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Al llegar a la sala encontraron a dos jóvenes apuestos, ambos vestían de traje y se pusieron de pie al ver llegar al príncipe con su esposa.

-¿Cuánto tiempo Xanto?- Dijo Samuel de cabellos oscuros y peinado de lado, vistiendo un traje color rojo vino.

-Espero nuestra visita no sea inoportuna- Hablo Franco de cabellos castaños, el vestía un traje color caqui, ambos no apartaban su mirada de la rubia quien se sintió nerviosa al notar el tipo de miradas que le lanzaban.

- Aunque así lo sea, tengo estoy aquí recibiéndolo- Soltó con una leve sonrisa, había notado las miradas que le dedicaban a su esposa y no le agradaba para nada.

-No cambias- Soltó Samuel con una risilla.

-¿No piensas presentarnos?- Pregunto Franco el no perdía la mirada en Melody los rumures de su belleza se quedaban muy atrás.

- ¿Para qué?- Replicó Xanto, sentía las manos de Melody temblar y eso no era de su agrado y aquellos hombre no dejaban de mirarla con lujuria.

- Es un placer Alteza, Soy Franco de Bers- Se acercó el castaño y tomo la mano de la rubia y deposito un beso en ella sin apartar su mirada de la rubia.

-Mi nombre es Samuel De Gandul- Imitó a Franco una vez se alejo de la rubia haciéndola sentir más incomoda de lo que ya estaba.

-Es un gusto- Respondió Melody, aunque no fue así aquellos dos sujetos, le inspiraron desconfianza y cuando la tocaron sintió repulsión quiso arrebatar su mano pero no era correcto para su posición, miro de reojo a Xanto no apartaba su sería mirada de los invitados.

Las mucamas entraron con unas bandejas de té y galletas, Melody y Xanto se sentaron en un sofá para dos personas mientras que los invitados se sentaron en otro sofa quedando frente a ellos.

Las mucamas sirvieron el té y después se retiraron, Xanto miraba su taza de té y luego miro a sus visitantes no apartaban vista de Melody quien parecía ignorarlos, le había dicho que no permitiera que la tocaron y no hizo caso.

-¿Que les trae por aquí?- Pregunto Xanto, los jóvenes lo miraron y notaron la mirada asesina que les tiraba.

-Visita, hacía tiempo que no te veíamos así que decidimos venir cuando nos enteramos de tu regreso, y de paso conocer a tu hermosa esposa- Respondió Samuel levantando su taza de té en forma de brindis, guiñando un ojo a Melody.

-¿Estás consciente de lo que acabas de hacer?- Pregunto Xanto ante el atrevimiento de Samuel, el joven lo miro y sonrió, tomo un sorbo de su taza de té y la dejó sobre la mesa de centro.

-Vamos amigo, solo dije la verdad, tienes una esposa muy hermosa- Repitió, miro a la rubia quien había dejado su taza de té en la mesa de centro.

-Y muy sensual- Agrego Franco, lamiéndose los labios, terminando con la paciencia de Xanto quien soltó una sarcástica sonrisa, tenían razón su esposa era hermosa y sensual pero ellos no debían decirlo ni mucho menos verla.

-Gracias- Soltó Melody para sorpresa de todos, Xanto la miro con ganas de querer reprenderla por aceptar tales cumplidos.

-Solo decimos la verdad, el reino entero dice que eres una belleza, pero se quedan muy cortos, realmente eres sexy y apetitosa- Soltó Samuel entrando con mucha confianza, miro de pies a cabeza a la rubia y se centro en sus piernas las cuales daban un vista ya que el vestido se había alzado.

Melody tomo se puso de pie, tomo la tetera y se acerco a los jóvenes para servirles nuevamente té, ellos maravillados levantaron sus tazas y embobados en la dulce sonrisa que les daba la rubia, Xanto ardía de rabia y comenzaba a dudar de las palabras de la rubia de la noche anterior, hasta que escucho el quejido de ambos jóvenes, miro atento la rubia había derramado el té en la entrepierna de ambos.

Los jóvenes se pusieron de pie al sentir el agua hirviendo en sus piernas, miraron a la rubia quien ya había dejado la tetera en la mesa de centro.

-Ups- Susurro Melody encogiendo sus hombros, soltando una mirada inocente.

Xanto sonrió de oreja a oreja por la acción de su esposa.

-¿Que mierda crees que haces?- Se quejo Samuel, tomando del brazo a la rubia.

-Eso es para que aprendan a respetar a las mujeres, par de imbéciles- Respondió desafiante, aquel agarre de Samuel se hizo más fuerte y frunció el ceño, le dolía pero no lo demostraría frente a ellos, esperaba que Xanto le defendiera pero el seguía en su lugar observando o eso creía ya que le daba la espalda.

-Perra- Soltó Franco levantando la mano contra Melody, pero se detuvo al ver qué Xanto estaba detrás de la rubia, la rodeo de la cintura y la jalo hacia a él haciendo que Samuel de la sorpresa la soltara.

-¿Acaso quieren morir?- Pregunto de manera amenazante.

-Nos ha insultado- Respondió molesto Samuel.

-Par de imbéciles ¿Se les olvida quien es?- Dijo colocándose enfrente de Melody quien estaba sorprendida del pelinegro.

-Majestad- Entro Scott quien había recién llegado apenas de sus deberes, miro aquella situación, el príncipe estaba molesto, la rubia tenía enrojecido su brazo, y aquellos invitados mojados sus pantalones claro que lo que a ellos les pasará no le importaba en lo más minimo.

Los hombres miraron a Scott con temor era conocido como un hombre despiadado y sabían que obedecian cualquier orden que el príncipe diera no importará las consecuencias.

-Largo, no los quiero volver a ver- Ordeno, ambos hicieron una reverencia y se marchsron casi corriendo.

-¿Los mato?- Pregunto Scott, notando la sorpresiva mirada de la rubia.

-Hmm de momento no- Respondió el príncipe con una leve sonrisa.- ¿Estás bien?- Dirigió su atención a la rubia y miro el enrojecimiento de su brazo.

-Si no es nada... Gracias- Dijo, era la segunda vez que él la defendía, aunque al principio pensó que se pondría del lado de sus amigos.

- Bien hecho- Sonrió de oreja a oreja estaba realmente orgulloso de que haya puesto en su lugar a ese par.

-Tiene una reunión con el Duque de Zas- Interrumpió Scott, ya era tarde para aquella reunión y no podía permitir que el príncipe se retrasara más de lo debido.

-Ah, vamos- Tomo de la mano de la rubia y miro a Scott quien asintió ante la decisión de llevar consigo a su esposa.

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