré en Xandro.

—No era necesario que me trajera hasta la escuela.

—Que no te importe lo que digan de ti, Quiero proponerte algo, pero hablaré contigo mañana, mandare a un chofer para que venga por ti y te lleve a casa.

—No es necesario.

—Si lo es, ve a dentro.

Asentí y me di la vuelta ignorando todas las miradas que estaban sobre mi.

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Para la hora del recesó había escuchado muchas versiones de Xandro y yo. La primera, yo era una cazafortunas, La segunda era un familiar y la tercera, el era mi novio y por eso no aceptaba a nadie, aunque esa versión era la que más se decía.

De verdad que los chicos prestan mas atención a la vida de los demás que a la suya, es tan molesto saber que hay miles de pares de ojos qué están al pendiente de tu vida.

—¡Támara!

ese pequeño grito me hizo detenerme y voltear, era Haly, hija del director, es todo una amor de chica.

—¿Que sucede?

—Ya has oído todo lo que dicen de ti, has causado gran revuelo, nuevamente.

—No es mi intención.

—Eso lo se, pero dime ¿Cuál es cierta? —su pregunta me hizo reír, ella siempre era así.

—¿Cual creés tu?

—La tercera ¿El es tu novio?

—No, él es solo un conocido y se ofreció a traerme, nada más.

—¿De verdad?

—Si, fue ayer en la noche saliendo de mi trabajo, me iban siguiendo tres hombres, me iba a encargar de ellos, pero él se me adelantó.

—Oh valla, que romántico —dijo haciéndome reír, sus amigas le hablaron por lo que ella se despidió de mí y se fue. ¿Por que a ella fue a la única que le conté la verdad? por dos cosas, a ella le creerían mas que a otra persona y ella era la única qué contaría la verdad, así de simple.

¿Que era lo que Xandro iba a proponerme? Esa pregunta esta en mi cabeza a cada minuto, sin duda tenia mucha curiosidad. Xandro es una persona muy misteriosa y yo muy curiosa.

—Támara.

dijeron y levante la cabeza, ya estaba en la puerta de mi salón pero no entraba y la profesora estaba en la puerta.

—Lo siento, estaba metida en mis pensamientos.

—Eso note ¿Esta bien tu mamá?

—Si, mañana tiene cita con el médico, así que mañana faltaré —le dije y ella asintió, se hizo aun lado y entre al salón.

Me senté en mi lugar, tome mi celular y le mande un mensaje a mi madre para preguntarle como estaba, a los segundos respondió un Muy bien. Bueno, ahora estaba mas tranquila.

—Támara ¿Es cierto que el hombre que te trajo es tu novio? —preguntó una chica, todo el salón se lleno de escándalo, todos querían saber.

—Señorita eso no es de su incumbencia —dijo la profesora, pero nadie se callaba. Me levanté y le hice una seña a la profesora.

—No se preocupé profesora, saciare la curiosidad de mis compañeros —dije y mire a todos que se quedaron callados —Respondiendo a tu pregunta, No, él no es mi novio, es mas bien un conocido, ahora si están satisfechos concentrense en sus vida y no en la de las demás personas, por eso solo los hace ver patéticos.

Tome asiento, todos se quedaron callados y la profesora asintió y comenzó a dar su clase.

Podía sentir las miradas en mi, escuchaba los murmullos, pero nada de eso me importaba, yo tenía que ser la mejor alumna, mi alrededor no me importaba en lo mas mínimo, solo quiero darle una mejor vida a mi madre.

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La musica sonaba en todo el teatro, varios alumnos estaban ahí, viendo mi ensayo, al igual que la profesora de Danza, ella me corregía en donde fallaba.

La música lentamente se fue deteniendo y mis pasos también. Estaba sudando, si lo estaba.

—Siempre te exiges demasiado Támara —dijo la profesora mientras me daba una botella de agua.

—Es necesario, tengo que esforzarme para lograr lo que quiero.

Mi teléfono sonó, había olvidado quitarle el sonido, baje del escenario y los busqué entre mis cosas.

—¿Es mi mamá? —pregunte extrañada, mi mamá jamás me llamaba en hora de clases —¿Que sucede mamá?

—¿Señorita Peters?

—Si, soy yo —dijo mirando a mi profesora temerosa.

—Le hablamos del Hospital Canceco, su madre acaba de ingresar al tener un desmayo en su casa, sus vecinas estaban con ella y la trajeron, necesitamos que se presente.

—Esta bien, voy para allá.

Colgué y guarde mis cosas, no tenía tiempo para cambiarme.

—¿Que paso? —me pregunto la profesora.

—Mi mamá esta en él hospital —dijo sintiendo que la respiración se me aceleraba.

—Vete, yo le avisó a la profesora.

Salí corriendo del lugar, ganandome la mirada de muchos, no me había cambiado, eso les parecía extraño.

Al salir de la escuela comencé a correr hacia la salida del campus.

—Señorita támara.

Me detuve, volteo y era el chofer de Xandro.

—¿Sucede algo? El señor Xandro me pidió que la llevará a donde fuera.

Agradecí mentalmente a Xandro y me acerque al chofer.

—Mi mamá esta en el hospital, lleveme al Canceco —le dije desesperada, el asintió y ambos subimos al auto.