LA PREGUNTA

SEBASTIÁN

Ella siempre se iba, nunca se quedaba a dormir, yo quería despertar a su lado, tenerla entre mis brazos toda la noche no solo un momento, tenía que avanzar, falta muy poco para irme a España tengo que seguir con mi maestría y allá trabajaré en la expansión de la empresa, se que hoy ella no irá a trabajar tiene que llevar a su abuela al médico, últimamente ha estado enferma, me siento muy extraño cuando ella no está a mi lado.

Hoy tengo una reunión con el socio de mi abuelo el es un empresario de renombre en España el es Julio Avellaneda, de está reunión dependen muchos de los negocios más importantes, tiene una fama de ser una persona fría y sin sentimientos, poco se sabe de su vida personal se sabe que es viudo y tiene una hija pero hasta ahí, la reunión termina y se que me tendré que ir a España en seis meses, salgo temprano voy a la casa de mis padres, ellos aún no saben de mi relación con Natalia, pero creo que nos tiempo para hablar de ello, primero tengo que hablar con ella para formalizar por qué yo sí quiero una vida con ella, durante toda la comida platicamos de mi próximo viaje y nuestros planes a futuro.

Llegando a mi departamento Natalia ya me esperaba

--- Te extrañé mucho--- dijo, yo comienzo a besar su cuello mi cuerpo al verla se empieza a tensar tanto que duele es como un reclamo a la falta de saborear su piel que es tan dulce como la miel, tan suave como el pétalo de una flor mis manos se deslizan por toda su anatomía doy como un explorador descubriendo cosas y mundos diferentes pero en este caso son miles de sensaciones que activan nuestros sentidos, sus labios son tan suaves y cálidos siento como devoran cada espacio de mi cuerpo haciendo que pierda la razón su cara refleja inocencia pero a la vez tan bien sale su lado oscuro lleno de perversidad y lujuria, si esto es pecar no me importa estoy dispuesto a ir al infierno al probar el paraíso que ella me ofrece mis manos no pueden quedarse quitas recorren su blanca piel y mis labios se posan en los de ella, le digo lo mucho que la amo y lo feliz que me hace cuando ella está a mi lado, nos quitamos todo aquello que nos estorba hasta quedar completamente desnudo mi cuerpo está que arde, quiere entrar en la humedad de su cuerpo para apagar el fuego que llevo dentro y ella al parecer siente lo mismo que me acceso aquel lugar donde yo soy el único que conoce, ese lugar tan íntimo poco a poco entro tomo de sus manos ella gime de placer cierra los ojos y siento como ella disfruta cuando le hago el amor los dos caímos en un profundo orgasmo siento como libero toda mi semilla y se inunda en ella caímos en un profundo cansancio ella se acuesta en mi pecho y yo acarició su cabello por un largó tiempo solo nos contemplamos sin decir ninguna palabra pero el silencio se rompe cuando pregunto: