El mundo de ella

El par trepó la cerca anexa al portón. Tal como Aiden había imaginado, las cosas tomaban una mala dirección, pero no contaba que iban a ir así de mal.

Normalmente, una alarma habría sonado y los robots de limpieza estuvieran bloqueando el paso o siguiendo a los infractores hasta que lleguen las autoridades a arrestarlos, pero nada de eso ocurrió.

—¿Por qué ese monstruo apareció aquí? No creo que haya alguna clase de grupo satánico o algo así en la escuela, aquí prácticamente solo hay estudiantes, ¿¡O sí!? —dijo Aiden, luchando por mantener su aliento en orden—. Y más importante. ¿Qué podemos hacer para que no lastime a nadie?

Arbitrariamente, había decidido que fue involucrado en todo esto, por eso quería una respuesta a cada una de sus preguntas.

—No hay nada que puedas hacer. Por esa razón yo estoy aquí, tú solo tienes que buscar un lugar para esconderte.

Tal fue la única respuesta a la lluvia de preguntas por parte de Aiden.

Luego de ayudar al joven a bajar la cerca, colocó el brazo de Aiden sobre sus hombros para crear un apoyo, ya que él acababa de recibir un fuerte golpe.

Sin perder más tiempo reanudaron su retirada estratégica. Corrieron por uno de los pasillos abiertos, que consistían únicamente de techo y barandal, que conectaban las instalaciones; sin embargo, antes que pudieran alcanzar la entrada a uno de los edificios, Aiden escuchó unos tenebrosos pasos detrás.

La misteriosa chica volteó, tomó puntería con su arma y disparó sin dudar, todo a una increíble velocidad.

Aiden lo había notado, que ella llevaba esa arma consigo un momento y otro no, pero a causa de toda esta situación no había podido hacer un comentario sobre ello.

—Qué imprudente de su parte —dijo Maika para sí misma—. El hechizo de control no debe de estar completo para que uno venga a buscarme a un lugar donde podrían verlo personas normales.

—HA..HAHA...HAHAHAHAHAHA.

El monstruo con una horripilante expresión en su rostro empezó a reír hasta estirar al máximo sus cuerdas vocales y su voz se distorsionó en algo horrible que Aiden no creía posible, tanto que ponía a uno a pensar "¿Qué clase de cosa terrible acecha en lo profundo de los marcos de ese cuerpo humano?"

Maika apretó el gatillo sin vacilar, soltando una ronda de dos disparos, pero el monstruo esquivó la bala moviéndose a una increíble velocidad. Las balas son indudablemente rápidas y poderosas, pero solo cubren un área de 9 mm después de todo, por lo que consiguió esquivarlas con facilidad.

—¡Tch! No puedo pelear con todo aquí, no quiero llamar mucho la atención.

Maika repitió la moción de disparar una bala detrás de otra, tomó a Aiden y continuaron moviéndose, esta vez hacia otro sitio más conveniente.

El monstruo arrancó un cartel con direcciones que estaba sujeto al suelo cerca de él y lo arrojó con sobrehumana fuerza hacia ellos. Este se estrelló en el suelo partiéndose en pedazos, de los cuales unos cuantos rozaron la espalda de Aiden.

No lo golpeo, pero Aiden gimió del susto cuando reventó en pedazos y sintió los trozos rozándolo. Como su respiración estaba a un ritmo acelerado y corto de aire, las palabras salían de forma brusca de la boca de Aiden.

—A… ¿A dónde vamos…? ¿Dónde podemos escondernos?

—A un lugar más amplio en el que pueda encargarme de eso rápidamente. –dijo Maika, llena de confianza en su voz.

—Entendido... ¿¡Qué!?

El confundido joven no se percató de que Maika trataba de darle algo de seguridad mostrándole confianza y, en realidad, ¿quién podría culparlo?, porque ante sus ojos todo esto parecía una locura.

Doblaron por la esquina del edificio al que antes trataron de entrar y llegaron a un jardín. Había una pequeña fuente y algunos bancos rodeados por áreas verdes; unos cuantos de los caminos que conectaban con los edificios cercanos terminaban aquí. Se detuvieron frente a la fuente.

