Cruda amenaza

Por otro lado...

Leila: *tiene una cara bonita, pero se nota a simple vista que le desagrado; debería hablar...pero se siente incomoda la situación*

Leila: "¿hacia donde nos dirigimos?"

Gerald: "Al jardín...¿Sabes porque estas aquí?"

Leila: *¿Me veo con cara de saber lo que está pasando?* "No, no tengo idea"

Gerald: "Uf...no puedo creer que me case con una niña tonta"

Leila: "¿A quién llamas tonta?"

Gerald: "A ti ¿acaso ves a alguien más aquí a quien deba llamar tonta?"

Leila: "Regresemos, ya se está haciendo tarde"

Gerald: "No soy tu niñera, no quiere verte ni a ti a tu familia no los soporto"

Leila: "*Definitivamente lo único de bueno que tiene es solo su cara* "Bien, yo tampoco te soporto y no te preocupes puedo volver sola"

Dicho esto Leila regresó por el camino por el cual habían ido dejando atrás al príncipe heredero, a decir verdad ella ya sabía por qué fue llamada pero fue una gran cuarta da no decir nada de antemano para probar el carácter del príncipe; cuando ya no lo vio en su rango visual aprovechó y se escabulló por los arbustos del jardín, sabía que estaba mal pero quería saber de qué estaba hablando la emperatriz con su madre.

Emperatriz Lurett: "Quiero que tu hija se case con mi hijo, claro que esperaríamos a hasta que llegue a la edad adulta"

Leila *Lo siento pero eso no va a suceder, además aquí la edad adulta es de 16*

Marquesa Aurora: "Es decisión de ella si se quiere casar o no"

Emperatriz Lurette: "Umm...veo que no tienes en cuenta algo, si yo quisiera ordenaría que tu hija se case ahora mismo pero no lo haré por el aprecio que le tengo"

Marquesa Aurora: "Gracias por el aprecio, pero es decisión de mi hija"

Emperatriz Lurette: "Bueno tenlo en cuenta"

Terminaron la conversación y llegaron el Emperador justo al Marques y sus hijos, Leila tuvo que salir de su escondite y regresó como si nada hubiera pasado; por otro lado Gerald regresó algo tarde, se despidieron ambas familias y regresaron a sus hogares.

Leila se propuso ser más fuerte y así poder rechazar formalmente el compromiso, no le gustaba la idea de ser atada a un compromiso sin su consentimiento y le quitaran su libertad como si no fuera nada; si ello se logrará sería como atrapar un ave, cortarle las alas y encerrarlo en una jaula de oro, simplemente agobiante.

Para beneficio de Leila, poseía la gracia al igual que su abuelo para poder estudiar magia; para que ella pudiera estudiar adecuadamente organizaron su horario y ella estaría aprendiendo magia de Rania Beltrán, anteriormente era una maga de primera línea en el campo de batalla, luego de pasar 13 años en las tropas de primera línea decidió retirarse y actualmente es maestra en la torre mágica.

Ella la estaría ayudando a controlar y canalizar su magia; en su clase sorpresivamente eran solo dos, Leila y un chico que se veía algo reservado. Quién iba a decir que esto iba a cambiar con el tiempo.

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