Capítulo IV

Emma se encontraba en uno de los cajeros automáticos de la Academia. Revisó el contenido de su tarjeta de débito y, como imaginó, estaba vacía.

La institución tenía un banco privado en donde administraban las ganancias de sus estudiantes. Todos tenían sus propias cuentas y tarjetas y podían ir a consultarlas o retirar dinero en el momento que quisieran.

Los cazadores compartían cuenta con sus familiares. Lo que ganaran en las misiones, se lo transferían directamente a sus cuentas. Y no solo compartían sus cuentas, sino también sus habitaciones.

Por el asesinato que llevó a cabo Travis, sus superiores habían vaciado su cuenta bancaria. Tenían unos ahorros del mes anterior y había creído que ese dinero bastaría para pagar aunque fuera una parte de la matrícula. El resto lo completaría vendiendo algunas de sus cosas. Pero como temía, no tenían nada. Allí se iba su única esperanza. No tenía alternativa, debía pactar con Luke y conseguir pagar la matrícula lo antes posible.

***

Faltaban cinco minutos para que las manijas del reloj marcaran las doce de la noche, Emma caminaba por el bosque que rodeaba la Academia, notó que se encontraba a unos metros del árbol de Lilith. Al llegar, dejó su canasta en el suelo, contenía objetos necesarios para el ritual, se dispuso a esperar.

—Creí que no llegarías a tiempo. —Escuchó Emma.

Desconcertada, miró hacia todas las direcciones, pero no vio a nadie.

—Aquí arriba. —Subió la vista y ahí estaba Luke, sentado en una de las ramificaciones del árbol. Él rio y, de un salto, bajó ágilmente.

Llevaba puesta una camiseta blanca sin mangas y unos jeans negros, tenía su rubio cabello desaliñado, lucía como si acabara de levantarse. A pesar de su delicada figura, podía notarse que tenía un cuerpo muy bien entrenado, sus abdominales y bíceps estaban bastante marcados. Emma imaginó que, aunque no hubiera tenido un cazador como compañero, había entrenado duro de todas formas.

—¿Qué hacías ahí arriba? —preguntó Emma, mientras se acercaba a él.

—Esperándote —le sonrió amablemente—. Bueno ¿Por dónde empezamos?

—¿Estás diciendo que quieres ser mi familiar, pero no tienes idea de cómo es el ritual?

—Básicamente. —Admitió Luke, rascándose la cabeza y con una inocente sonrisa.

Emma suspiró y negó con la cabeza, seguía dudando si hacerlo o no, pero mientras más pensaba menos opciones se le venían a la mente. Mejor dicho, solo tenía una y era esta. Se inclinó hacia su canasta y sacó dos pequeños frascos de cristal que contenían un líquido violeta y brillante, estaban casi llenos. Luego sacó un pequeño pero bien afilado cuchillo.

—Entonces tendré que explicártelo. Presta atención —dijo con seriedad.

Luke asintió y observó lo que ella tenía en sus manos.

—Estos frascos contienen una poción llamada infernalis loop ¿Sabes qué significa?

—Lazo infernal —contestó Luke con total seguridad—. Conozco bien las lenguas muertas —agregó.

Emma se sorprendió, muy pocas Academias eran tan avanzadas como para poder aprender a la perfección las lenguas utilizadas para los hechizos, maldiciones, pactos, etc. En ese momento, dedujo que Luke debía tener una muy buena educación. ¿Qué otras sorpresas tenía ese muchacho?

—Muy bien. Esta pócima es utilizada para conectar un alma de la naturaleza, como la mía, con un alma demoníaca, como la tuya. Quedarán unidas por toda una vida, y aquí está el truco, estarás conectado a mí por toda mi vida terrenal, pero, el día que muera, morirás conmigo. En el caso contrario, es decir, si tú mueres, eso no afectará a mi línea vital ¿Entiendes?

La sonrisa de Luke desapareció y una expresión de seriedad tomó su lugar.

—Lo sé, Emma, lo supe desde el primer momento.

Emma volvió a sorprenderse, aun sabiendo eso ¿quería ser su familiar y sacrificarse por ella, arriesgarse a vivir con la condición de que ella estuviese respirando, y, lo más importante, sin ni siquiera conocerla completamente? Ese chico estaba demente.

—Luke, no entiendo, si conocías todos los términos ¿por qué te sometes de esta manera solo para ser mi familiar? Apenas me conoces.

Luke se rascó la cabeza y miró el suelo, la verdad es que no era bueno expresándose. Soltó un leve gruñido y se acercó rápidamente. Emma se asustó, así que dio un paso hacia atrás. Él la tomó de la barbilla y la obligó a mirarlo a los ojos, como era más alto que ella, Emma levantó el rostro hacia él.

