Capítulo 18

Março llegó a casa demasiado temprano, al parecer Hanna había ido a ver a sus padres o eso decía la nota, inconscientemente se alegró.

La casa se sentía tan pesada a su alrededor que le dolía el pecho, la caja es sus manos no pudo desecharla como lo hizo Elise.

Era comprensible porque sus experiencias eran distintas, Março tuvo que creerla muerta y después cuando empezaba a sanar de todas esas heridas ella aparecía de nuevo.

Cuando la vio pensó en estar con ella, lamentablemente era demasiado bueno para lastimar a Hanna quien lo ayudó en los momentos más difíciles.

— Aún así, el malo soy yo. Elise debe hacer su vida y yo la mía, debo ser la persona más mala del mundo por seguir queriéndote Elise... Pero Hanna no se merece esto ¿Qué debo hacer?

La puerta de su casa empezó a sonar, era Lily que venía con Hanna que al parecer estaba borracha.

—¿Por qué? —se preguntó Março —. Ella nunca bebe...

Entonces reflexionó la respuesta.

Março cargó a Hanna con cuidado mientras acariciaba su cabello y la recostaba en el sofá.

—Es mi culpa... Ella ha sido tan buena y yo no le he mostrado lo mucho que aprecio eso...

Março estaba sentado en el suelo contemplando a Hanna dormir, cualquiera que lo viera pensaría que sólo eran inseguridades pero no. Lily se sentía asqueada.

Hanna podía simplemente vivir tranquila sabiendo que le arrebató el amor de su vida a alguien y no contenta con eso, lo hacía sentir culpable.

—Basura —dijo Lily —, Hanna es una basura.

Março miró confundido a Lily.

—¿Por qué dices eso de Hanna? ¿No eres su amiga?

Lily se frotó la frente, Março era demasiado bueno para Hanna, Lily no podía permitir que él siguiera siendo engañado por Hanna.

—Perdón Março, aunque yo lo supe no creí necesario meterme en esto, pero tengo que decirte algo —dijo Lily.

—Hace años, cuando aún no salías con Hanna recibiste una llamado mientras habías ido a los baños —Lily señaló a Hanna —, ella contestó. La llamada era del hospital donde estuvo tu ex novia internada, al parecer era el único contacto visible que pudieron rescatar de su celular, Hanna no te dijo nada, ella canceló y borró ese numero.

Lily fue testigo de cómo Março se rompió frente a ella, pensó que él pudo responder y entonces hubiera ido de inmediato a donde estaba Elise y la hubiera esperado hasta ahora...

—Pudimos estar juntos... Esto debe ser una broma, Lily esto es una broma muy pesada —dijo Março con las manos temblando.

—Es verdad, no tengo por qué mentir —Lily miró a Hanna sentada en el sillón con la mirada llena de rencor y miedo —, puedes preguntarle a ella personalmente.

Março miró a Hanna negando con lágrimas.

—Yo no pensé que ella despertaría, creí que sí sabias sería más doloroso para ti, apenas estabas aceptando su muerte y... —explicó Hanna desesperada.

—¿Lo hiciste solo por eso? —preguntó Março con toda serenidad.

Eso era más aterrador que verlo alterado, Hanna con velocidad y temblando bajó del sillón y lo abrazó por la espalda.

—¡Si! Pensé que moriría y no quería que salieras herido, Março amor, ¡lo hice por ti!

Março se soltó de su abrazo, subió las escaleras y metió ropa y papeles a una maleta, pese a la súplicas y llanto de Hanna, Março no se detuvo.

—Me iré yo, te daré tiempo para que regreses a tu casa —dijo de pie en la puerta —, Lo tomaré como una separación pacífica, te agradezco tu ayuda pero hay cosas que no se perdonan fácilmente, incluso para mi.

—¡No! ¡Yo lo hice por ti! —gritó Hanna en el suelo —¡No te vayas!

Março miró a Hanna no con enojo o ira con la que normalmente reaccionaría cualquiera, él la miró con tristeza y decepción.

—Era elección mía, con quien estar y que tanto salía herido... Todo eso era decisión mía, tu me quitaste y aun así se me hace imposible odiarte.

Hanna no detuvo su llanto, el arrepentimiento era todo lo que tenía.

—Gracias por todos esos años que pasamos juntos, de no ser por ti ya hubiera muerto, no quiero que pienses que te dejé por Elise, el cariño y todo lo que te dije fue muy real para mí. Hiciste cosas equivocadas y eso fue lo que nos separó.

Março se agachó y envolvió a Hanna en una bufanda.

—Hace frío, debes cuidarte. Debemos sanar completamente para rehacer nuestras vidas por separado, yo siempre he tenido claro mi camino, tu encuentra el tuyo —sonrió Marco—, solo hazme un favor, busca alguien que te valore y te ame tal y como eres, vive una larga vida.

Março salió de esa casa con esas últimas palabras para Hanna.

Lily nunca dejaba de sorprenderse con Marco.

—No creo que haya más hombres así.

—Claro que no —dijo Hanna entre suspiros —, él es el único hombre que vale la pena. No es él quien debía dar gracias, él me permitió estar a su lado...

—Lamento haberlo dicho, pero no podía dormir tranquila —dijo Lily.

—Lo sé, siempre sentí que no me pertenecía por completo, ahora que es libre puede volver con ella.

—¿Ella? —preguntó Lily.

—Elise, ella siempre estuvo en su corazón —dijo Hanna—, las almas gemelas existen, no importa cuanto les cueste, sus caminos siempre convergen en uno solo, eso es el destino.

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