«¿Querías una aventura excitante? ¡Ja! ¡Trata de imaginar algo tan loco como esto yo del pasado! Creo que hubiera preferido la versión en la que luchaba contra una pandilla... A este paso aún puedo esperar que aparezca Van Helsing, Dante o un hombre lobo metrosexual para matar al demonio, ¿verdad?»

—¡Rápido, aléjate lo más que puedas!

—¿Qué hay de— Sus palabras fueron interrumpidas por un fuerte sonido proveniente del monstruo, persiguiéndolos. Lo confundió con un fuerte ruido porque no estaba seguro si a eso se lo podía llamar una voz.

—¿CANSADOS DE HUIR? PERSEGUIR YA ABURRIÓ. QUIERO COMER. QUIERO COMER. QUIERO COMER.

Si se lo podía llamar a eso hablar, el monstruo comunicó sus intenciones como si en su voz estuviera mezclado el sonido de uñas raspando un pizarrón antiguo y sus oraciones apenas tenían sentido.

Los ojos de la criatura se clavaron en Aiden el instante que lo vio, parecía que con solo la mirada podría atravesarlo. Sin embargo, al igual que ocurrió con Aiden, el monstruo también tuvo un sentido una resonancia, como los machos de una camada encarándose en esa temporada del año. Un poderoso instinto que desconocía hasta ese momento había despertado en el joven. Instinto de supervivencia del más puro y gutural, uno debía devorar al otro.

—ES TIEMPO. CAMBIAR RECIPIENTE. —La expresión del monstruo cambió a una ominosa sonrisa.

Maika rápidamente metió su mano al maletín para sacar unas piedritas grabadas con un idioma que Aiden no reconocía, procedió a arrojarlas sobre la fuente detrás de ella.

El monstruo dio un salto inhumanamente largo, sin ningún impulso cargó hacia Aiden y Maika, quién en lugar apuntar su pistola hacia él, la apuntó hacia la fuente.

Al unísono, con el conjuro que murmuraba, formaba líneas en el aire con su dedo índice y corazón, como si dibujara un símbolo en el aire, luego de haber arrojado su maletín a un lado.

La destreza con que lo hacía dejó atónito a Aiden. Lo hacía pensar que era alguna clase de rito para ahuyentar malos espíritus que se veía en películas de dudosa calidad, más precisamente en ese buen actor en un terrible film de terror.

¿Es alguna clase de exorcismo? Pensó, el joven con el corazón latiendo a mil por hora. Ciertamente, lucía como un tipo de ritual de exorcismo oriental sacado de una película, pero no era del tipo que Aiden creía. Siendo justos, se merecía algo de crédito, pues no estaba equivocado del todo.

Para entonces el monstruo se encontraba a solo un metro de ellos, pero Maika ya estaba preparada con su arma apuntando a la fuente detrás de ella. La bala impactó la superficie del agua, lo que hizo que esta salpicase en todas direcciones, como en una pequeña explosión más que una simple bala de 9 mm.

El agua cayó como lluvia sobre el par de jóvenes y el monstruo, que estaba menos de una décima de segunda de despedazar a Maika, cosa que nunca ocurrió.

El monstruo cayó de golpe al suelo y chispas aparecieron del cuerpo de la criatura con apariencia humana, formando estigmas por debajo de su piel. Había quedado efectivamente inmóvil, por más que tratase no podía moverse ni un poco.

—¿Qué es esto?

Quién dijo esas palabras no fue el monstruo tensando sus músculos en el suelo inútilmente para poder levantarse; tampoco Aiden, quien estaba tan asombrado que no podía ni hablar. Fue Maika con una voz fría y su expresión era más aterradora que propio monstruo; fría y llena de condescendencia.

Aiden no pudo evitar pensar que no importa cuan talentosa sea, ese tipo de actuación definitivamente no iba para nada con ella. No quería verla en ese tipo de película en que la protagonista al final resulta ser peor que el monstruo.

—¿No ibas a matarme? —dijo Maika. En realidad no era ningún acto, estaba molesta, muy molesta, por haber puesto en peligro a alguien normal, como estaba de repudiada hacia la criatura a sus pies.

Solo tenía que levantar un poco su brazo y poner un poco de fuerza a su dedo índice para acabar con el monstruo y fue exactamente lo que hizo. Sin advertencia puso una bala en el centro de su frente.

