ATRÉVETE

NATALIA

No podía creer lo que había hecho, que pensaría Sebastián de mi, como pude hacerle todos eso reclamos y encima lanzarme si que los borrachos dicen la verdad. A la mañana siguiente mi cabeza estallaba la resaca si que era fuerte, pero como lo iba a ver a lis ojos le dije que me gusta ahora como le voy hacer, se puede oír el timbre, mi abuela abre es el con un café en mano.

--- Bueno día señora--- le dice a mi abuelita.

--- Te traje café espero que te sientas mejor---

dijo mirándome a los ojos, mi cara estaba tan roja, me llene de vergüenza por lo que había pasado la noche anterior.

--- Apúrate niña se les va hacer tarde--- dijo la abuela, salimos y tome el café pero el dolor de cabeza era terrible, poquito antes de bajar del auto el tocó mi pierna y me besó, yo solo me deje llevar sus besos eran tan deliciosos, su mano empezaba a subir, pero su teléfono empezó a sonar, el tuvo que contestar era mucha la insistencia.

--- Nos vemos después, me necesitan en el trabajo--- dijo dejándome otro beso.

--- Está bien--- solo eso pude decir, cada vez estaba cayendo en sus encantos, mi cuerpo estaba reaccionando de una forma muy rara, cada vez que el me toca mis piernas tiemblan y siento muchos escalofríos, y mi cuerpo quiere más de él.

Ya por la noche llegamos al edificio, tenía muchas ganas de preguntarle quién era esa chica que abrazo, se parecía mucho a la abogada, se trataba con mucha cercanía que pensé que tenían alguna relación, pero no me atreví a preguntar, solo pase a su departamento, el preparaba café.

--- Tengo que irme.--- dije mientras tomaba mi bolsa.

--- No te vayas, al menos acompáñame y tómate un café conmigo y platicamos--- dice.

--- Deja le aviso a mi abuela---

--- ok, te espero---

Salí de su departamento, tome un baño rápido y me arregle no se porque lo hacía si solo tomaríamos café, volví con él.

--- Que bueno que llegaste te tardaste un poco, Quieres cenar? hice mis famosas sincronizadas.--- dijo, empezamos a cenar, todo era risas, el se levantó me beso, yo correspondi, después me aparte un poco

y el decía:

--- atrévete, se que tú también quieres, vivamos lo, que vida solo hay una, por favor no seas cobarde.--- los besos se intensificaron, el me cargó y mis piernas se aferraron a su cuerpo, ya no había marcha atrás, había llegado nuestro momento, me llevo a su habitación, poco a poco fue quitando mi ropa hasta dejarme en ropa interior, yo traía un conjunto de lencería color vino, apenas lo había comprado pensando en el, mi subconsciente me había traicionado, el me miró por algunos minutos.

--- Te ves muy hermosa eres tan sexy--- fueron sus palabras, sus besos recorrían mi cuerpo, yo podía sentir un líquido bajando, estaba muy mojada, el tocó mi intimidad al sentir mis jugos paso sus dedos por mi vagina, para después llevarlos a su boca el los saboreo como si fuera un manjar.

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