"¿CÓMO PUEDO RETENERTE?"
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Atención, este capítulo contiene escenas sexuales🔞, la lectura es opcional si deseas omitirla.
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La casa de Enzo estaba oscura en su totalidad, cuando entraron en ella lo único que hacían era besarse, caminaban tan torpemente que Enzo dejó la muleta y se sentó en el sofá aún sosteniendo a Elise.
Cuando se sentó tuvo la libertad de mover sus manos por la espalda de Elise, quien suspiraba en silencio.
— ¿Quieres que prenda la luz? —preguntó Enzo.
— No —dijo Elise sin dudar.
Ella no estaba acostumbrada y era inexperta al lado de Enzo quien besaba de manera desastrosa el cuello de Elise.
—Es-Espera —susurró incapaz de continuar, sentía su mente nublarse y eso la aterraba.
—Podemos parar cuando tu quieras —le susurró Enzo.
—No, solo estoy nerviosa —dijo Elise abrazándolo, Elise observó el rostro de Enzo y recordó la última vez el deseo que tuvo de besar sus ojos y ahora era una oportunidad perfecta.
Suavemente recorrió su rostro y beso con suavidad cada parte del rostro de Enzo.
Enzo se levantó con el apoyo de la muleta y camino sujetando la mano de Elise hasta llegar a su habitación donde la única luz era la de la ventana.
—Podemos platicar sobre algo —sugirió Enzo.
—¿Cómo qué? —preguntó Elise.
Enzo beso los delgados dedos de Elise.
—Sobre tu poema favorito—Enzo recostó a Elise con suavidad sobre la cama, beso sus labios y cuello y de vez en cuando mordía con suavidad.
— "Te ofrezco esbeltas calles, puestos de sol desesperadas, la luna de suburbios mal cortados"
Recitó al desabotonar con agilidad la playera de Elise quien sintió el frío golpear su pecho.
—"Te ofrezco la amargura de alguien que ha mirado largamente a la luna solitaria..." —siguió besando y acariciándola con sus manos ásperas y frías.
Enzo beso el vientre de Elise haciéndola estremecer por sus labios tibios sobre su piel y en gran parte por las palabras bajas y claras que Enzo recitaba. Elise ya no pensaba detener nada, él podía hacer lo que quisiera con ella.
—"Te ofrezco mis ancestros, mis muertos, los fantasma que los vivos han honrado con bronce, el padre de mi padre que murió en una carretera con una herida, barbado y muerto..."
Enzo ya se había desecho del sostén de Elise, sus manos y boca recorrían la piel sensible de Elise, los labios tibios hacían círculos sobre sus montículos, Elise incapaz de tener cordura arqueo la espalda permitiendo que Enzo la sujetará por la cintura apretando su piel.
—Ah... —suspiró ella sintiendo la bica de Enzo sobre sus pechos, no era una sensación brusca, de hecho era muy agradable al punto de hacerla desesperar.
Elise abrazó y besó la mano de Enzo que sujetaba el rostro de ella.
—"Te ofrezco sea cual sea el sentido de mis libros, y la feminidad y el humor que contenga mi vida" —dijo Elise estirando sus manos tocando el borde de la playera de Enzo.
Ella se hinco sobre la cama a la altura de Enzo, con las manos aún temblando retiró la playera de él, tal como creyó, la piel de Enzo parecía bronce sólido y tibio.
Elise acarició su pecho sintiendo la respiración acelerada de Enzo y uno que otro sonido brusco que escarba de sus labios.
—"Te ofrezco la lealtad de alguien que nunca fue leal.. " —declaró Enzo abrazando el cuerpo de Elise con fuerza contra él, la beso y bajo por el cuello hasta el vientre porque sabía que Elise disfrutaba esos besos.
—ah... Ah...
Elise tiraba con desesperación del cabello de Enzo, los labios húmedos de él parecían ser hielos o agua fría que la hacía temblar.
Entre besos y caricias el resto de la ropa era un estorbo.
—"Te ofrezco el núcleo de mi mismo que he guardado de algún modo, el corazón central que no comercia con palabras, no trafica con sueños y no tocan ni el tiempo ni el placer ni las aversiones" —Aunque Enzo y Elise pasan silencios largos o momentos donde solo suspiraba o gemían, él aún recitaba aquel preciso poema de Elise.
Elise por su parte se aferraba con fuerza de la espalda de Enzo, su rostro estaba escondido en los hombros de él, los dedos de Enzo se movían salvajes y las caderas de Elise bailaban con ellos.
—¡Ah! ¡Ah! —gritaba cuando Enzo tocaba ciertos sitios.
Enzo estaba enamorado de su piel, de su voz, de su rostro rojo y sudoroso que se ocultaba por la vergüenza, entonces pensó: Por favor, se mía.
La parte inferior de Enzo se acomodo entre las piernas de Elise quien instintivamente las abrió aun más.
Elise era consciente que dolería, pero también quería estar con Enzo, quien hermosamente brillaba en sudor sobre ella, los ojos de él que la miraban fijamente la hacían temblar: ¡Que ojos!
Eran dos ojos oscuros como un abismo que la miraban con deseo y que alguien como Enzo la mirara así la hacía sentir deseada y amada.
Enzo acarició el rostro de ella tratando de calmarla o tal vez a él mismo. Aún así quería ver su rostro, cada reacción y cada palabra quería escucharla.
—"Te ofrezco la memoria de una rosa amarilla vista al atardecer algunos años antes de que naciera" —dijo Enzo empezando a hundirse entre sus piernas, despacio y con calma.
Elise ahogó un suspiró entre los labios de él, tal como pensó era doloroso y aún así Elise no pensaba alejarlo.
—"Te ofrezco explicaciones de ti misma, teorías de ti misma, auténticas y sorprendentes noticias de ti misma" —los movimientos de Enzo empezaron a ser rápidos y el dolor de Elise comenzó a transformarse en placer, tan cegador que creía ser algo Celestial.
—"Te puedo dar mi soledad, mi oscuridad, el hambre de mi corazón, intento sobornarte con incertidumbre, con peligro, con derrota" —ese era el final de ese poema que ahora no era un simple poema, ahora era otra cosa, significaba más que un poema.
Elise se aferró a su cuello.
—¡Enzo! —gritó —Abrázame...
Tal como pidió el la abrazó y la besó mientras sus caderas se movían conforme Elise gritaba más y más.
—Elise —le susurró Enzo en el oído —, eres hermosa, tan hermosa que no quiero detenerme.
Ella enterró sus uñas en sus brazos al gritar de alivio, suspirando y jadeando con cuerpos sudorosos.
Cuando Elise se recostó suspirando Enzo se sentó recargado contra las almohadas y sin pensar más sentó a Elise sobre sus piernas rozando su parte baja entre las piernas de ella.
—Ah... —gimió Elise ante el roce.
—Hagámoslo otra vez —pidió Enzo con energía.
Elise tenía el cuerpo temblando y entre risas negó.
—Eres como un animal en celo.
Enzo sujeto las caderas de Elise y las movió haciéndola suspirar de placer.
—Soy mejor que un animal.
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Comments
Pokok Merah Jambu 🌹
gracias, autora, muy romantico.
me apasione.
me gustaria q me pasase a mi, hacer el amor asi debe de ser maravilloso❤️
2023-10-03
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Marlene Garcia
que capítulo de verdad emocionante y candente gracias autora
2023-09-12
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Li Martinez
diablos!! eso que te agan el delicioso mientras te resita un poema es doblemente delicioso😋
2023-06-21
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