Capítulo 14

Enzo reaccionó quitando el abrazo de Rose, con rapidez salió de la casa con Rose.

— ¿Qué haces aquí? —preguntó Enzo en voz baja.

— Es tu cumpleaños, llegué hace unos días y pensé en darte una sorpresa ¿No me vas a dejar pasar? —preguntó Rose.

— No, ahora estoy con mis padres y alguien importante, no creo que tenga nada que ver contigo.

Rose dejó de sonreír un poco molesta.

—¿Qué tonterías dices? —preguntó — Hace un tiempo tu y yo teníamos algo, no se a que estas jugando ahora pero sabes que no podemos estar el uno sin el otro.

Enzo sacudió su cabello frustrado, era cierto que tenía una historia extraña  Rose pero no demasiado como para no superarlo y ni siquiera pensar en compararlo con lo que él sentía por Elise.

—¿Enzo? —llamó Elise desde la puerta —, tus padres me pidieron venir a verte...—Elise levantó la vista hacia la chica al lado de Enzo—¿Estás ocupado?

—No—dijo Enzo—ella solo vino a saludar...

Rose miró a Elise, no parecía el tipo de chica que estaría con Enzo, ella parecía muy corriente pensó Rose, aún así ¿Ella era esa persona importante que mencionó Enzo?

—Hola, soy Rose —se presentó con una sonrisa.

Elise pudo admirar lo hermosa que era esa tal Rose, si vieran a Enzo y Rose pareciera que grababan una película de romance cliché o algo así.

—Hola, yo soy Elise ¿Pero qué haces aquí afuera? Puedes pasar no creo que Enzo se oponga.

—Si me opongo —interrumpió Enzo—, Rose no es alguien invitada, por favor vete y que vivas bien.

Rose lo miró con una sonrisa.

—Pero si vamos a casarnos...

Elise entonces entendió la situación, ella era la ex prometida de Enzo, bueno eso tenía sentido viendo lo bonita que era.

—Rose, por favor nosotros ya no somos una pareja y lo sabes —dijo Enzo con suavidad —, yo pude seguir adelante y se que tu puedes mejor que nadie, se que lo hicimos a  nuestra manera pero no merecemos eso, nos dañamos mas de lo que nos ayudamos.

Rose estaba en silencio, tanto Enzo y ella eran amigos de hace años, peo dadas las circunstancias de Rose ambos terminaron saliendo.

—No es cierto, eso no es verdad, tu sabes que yo no puedo vivir una vida normal como tu.

Enzo suspiró con pesadez.

—Pero yo no te amo y tu tampoco. ¿Sabes lo que es eso? yo no lo sabía y fue ahora que supe que el amor no viene de forma física o por apariencias, son actitudes, palabras, compañía todo eso es lo que amas de alguien.

Rose apretó las manos, todo eso no lo sabia, nunca supo nada sobre el amor.

 —Yo creo que eres un idiota, siempre eres tan egoísta que me enfermas.

Sin mas, Rose se alejó de ahí.

—Espera, por favor —pidió Elise.

Rose se detuvo algo sorprendida.

—¿Quieres hablar conmigo? —preguntó Elise.

Rose no supo cómo aceptó pero estaban sentadas en una banca, Elise frotaba sus manos con nerviosismo.

—Yo te entiendo, mejor que nadie en el mundo te entiendo, yo desde que era una niña conocí el amor y cuando de niños el sostenía mi mano pensé "Me casaré con él" —contó Elise con los ojos nublados —, éramos el uno para el otro me atrevería a decir que éramos almas gemelas, lo amaba tanto que me dolía el pecho verlo reír.

Rose la miró con extrañez.

—No estoy triste por Enzo, nosotros no manejamos asuntos románticos, solo no me siento bien conmigo misma, Enzo  y yo éramos amigos y compañeros, puede que tuvimos una corta historia, pero no algo fuerte.

 —¿Enserio?—preguntó Elise avergonzada—, que vergüenza...

Rose sonrió cálidamente.

  —Pero quiero escuchar tu historia, suena de mas interesante.

