¿Quien Es El Padre De Mí Hijo? {En corrección}
Londres, Inglaterra.
– Dios, mi cabeza – me levanto llevando una de mis manos a mi cabeza que creo que está a punto de estallar.
Abro los ojos lentamente permitiendo que se adapten a la luz solar que inunda mi habitación, un momento, observó toda la habitación y caigo en cuenta de que ¡Esta no es mi habitación!, bajo la mirada a mi cuerpo y este estaba totalmente desnudo ¡oh por dios! ¡Esto no puede ser cierto!
Me levanto rápidamente de la cama, pero nuevamente me siento al sentir un punzada de dolor en mi zona íntima tocó la parte baja de mi abdomen y miró las sábanas donde yace una pequeña mancha de sangre espera esa es mi sangre no puede ser ¡oh por dios! esto no es posible, Rebecca, pero ¡¿qué hiciste?! cómo pudiste... Trato de recordar qué pasó, pero no puedo, rápidamente me coloco la ropa interior, seguido a ello me colocó la falda cuando...
–Sí, abuela, ella está detrás de esta puerta - escucho la voz de Isa y la puerta se abre mostrándome a toda mí familia y a mí prometido, los mismos que a su vez me miran sorprendidos.
-Pero ¡¿qué significa esto Rebecca?! - exclama mí padre furioso, mirándome de pies a cabeza.
-Padre, yo te lo puedo explicar… - le digo colocándome la blusa.
-¿Explicarme qué?, ¿qué te acostaste con otro hombre que no es tu prometido? - pregunta furioso señalando a Lincoln, luego se me acerca - ¿Dónde está el infeliz con el que te revolcaste? - dice señalando la cama sin quitar su mirada de mí.
-Mmm, no lo sé… - respondo cabizbaja - cuando me levanté ya no estaba – dije casi en un susurro.
-¡Rebecca Lizzie Mickelson Smith! ¡me has decepcionado jovencita! no puedo creer que hayas hecho esto… - me dice mi abuela con una mirada de decepción - si tu abuelo viera esto de seguro moriría por segunda vez de un infarto, pero ¿cómo pudiste hacerle esto a Lincoln y a la familia? ¿p- por qué? – Agregó casi quebrantada.
-Abuela te juro que no lo sé, sólo desperté aquí en esta habitación… desnuda - me empiezan a picar los ojos - yo no bebí ni una sola gota de alcohol anoche, solo tomé un vaso con agua saborizada y tú sabes que yo no sería capaz de acostarme con otro hombre, mucho menos cuando estoy comprometida con Charl… - le digo tomando sus manos, ella solloza y siento que al instante corre una lágrima por mi mejilla - y menos al apellido Mickelson- le digo, porque es verdad, yo no empañaría el apellido de mí abuelo quien me lo confió a mí como su nieta heredera antes de morir hace un año.
-Después de esto ya no sé qué pensar- dice llorando antes de irse y, al hacerlo, yo sentía como se quebraba mi corazón.
-Siento que no te conozco, ¡esta no es la hija que crié!, mí niña nunca le haría esto a la familia… - dice mi padre mientras camina hacia la salida. Le alcanzó desde atrás y lo abrazo.
-Papá, pero, soy yo, ¡tu niña! - le digo llorando.
-¡Después de esto ya no lo eres!, no te reconoceré como mí hija porque mi hija murió a partir de ahora - dicho esto se deshace de mí abrazo y se va.
-¡Papá, papá! - lo llamó, pero él sigue caminando hasta que desapareció de mi vista, al instante siento mis piernas temblar y caigo al piso. Esto no es cierto, no puede ser cierto.
Me cubro la cara con mis dos manos y lloró desconsoladamente.
-¡Oh! primita, pero, ve el lado bueno… - dice Isabella agachándose hasta mí altura y la miro - ahora yo seré la heredera de esta familia y ya no tendrás que casarte con alguien a quien no amas - dice ella con una sonrisa triunfante.
-Solo espero que después de esto tu padre te eche de la casa como la deshonra que eres - agrega su madre, quien es, a su vez, mí madrastra.
-Ya no eres un obstáculo para nosotros, ya que, de verdad, quiero decirte que tampoco quería casarme contigo… a quien amo es a Isabella – dice Lincoln, quien aprovecha el momento para acercarla a sus brazos y darle un beso. - ¡Das asco, perra! – continúa diciendo con amargura y desprecio – pero, no te preocupes, yo te daré dinero suficiente para que te vayas y no regreses jamás - dicho esto se retiran los tres dejándome sola.
(cuatro días después)
Después de que me abandonaran en esa habitación, volví a la mansión Mickelson donde, como habían dicho, me desheredaron, así que mi padre decidió enviarme a casa de mamá.
Justo ahora, me encontraba bajando del avión, con mi corazón acelerado, tenía tiempo sin ver a mi madre. Cuando ingresé al pasillo y llegué a la orilla de las escaleras eléctricas, me fijé al primer piso, hacia donde me dirigía, vi entonces, un cartel colorido que llevaba mí nombre, ¡era mamá!, le sonrío y bajo los escalones corriendo hasta sus brazos.
-¡Mamá! - la abrazo mientras lloro - ¡te he extrañado mucho, mama! – le digo con sollozos.
-¡Y yo a ti cariño! - dice llorando, ¡por Dios! ¡como la he extrañado!, hace dos años que no la veía, ya que ella y papá se divorciaron porque, según ellos, ya no había conexión entre ambos. Después del abrazo nos separamos y nos quedamos mirando con una sonrisa.
-¡Ah, mamá! ¡no sabes cuánto he deseado este momento! - le digo limpiando sus lágrimas y ella hace lo mismo con las mías.
-También yo, cariño, pero, ¡vamos! Quiero que conozcas a unas personas -dice emocionada tomando una de mis maletas.
-¿Personas?, ¿qué tipo de personas? - la miró mientras ella sólo sonríe y camina, yo la sigo. Cuando salimos del aeropuerto nos subimos en una camioneta azul y nos adentramos en la carretera.
Llegamos a una granja que, ¡wow!, es muy hermosa. Mamá abre un gran cercado de madera y me invita a pasar, al ingresar, nos topamos con un hombre y una chica junto a él, se encontraban de pie bajo un árbol.
-Cariño, te presento al señor de la granja, Massimo Holmes, esta es su hija Verónica – dice mamá, el señor Holmes me da la mano y yo la estrecho mientras le sonrío.
-¡Encantada de conocerlos!, mi nombre es Rebecca, de antemano les agradezco por recibirme en su hogar - les digo sonriendo.
-Tranquila, eres la hija de Elizabeth y serás bienvenida siempre - dice el señor Holmes con una gran sonrisa.
-¡Ah, cariño! hay otra cosa que me gustaría comentarte, el señor Holmes y yo es...
-…están juntos, lo sé – le interrumpo sonriendo.
-¿como que lo sabes? - pregunta mí mamá un poco confusa.
-Ja, ja, ja, ¡mamá! ¡se les nota a leguas! – rio al ver los rostros de mi mamá y de su nueva pareja, y a su vez, se une a mi carcajada la chica llamada Verónica.
-Se los he mencionado y no me creían - comenta por fin Verónica, que hasta ahora sólo le había escuchado su risa - ¿quieres que te enseñe tu nueva habitación?, ¡ven! dejemos a estos viejos tórtolos solos – me comenta con aire de confianza.
-¡Claro!, muéstrame el camino, por favor - le digo amable.
-Por aquí, señorita Smith - dice ella en broma.
-Okay, señora Holmes - le respondo riendo.
-¡Oye, yo no soy ninguna señora! - se queja entre risas.
-Okay, okay, enséñeme mis aposentos, jovencita - le bromeo.
-Por aquí, mademoiselle – que significa señorita en francés, me dirige hacia unas escaleras y subimos hasta el segundo piso, abre la primera puerta y me enseña una muy linda habitación.
-¡Es hermosa, me encanta! – le digo después de haber visto por dentro la habitación.
-Esperaba que te gustara, la decoré yo - me miró sonriendo.
-¡vaya! Se te da muy bien esto de decorar ¿eh?, ¿dónde aprendiste? - le pregunto, pero, al parecer mi comentario le incomodó - ¡oh! lo siento, no quería…
-No te preocupes… – me interrumpe - … es sólo es que, pienso en mi madre, era diseñadora de interiores y sabía muy bien cómo decorar una habitación - me dice finalizando con un intento de sonrisa que se quedó en una línea recta en sus labios.
-¿Tu madre falleció? - le pregunto, mientras siento que se forma un nudo en mi garganta.
-Sí, hace un año - me responde triste.
-¡Uy! lo siento, de verdad, ¡que estúpida soy! ¿Cómo pude preguntar eso? Discúlpame, por favor… - me regaño a mí misma, no sé cómo puedo ser tan imprudente a veces.
-Tranquila, he sobrellevado muy bien esta situación, de a poco, claro está, no ha sido fácil porque de ella aprendí muchas de las cosas que me encanta hacer, como esta - dice sonriendo y señalando la habitación.
-Bien - digo mirándola y pensando en qué tan fuerte ha de ser quedarse sin una madre, aquella que te sostuvo por un buen tiempo en su barriga, y que te quiso, y a quien tú quieres...
-¿Quieres que te ayude? – pregunta sacándome de esos pensamientos – con esto… - continúa, señalando las maletas.
-¿Ah? ¡okay! ¡sí!, gracias - le digo y ella me sonríe.
Luego de que Verónica me ayudara a desempacar, se retira dejándome sola para poder ducharme y descansar un poco. Después de tomar un baño, decido dormir un poco.
-Cariño… - siento cómo me llama una suave voz, abro mis ojos y me encuentro a una mamá sonriente - … ¡ya está la cena!, ve a lavarte y bajas - dice y yo asiento, mamá se retira cerrando mi puerta. Me lavo rápidamente y bajó a paso muy rápido las escaleras, me dirijo al comedor y los veo platicando.
-ven cariño, te estábamos esperando - asiento y camino sentándome al lado de Verónica.
Después de una agradable plática y deliciosa cena nos fuimos cada quién a su habitación.
(Un mes después)
Me encontraba con mi mamá, Max ( a quien decidí recortar su nombre porque tardaba menos en llamarlo) y Roni (sí, también hice lo mismo con verónica) en la camioneta, nos dirigimos al hospital ya que llevo más de una semana con un sueño incontrolable, leves mareos y hace días que no dejó de tener náuseas, he vomitado en varias ocasiones; incluso, ayer tuve un desmayo repentino mientras iba bajando las escaleras, por suerte en ese preciso momento se encontraba a mi lado Verónica, quien no sé cómo hizo para aguantar este bulto de papas que llevo yo por cuerpo.
Al llegar, entramos, tomaron en recepción mis datos y la amable señorita nos dijo que esperábamos el llamado.
Al cabo de casi una hora, escucho mi nombre junto al número de consultorio en el que me atenderán, provenir de los altavoces, mí madre y yo nos dirigimos hasta el consultorio y después de varios chequeos de protocolo por parte del médico, nos informa que no hay ninguna alteración, afirmando que me encuentro muy bien.
-P- pero, ¿cómo que bien? ¿y los vómitos, la fatiga, los mareos?… ¿y el desmayo que le comentamos tuvo mi hija ayer?, hasta donde conozco eso no es signo de estar bien - mi mamá le dice molesta al médico.
-Tranquila señora, eso no es significado de estar enferma, por lo menos no en caso de la chica, los exámenes de sangre arrojaron que la señorita Rebecca Smith está embarazada - dice el doctor un poco apenado por la forma en que lo informó.
-¿¡Cómo!? - exclamó mamá en casi un grito - debieron equivocarse… - dice tratando de calmarse - les pido por favor los vuelva a analizar, mi hija no conoce mucho por aquí así que, ella no ha salido, es que no entiendo…
-Sí, en este hospital los repetimos dos veces para mayor seguridad del paciente, y en los dos exámenes de sangre que se le hizo muestra que la señorita se encuentra en estado de embarazo – concluye el médico.
-A ver, ocurre que yo no puedo estar embarazada, ¡apenas tengo 19 años! – apenas puedo tirar el comentario al aire aún con mi estado en shock.
-Mmm, señorita, yo sólo puedo enseñarle los dos exámenes de sangre y, según los síntomas que usted me dijo que ha estado teniendo por cierto tiempo, pues, se llega a esa conclusión… - el médico me entrega los exámenes y, ¡oh por Dios! Lo confirmó con mis ojos, que al instante se humedecen.
-¡No!, ¡no puedo! No… yo no puedo, ¡mamá! - la miró con desespero.
-Tranquila mi amor, estoy aquí - nos abrazamos y ella me acaricia la espalda mientras lloro.
Después de parecer un mar de lágrimas frente al médico, este nos entrega una orden la que me serviría para platicar con una ginecóloga. Debido a que la cita era el día siguiente, nos preparamos y asistimos.
-¡Hola!, adelante, tomen asiento – dice la ginecóloga. nos sentamos, me realizó varias preguntas mientras escribía en su computadora; luego, me invitó a ubicarme en una camilla, me realizó una ecografía para conocer el estado de la criatura que se formaba apenas.
Finalmente, me entregó vitaminas, entre otros medicamentos junto a una cita con un nutricionista para que establezca la dieta que debo sobrellevar ahora como mujer embarazada.
Mientras tanto, yo seguía indecisa, cada vez que me miraba la panza me sentía dudosa frente a tener o no a este bebé. Hasta que tomé una decisión, yo no quería abandonar a este bebé, yo de verdad no quería, era un ser humano formándose en mí, y era algo nuevo para mí, no sé aún qué tan duro será criarlo, pero si cuento con el apoyo de mi mamá en estos momentos sé que saldremos adelante, sinceramente pienso que él no tiene la culpa y yo tampoco, yo no recuerdo absolutamente nada de lo que ocurrió aquella vez; además, cuando vi la pequeña masita que era me enamoré así, sin más. ¡Me quedo con él!
Mes a mes mí barriga iba creciendo, el proceso fue hermoso, tuve náuseas hasta unas semanas más y luego algunos medicamentos y alimentos me ayudaron a sobrellevar mi embarazo; mi madre me acompañó a todas y cada una de las citas con la ginecóloga, nutricionista, internista, ¡todas!, ella estaba tan emocionada como yo, y no éramos las únicas, Max y Roni estaban encantados, hasta el día en que mi pequeño Ciel Damián Smith Holmes vino al mundo, todos estábamos felices, emocionados y asombrados por el recién nacido.
Decidí colocarle ese nombre ‘Ciel’ porque era el nombre de mi abuelo materno que murió cuando yo tenía 12 años; ‘Damián’ por mi abuelo paterno a quien quise muchísimo; y bueno, al desconocer el nombre y apellido del hombre que aportó únicamente con su semen para la formación de mí bebé, por petición de Max y Roni le agregué, después de mi apellido, el Holmes, ya somos una sola familia.
Pero hoy, después de cuatro años con mamá, decidí regresar a Londres..
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Corrección de capítulo número uno y también un poco mejorado espero que les guste bye 😘.
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Updated 54 Episodes
Comments
~√{©£¢%}✓¶🌟💖
Y no siquiera vio al hombre con quién se acostó???
2025-02-10
0
Nelida Diaz constantino
quisiera saber si ahí va a quedar la historia o falta más capítulos
2024-06-02
1
Aura Ujueta
Muy mala la narradora y casi sin volumen
2024-03-03
0