El Hombre Que No Sabe Amar Y La Mujer Que Se Canso De Amarlo

Solo llámame

-Simplemente no puedo dejarla atrás, no puedo dejar que ella se libre de mi tan fácilmente - Eduardo apretaba los puños, se negaba a creer que él había cometido tantos errores.

- Bueno, me voy, tengo cosas que hacer. Te dejo eso para que lo revises de nuevo por si tienes alguna duda.

- Te puedes quedar un rato más, por favor.

- Solo treinta minutos, tengo una cita con mi novia.

-¿Qué puedo hacer para recuperar a mi familia?

- Jajaja - Raúl soltó una risa involuntaria- ¿hablas enserio?, no lo tomes a mal amigo, pero nunca fue tu familia, levantaste un muro tan alto y tan grueso que es difícil derribarlo.

-Si, hablo enserio, ¿de qué te ríes estúpido?

-¿No ves que no estoy casado?, ¿cómo quieres que yo sepa que tienes que hacer?

-No sé que más hacer, quiero que Miranda regrese a mi lado y retribuirle todo lo que le hice pasar.

-Eso es tonto e imposible. Lo que le hiciste, las humillaciones y los desprecios son difíciles de retribuir. Mejor deja las cosas como están, acércate a tus hijos y dales pensión alimenticia, eres mi amigo pero realmente eres un cabr*n, no entiendo como pudiste gastar más en las p*tas que en tus hijos.

-Era para lastimar a Miranda, nunca imaginé que eso se me devolvería.

-Pues mejor remedia las cosas de otra forma no creo que ella quiera regresar a estar siquiera en la misma habitación que tú.

-La buscaré e insistiré, así la conquiste la primera vez.

-Amigo, la primera vez ella era muy joven, era influenciable, ahora ella es una mujer la hiciste pasar un infierno, ¿cómo crees que se fijara en ti de nuevo?

-Ella me amaba tanto y seguramente me sigue amando, después de todo soy el padre de sus hijos, ella los tuvo por el gran amor hacia mí, entonces comenzaré a hacer algo.

-Como quieras, pero si ella no regresa espero no la obligues.

-Mmm...

Raúl se levantó de dónde estaba sentado, dio un gran suspiro y salió del lugar, su amigo seguiría cometiendo errores, pero ya es un adulto y Raúl se ha cansado de aconsejarlo, es algo así como hablar con un muro.

Eduardo fue a buscar a sus suegros, el padre de Miranda no lo quiso recibir.

Al siguiente día Eduardo estaba nuevamente en el colegio, llegó 20 minutos antes que la hora a la que Miranda acostumbraba a llevar a sus hijos al colegio.

Pero ella no llego, por la tarde espero por mucho tiempo, pensando que tal vez Miranda había llegado antes que él, pero nuevamente espero sin tener resultados.

Paso una semana y por las mañanas están muy temprano fuera del colegio y por las tardes estaba pendiente de quién entraba y salía del colegio.

Al terminar esa semana, algunos padres ya habían reportado a un extraño y la policía fue a pedirle que se retirará, y no querían verlo nuevamente cerca de ese colegio o sería remitido a la comisaría.

Después pensó en ir a buscar a Miranda al hospital, pero se encontró con la misma situación, esperaba por largo rato en la mañana y por la tarde, hasta que seguridad del hospital le pidió que se retirará y no fuera ahí a menos que tuviera una enfermedad.

Eduardo había pedido ayuda a su amigo Raúl pero el se negó, después de todo eran amigos pero el había estado presente en cada mala pasada de Eduardo hacía Miranda.

Raúl sentía un amor platónico por la exesposa de su amigo y por la misma razón se había mantenido a distancia de sus asuntos maritales.

Solo escuchaba las quejas de Eduardo pero en ningún momento intento ayudarle en localizar a Miranda o a sus hijos.

Por otra parte, cada que Eduardo buscaba a los padres de Miranda ellos se negaban a recibirlo, la diplomacia se había perdido, de forma abierta le habían pedido a su personal de seguridad que lo alejará. Que negaran su entrada a la zona residencial.

Eduardo había dejado de beber y de buscar mujeres con quién acostarse por estar obsesionado buscando el paradero de Miranda y sus hijos, sin tener resultados aún, los casos que el llevaba perdieron audiencias, documentos no de metieron a tiempo, conciliaciones fueron abandonadas.

Eduardo estaba perdiendo la cordura, cada vez se obsesionaba más en localizar a Miranda.

Los socios del bufete estaban por tener una reunión para terminar la sociedad con él, había tenido un pasado brillante pero sus acciones recientes habían traído malos entendidos con los clientes y varios de ellos estaban cambiando de firma para arreglar sus asuntos civiles, penales y comerciales.

Lo mejor era buscar un detective y que solo le diera la información.

Él pudo haber hecho eso desde un inicio, pero quería encontrar a Miranda por si mismo, al darse cuenta se que le era imposible entonces por fin contrato a alguien, mientras que Eduardo buscaba estabilizar el bufete que había tenido problemas por su ausencia, sin saber que los socios estaban por cortar de tajo su participación.

Después de todo el Licenciado Cárdenas ya no era su suegro, junto con Miranda él había perdido su estatus, su poder, propiedades y familia.

Miranda no pidió nada de Eduardo pero varias de las propiedades le correspondían a ella, las quisiera o no.

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El día que encontró a Eduardo había sido una mañana muy fea, nunca imagino que él la buscará y le pidiera explicaciones, como si necesitará decir todos los agravios que vivió a su lado.

Miranda platico con Lorena, después a la hora de la comida le llamo Nicolás, ella quería saber si tardaría mucho la orden de restricción.

- Es algo que lleva un poco de tiempo, pero si no quieres que te moleste te sugiero que cambies a los niños de colegio. Y tú tendrías que cambiar de lugar de trabajo.