—Fue hace ocho años que fui de viaje con la promesa de casarme con él, así como el destino es dulce también es cruel, ¿Por qué quitarme lo que me hizo amar? Durante ese viaje hubo un tsunami y yo quedé desaparecida y tiempo después dijeron que morí... Desperté hace algunos meses y lo primero que hice fui a verlo, era el mimos hombre al que amaba, su misma voz, su mismo carácter... Pero estaba con alguien más.

—Sentí que me partía en dos, pensé ¿Por qué despertar entonces? Lo peor es que él sigue siendo la misma buena persona incapaz de herirme a mi o a su pareja, muchas veces pensé en simplemente morir y ya, pero no es así, siempre hay personas que te aman y te necesitan, con el tiempo conoces que puedes estar bien, no digo que olvidas todo simplemente estarás bien, los corazones cambian y pueden querer  de nuevo, lo sé.

—Enzo y yo nunca nos juramos amor... Simplemente siempre volvíamos, conocía chicos guapos y lindos y cuando ya no podía mas simplemente iba con él y él hacía los mismo, nosotros éramos nosotros dos, sabía el tipo de persona que era él y no digo que yo fuera mejor, solo se que mis sentimientos nunca salieron —dijo Rose —, al parecer Enzo descubrió un amor, siempre sentí que ese era su destino y entonces quise hacerlo mío siempre, aún así no puedo ir contra el destino, porque él te conoció.

Elise la miró sorprendida, ¿Cómo sabía ella que Elise era la chica de la que Enzo hablaba?

—Lo supe cuando te vi—respondió Rose con una media sonrisa —, te miró de una forma que jamás lo hizo con alguien, eres alguien opuesta a él, solo fue intuición.

Elise sonrió con asombro, pese a la apariencia de Rose resultó ser una chica honesta y nada rencorosa.

—Siento que eres asombrosa —dijo Elise—, No nos conocemos nada pero hasta ahora se que eres buena persona.

Los ojos de Rose brillaron más azules, miro las muñecas de Elise y sonrió.

—Tendrás una larga vida... Tanto como para contar historias a tus nietos, dile a Enzo que la bruja se irá de viaje, en cuanto a ti —sonrió a Elise—¿Podemos ser amigas?

—Me encantaría, no tengo amigos y tal vez no sepa cómo hacerlo, pero me gusta mucho la idea de conocerte —dijo Elise con entusiasmo.

Rose anotó su número y se levantó en dirección a un auto junto al pequeño parte comunitario.

—Nos vemos, Elise muchas gracias.

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—Eso fue raro, pero me pareció muy sería en ese asunto de la vida.

Enzo sonrió con diversión.

—Rose es una chica rara, su niñez y adolescencia la pasó en un hospital, decía que podía ver la línea de vida de las personas, claro que dijeron que estaba loca.

—¿Enserio? —preguntó Elise con sorpresa.

—Si, muchas veces me probó que su "habilidad" era cierta aún así me dijo que los números cambian conforme vas viviendo, pueden disminuir o aumentar.

—¿Te dijo cuanto vivirás? —preguntó Elise muy seriamente.

Enzo sonrió y acarició la cabeza de Elise.

—Viviré lo que tenga que vivir, nunca quise saber el número, no quiero pasar mi vida pensando el día de mi muerte.

Elise pareció desanimada de cierta forma pero tampoco quería saber el número.

—Hey, ¿No creerás esas cosas verdad? —la ánimo Enzo.

—No, tienes razón...

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—¡La estuve buscando todo el día! —dijo la secretaria de Rose.

—Solo fui a despedirme, aunque no al principio pero se que Enzo ya no me necesita a su lado...

La secretaria sonrió algo triste por Rose pero a las vez por lo bien que ella tomó esa separación.

—Conoció una chica asombrosa, incluso me hice su amiga —sonrió Rose —, parecía preocupada porque no mencioné nada de la vida de Enzo, ya debería saber que las cucarachas no mueren  rápido —empezó a reír con gracia —, quiero que esa se mi venganza, en infantil pero no soy tan buena.

Su secretaria empezó a reír, Rose era muy buena, una venganza nada útil porque las personas nunca conocen los días de su vida entonces no les afecta el no saberlo y Rose lo sabe.

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