—Es cierto, tal vez sea la decisión más importante de mi vida, pero cuando te conocí supe que debías ser mi cazadora, no me preguntes por qué, solo lo supe. Quiero ser tu compañero y nada de lo que salga de esos lindos labios va a hacerme cambiar de opinión —dijo seriamente.

Y por tercera vez, Emma quedó anonadada. Ese no era el chico tímido y dulce que había conocido el día anterior, se había convertido en una persona totalmente diferente. Eso no le gustó para nada, parecía como si estuviese jugando con ella, y si era así, él saldría muy mal herido.

—Quita tu mano de mi rostro —dijo con severidad.

Luke sintió un escalofrío por la peligrosa mirada, no entendía cómo alguien tan pequeño podía emanar un aura tan asesina. Como si la piel de ella le hubiese quemado, retiró rápidamente la mano.

—Toma esto —dijo Emma mientras le acercaba los dos frascos.

Los tomó sin dudarlo. Ella levantó el cuchillo y lo apoyó en su mano izquierda, puso presión entre el filo y su piel y arrastró la hoja con fuerza hasta dibujar una línea roja que goteaba sangre en su mano.

—Bajo la luz de la luna llena, presento a estas dos almas, hijos de la noche, que desean jurar lealtad y unión eterna —recitó Emma—. Dame uno de los frascos y toma el cuchillo.

Luke obedeció. Emma lo tomó con la mano derecha y le quitó la tapa de corcho que lo mantenía cerrado, colocó la mano herida sobre el frasco, apretó fuertemente los puños y un hilo de sangre le recorrió la mano hasta caer exactamente dentro del contenedor de cristal.

—Generalmente, este ritual suele hacerse con un hechicero, un testigo que llevaría a cabo la unión del lazo, pero en este caso no lo necesitamos, puedo hacerlo yo misma —aseguró.

—¿Igual como hiciste con Travis?

Esas palabras hicieron que Emma sintiera una punzada en el pecho, no podía olvidar la pelea que habían tenido, le dolía profundamente tener que hacerle eso, pero no tenía otra alternativa, ya que la Academia Gehena era muy estricta con respecto a los pagos mensuales de los alumnos. Debían pagar a término cada primer día del mes, no podían retrasarse ni un solo día, si no serían expulsados inmediatamente. Era la escuela de cazadores más prestigiosa del mundo y, por ende, tenían muchas reglas y exigencias que se debían seguir al pie de la letra si querían permanecer allí.

Sentía que todo era su culpa. Si no se hubiese distraído aquella noche en el bosque, ese hombre no la habría atacado y Travis no habría perdido la compostura. La culpa la carcomía por dentro, no podía permitirse dejar la Academia, y mucho menos dejar a Travis sin un hogar. Quería lo mejor para él y haría todo lo que estuviese en sus manos para dárselo, aunque eso significase que la odiase.

—Sí, fue parecido con Travis —dijo con tristeza en su voz—. Continuemos.

Emma le entregó el cuchillo.

—Vierte tu sangre dentro de tu frasco, recuerda que debes cortar tu mano izquierda.

Luke asintió, destapó el contenedor e hizo exactamente lo que Emma le indicó.

—Repite después de mí: «Mi sangre simboliza mi alma, te la otorgo y confío. De ahora en más, no estaré solo, sino contigo. A partir de hoy seremos uno, hoy y siempre».

—«Mi sangre simboliza mi alma, te la otorgo y confío. De ahora en más no estaré solo, sino contigo. A partir de hoy seremos uno, hoy y siempre» —repitió.

—Bien. Ahora intercambiamos frascos.

Eso hicieron. Emma tomó el de Luke y Luke tomó el de Emma.

—Sostenlo con la mano izquierda —indicó ella.

Él obedeció. Emma se acercó y tomó la mano derecha de Luke.

—Aún puedes arrepentirte... ¿estás seguro de esto? —preguntó seriamente.

—Estoy seguro —contestó sin dudar.

Emma suspiró. Él no tenía señales de duda, pero ella sí. Esperaba que se arrepintiese en algún momento, pero no fue así. Respiró y cerró los ojos. «Por Travis», pensó.

Lo miró a los ojos.

—Debemos recitar el hechizo y beberlo al mismo tiempo. ¿Entiendes? —Luke asintió—. Bien, las palabras son Et unum sumus, que significa...

—Seremos uno —dijo Luke interrumpiéndola.

—Sí —dijo Emma—. Uno, dos... tres.

—Et unum sumus—. Recitaron al unísono y bebieron.

Sintieron como una energía los invadía, desde los pies hasta la cabeza. Una fuerte electricidad recorrió sus cuerpos obligándolos a cerrar los ojos, pequeñas luces azules comenzaron a aparecer a su alrededor, como luciérnagas en el bosque. Una fuerza invisible hizo que se elevasen ligeramente en el aire, y un hilo rojo nació del pecho de Emma y serpenteó hasta rodearlos a ambos e introducirse en el pecho de Luke. Sus cuerpos les quemaban como si estuvieran en llamas. Luke sintió la insoportable necesidad de abrazar a Emma, no pudo controlarse más y lo hizo. Ella sintió lo mismo y respondió a su abrazo. En ese preciso momento, sus almas se unieron. Ya no eran Emma y Luke, sino uno.

La muchacha hundió su rostro en el pecho varonil y sintió su esencia, olía a vainilla, a diferencia de Travis, que olía a uva. La esencia era la verdadera forma del alma. Dependiendo de cómo era por dentro, tendría diferente forma y aroma. Solo los cazadores y sus familiares podían sentirla, de esa manera podían rastrearse o saber si estaban cerca uno del otro.

Luke hundió su nariz en el cabello de Emma y también la sintió, era dulce, como caramelo. Esto lo sorprendió, esperaba algo más... amargo, por su áspera personalidad. No era tan agresiva después de todo.

Las luces fueron desapareciendo lentamente, junto con el hilo rojo, con suavidad, dejaron de flotar hasta que sus pies tocaron el suelo. Las piernas de Emma perdieron fuerza y cayó, pero Luke lo notó rápidamente y la sostuvo

—¡¿Emma?! ¡¿Qué pasa?! ¡¿Estás bien?!

—Sí —dijo, se podía notar lo débil que estaba por su suave voz—. El pacto drena mucha energía mágica, por eso suele hacerlo otra persona.

—¡Me lo hubieras dicho! ¡Encontraría a alguien que lo hiciera! Mírate, no puedes ni siquiera estar de pie. Ven.

La tomó en sus brazos y la sentó con suavidad bajo el árbol de Lilith. Apenas podía respirar y casi no sentía su cuerpo, todos sus músculos estaban adormecidos. El chico estaba más que nervioso y no sabía qué hacer. Comenzó a mirar hacia todas las direcciones pensando en dónde podría llevarla para conseguir ayuda. Emma notó con claridad eso.

—Tranquilo, sabía que iba a pasar esto. Por eso te dije que nos encontremos aquí. Haz que mi mano toque el árbol.

—No entiendo lo que dices Emma, debo llevarte a algún lado y rápido —dijo Luke, desesperado.

—Solo haz lo que digo. Ahora.

Luke sintió las poderosas palabras y sin pensarlo tomó su mano y apoyó la palma en el tronco del árbol. Una luz de color carmesí rodeó la pequeña extremidad e iluminó la zona del tronco que estaba tocando, sintió cómo el árbol le otorgaba energía y la recuperaba. Luke miró esto con mucha curiosidad, no entendía cómo era posible.

Como si le hubiese leído la mente, Emma comenzó a explicarle.

—Este árbol es muy antiguo, tan antiguo como la humanidad misma. Dicen que lo plantó la misma Lilith, la primera mujer de Adán, que era una hechicera como yo, la primera de la historia. Se dice que ella tenía un poder inmensurable, tan grande que al plantar este árbol plantó la mismísima magia en la tierra. Tiene tanta energía mágica que abastece todo lo mágico en el mundo y lo une con la naturaleza, su energía es inagotable, por eso al tocarlo puedo drenar lo que necesites y no se acabará.

—Impresionante —dijo Luke asombrado—. ¿Y puedes drenar energía de otras cosas?

—Sí, objetos, personas, animales, casi todo.

—Increíble, no enseñaban eso en mi antigua academia.

Emma guardó silencio, sabía que Luke tenía educación, solo debía saber dónde. Pero se sentía muy agotada como para indagar.

Su largo cabello comenzó a elevarse levemente. Las luciérnagas se acercaron a ella y la rodearon. Una familia de liebres se asomó por los arbustos, al igual que unos venados y otros animales del bosque.

—¿Qué está pasando? —preguntó Luke sin entender lo que sucedía a su alrededor.

—¿Tengo que explicártelo todo? —respondió, harta de la falta de conocimientos básicos de Luke.

Agachó la cabeza, algo avergonzado. Emma sintió cómo sus palabras lo afectaban, soltó un fuerte suspiro y lo miró.

—¿Recuerdas cuando dije que mi alma es de la naturaleza? —Asintió—. Bueno, la magia también lo es. Todo ser vivo está conectado por un vínculo invisible, la magia. Cuando algo muere, su energía vuelve a la naturaleza y se le es otorgada a un nuevo ser. La magia se manifiesta de incontables maneras, en los animales es la vida misma, energía pura. Ellos son atraídos por el flujo mágico que estoy provocando al recuperarme con el árbol, una parte la estoy absorbiendo, pero otra está dispersándose en el aire. Ellos pueden sentirla y sienten cómo los llama.

—Es hermoso —expresó Luke mientras veía como las luces rodeaban a Emma y su entorno.

Él la observaba, sentía como la magia llenaba su pequeño cuerpo, vio como cerraba los ojos lentamente y se concentraba en recuperarse. Tocó uno de sus mechones flotantes y deslizó suavemente la mano contra él. No podía creer lo que sus ojos estaban viendo. Sabía sobre la magia, pero nunca la había visto en su estado más puro. Nunca había visto ni sentido algo tan hermoso.

Emma sintió un leve tirón en el cabello y abrió los ojos para encontrarse con la mirada azul de Luke.

—Eres increíblemente hermosa Emma —dijo fascinado.

Ya se sentía bien, así que retiró la mano del árbol, los animales se fueron alejando y las luciérnagas volaron hacia la sima del árbol.

Lo miró seriamente e hizo que quitara la mano de su cabello, que había dejado de flotar.

—Luke, esto que sientes ahora es efecto de la unión, tu realmente no piensas eso de mí, solo estás embriagado por la ola de sensaciones que provoca el hechizo. Ya se te pasará —dijo con total tranquilidad.

Él separó los labios para responder, pero una terrible quemadura en su espalda lo hizo callar. Lanzó un agonizante grito y trató de llegar a la zona del dolor con sus manos.

—Relájate —dijo Emma, y lo tomó de los hombros—. Respira hondo, ya terminará.

—¿Qué diablos es esto? —gruñó.

—Es la marca infernal, nuestras almas ya están marcadas por el pacto, ahora se está marcando nuestra piel.

—¿Nuestras? Pero a ti no te está pasando nada —dijo agachado por el dolor.

—Estoy sintiendo lo mismo que tú, Luke, mira.

Emma se dio la vuelta, levantó su camiseta y dejó ver que en su espalda se formaba, lentamente, una figura negra, como un tatuaje. La imagen se completó, tenía la forma de una mariposa. Pero aun así seguía ardiendo. Luke quedó boquiabierto, si ella estaba sintiendo lo mismo que él, ¿cómo podía estar tan tranquila? Inmediatamente, sus dudas se desvanecieron, la piel de ella estaba marcada en cada rincón, quemaduras, moretones, cortaduras, y en la parte baja de la espalda, varias quemaduras de cigarrillo.

Aguantó el dolor lo más que pudo y deslizó los dedos por la piel lastimada de Emma.

—¿Qué te hicieron? —sollozó con lágrimas en los ojos. No entendía cómo eso lo afectaba tanto.

Emma rápidamente bajó su camiseta y giró hacia él.

—No es nada, solo digamos que estoy acostumbrada al dolor.

—Pero…

—No es de tu incumbencia —lo interrumpió.

Se levantó y comenzó a recoger sus cosas.

—Emma, no te vayas. Hablemos —tomó su muñeca.

Luke sintió la terrible necesidad de saber más sobre ella, aunque le partiera el corazón. Emma se libró de su agarre, tomó su canasta y lo miró.

—No hablo de mi pasado. No me interesa y tampoco debería interesarte a ti, así que déjame tranquila y métete en tus cosas —decretó.

Se dio la vuelta y comenzó a correr hacia la Academia.

—¡No puedes apartarme! ¡Ahora soy tu familiar y estaré contigo, no importa lo que me digas! —gritó Luke.

Lo escuchó a lo lejos, pero aun así continuó corriendo sin mirar atrás. Con los ojos rebosantes de lágrimas, corrió ciegamente. En ese momento volvió a ser una niña. La niña asustadiza que solía ser. Su pasado la devoraba lentamente y la horrorizaba.

***

Llegó a su habitación y cerró fuertemente la puerta detrás de ella. Estaba sin aire, su respiración era agitada e irregular, trató de calmarse apoyando su espalda contra la puerta. Tanteó la pared con la mano izquierda buscando el interruptor de la luz y la encendió.

Necesitaba de Travis, solo él sabía consolarla. Pero, aunque veía borroso por las lágrimas, pudo notar con claridad que él no estaba. Así que se encontraba sola en una enorme habitación, cerró los ojos y se dejó caer al suelo hasta quedar sentada hecha una bolita, abrazó sus piernas y escondió el rostro entre el pecho y las rodillas.

Los recuerdos la atacaban como una violenta ola, sentía como se hundía lentamente en ese oscuro mar, estaba ahogándose y no tenía a su querido Travis para salvarla.

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Comments

Maria Hernandez

Maria Hernandez

y x eso se sintió desplazado y traicionado

2022-07-06

0

Maria Hernandez

Maria Hernandez

llámalo x el enlace ya que Travis está celoso xq está enamorado de la cazadora jajajaj jajajajajaja 😂😂😂😂

2022-07-06

0

Marina Hinostroza

Marina Hinostroza

Creo que metiste la pata...

2021-07-29

0

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