Aiden saltó en reflejo, pero lo vio a continuación le puso más la piel gallina que cualquier otra cosa que haya visto ahora. La cabeza humana estaba resquebrajada como un huevo roto y pelada por la electricidad de antes, como la piel al pelarse por quemaduras, con trozos de piel muerta por aquí y por allá.

—Ya veo, por eso pudiste escapar. Una malformación. Probablemente, fracasó en ir a la siguiente fase. Como resultado, su poder aumentó considerablemente en comparación a los otros, pero no solo es inestable, la inteligencia disminuye la misma magnitud que el poder asciende. Así no eres diferente a una masa musculosa de instintos.

Debajo de toda apariencia humana, su piel era de un color plata sucio, con tez y acentos grises; la forma real de su cabeza era puntiaguda, más pequeña que la de un ser humano, del tamaño de una palma abierta de un adulto; desde la corona puntiaguda salían dos rallas que alternaban entre rojo y azul, cruzando por los ojos. Daba la impresión que lloraba melancólicamente un momento y lloraba sangre por la ira en otro.

—Gracias a eso cayó en una trampa tan simple como la de usar el agua como un conductor. Tu cuerpo es humano, por afuera, al menos. Hice un enlace entre el cántico y el agua, convirtiéndola en algo parecida al agua bendita temporalmente. —Maika continuó hablando frívolamente, repasando su estrategia como si Aiden no estuviera presente—. Aunque estés escondido dentro, el agua entró por tu boca y ojos, además cubrió y atravesó tus poros creando una red mágica incluso más eficiente que el sello mismo. ¿Entiendes lo que digo? Dudo que seas muy inteligente, de hecho me sorprende que puedas emplear un poco del lenguaje humano.

—Hambre. HAMBRE. HAmmBRE. NuEvO REcIpiEnTeee. HARaMBRe. —La criatura trataba de articular, pero al final no era posible con las constantes descargas que recibía.

—Lo siento, pero esto ha sido todo para ti.

Su expresión se mantenía tensa, pero algo cambió en su voz. Una pizca de remordimiento podía escucharse en sus palabras. Sonaba melancólica, pero Maika era una cazadora antes que todo. Reafirmo el arma en su mano y dijo sus últimas palabras a su presa.

—No pude salvarte.

—¡¡GEFFSAFFG!! —El monstruo gimió de forma escalofriante, grabándose en los pensamientos de los presentes.

Aiden dio nuevamente un pequeño salto hacia atrás involuntariamente cuando el sonido del arma siendo disparada llego a sus oídos, hoy era la primera vez que, con toda su conciencia, escuchaba el verdadero sonido creado por una bala al ser disparada.

Entre muchos de los confusos pensamientos dando vueltas en su mente, uno bastante peculiar se formó: "Es totalmente diferente a como suena en las películas, de alguna forma lo es".

Trataba de no mirar para evitar vomitar, pero extrañamente no salió ni una sola gota de sangre.

—Ahora voy a limpiar el resto, te aconsejo que no mires.

Maika recogió su maletín para sacar ocho monedas comunes y corrientes, que usualmente las personas normales cargan para tener el cambio justo para usar el transporte público, lo cual era inútil en esta ciudad, siendo casi todo electrónico. Las colocó alrededor del cuerpo y empezó a susurrar, sonaba como si estuviese orando en un idioma desconocido para Aiden. Una vez que le dio más pensamiento al asunto, entendió que idioma era, no lo que decía, pero al menos llego a comprender que algún tipo de lengua germánica, probablemente una muerta.

Sin ningún aviso, el cuerpo comenzó a arder, toda el área que estaba dentro de la zona restringida por las monedas más exactamente.

Las flamas danzaban situacionalmente con el repentino viento que iba y venía a su complacencia.

Unos cuantos segundos transcurrieron hasta que eventualmente desaparecieron, dejando absolutamente nada detrás. El cuerpo había desaparecido, las monedas también y ninguna señal que haya habido fuego allí había quedado tampoco; a duras penas, un pequeño rastro oscuro en el suelo. Solo tomó un par de segundos, 16 segundos, fue tan rápido que Aiden no pudo procesar la información que entraban por sus ojos por completo.

Eso que presenció no podía llamarle simplemente cremación. Comparando la información surreal recién asimilada y la previa, chocaba con su sentido común de maneras que lo hacían sentir aturdido.

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