Miranda llegó a la cafetería Dulban, no la conocía, entro y el lugar era muy lindo, había muchos jóvenes de su edad se sentó en una mesa y pidió un café.
La navidad no está tan cercana, pero colocan los adornos dos meses antes, esto le dio algo de gracia y también cambio por completo su estado de ánimo.
El chico que la atendió no le quitaba la mirada de encima, le sonreía cada que sus miradas se cruzaban.
Miranda se sintió algo sonrojada, ella es una médico respetable, con dos hijos, recién divorciada, pero al estar en este lugar con otras personas de su edad, todos ellos actuando de forma tan diferente a la suya, ellos se veían tan relajados y felices, de edades similares a la suya hizo que se sintiera como en la universidad rodeada de sus iguales.
En el hospital solo su amiga y compañera Lorena es de su edad, la mayoría de Médicos y administrativos tiene más años que ellas, algunos ya son demasiado grandes pero se niegan a dejar su puesto a las nuevas generaciones.
Por otro lado casi no sale, pocas veces desde que se casó salió a algún lugar que no fuera el centro comercial o a comer con Lorena o con sus padres.
Sintió de repente que Eduardo no solo se había llevado parte de su alma, también parte de su juventud. Dio un gran suspiro y siguió bebiendo su café que le supo realmente bien.
Un sentimiento agradable la inundó, sintio que estaba recuperando su juventud, llegó un momento en que ella se sentía más grande de su edad real, se sería fea a pesar de que es muy bella, se sentía desdichada pero las sonrisas de ese chico, no era que le gustará ni mucho menos, la hacía sentir como cualquier otra chica del lugar, el ambiente de ese lugar la hizo recordar que apenas tenía 28 años.
El chico se acercó y le llevo un café que ella no había ordenado.
-Oye, yo no pedí este café, aún tengo café americano, gracias.
-¿No me recuerdas fuimos juntos a la universidad?, soy Alexis.
-¡Alexis!, realmente eres Alexis Lara.
-Sí soy yo, Miranda.
-Pero tú estabas en la facultad de medicina, ¿cómo es que ahora trabajas aquí?.
-Esta cafetería es de mis padres, como hijo mayor les ayudo cuando ellos salen de viaje o simplemente cuando quieren descansar, hice un diplomado como Barista.
-Que sorpresa -Miranda hizo a un lado el café americano y tomo el café Machiatto que le había llevado Alexis -Le dio un sorbo y le sorprendió lo delicioso que estaba - es muy bueno -Le dijo con absoluta sinceridad.
- Que bueno que te gustó, es cortesía de la casa.
Alexis se sentó en la mesa de Miranda y platicaron mientras ella esperaba la llegada de Nicolás. Era una plática amena, recordó que tenía que ir a trabajar y Nicolás aún no llegaba.
Saco su móvil y llamo a su amiga que seguramente ya estaba en su turno.
-Hola
-Hola Lore, soy Miranda, llegaré un poco más tarde por favor me puedes cubrir por unas horas, prometo que te compensaré.
-No hay problema yo te cubro, ¿estas bien?, ¿te ha pasado algo?
-Estoy bien, pero tengo que entrevistarme con un amigo y aún no llega al punto de encuentro.
-Ok, nos vemos más tarde.
-Nos vemos -Miranda terminó la llamada y siguió conversando con Alexis.
Su humor había cambiado drásticamente, su vida había sido solo trabajar y cuidar de sus hijos, había dejado atrás sus amistades, no salía con las pocas amigas que aún conservaba, probablemente tenía meses que no las veía y tampoco se había comunicado con ellas en el último mes.
Algunos de sus amigos y conocidos que sabían de su cumpleaños le enviaron un mensaje de felicitación o le llamaron. Algunos la invitaron a comer o pasear pero ella ponía algún pretexto, sabía que todos en algún momento preguntarían ¿cómo vas con tu esposo?, le daba vergüenza contestar una mentira y aún más vergüenza decir la verdad.
Ella estaba perdiendo su vida, lo mejor de su vida, por Eduardo.
Alexis tuvo que dejar un momento a Miranda, lo solicitaban en la barra.
-Sí no tienes prisa podemos salir a almorzar.
-Realmente estoy aquí esperando a un amigo.
-Esta bien, atenderé la barra y nos vemos en un momento, si llega tu amigo entonces te dejo mi número y nos ponemos en contacto para salir a comer o algo saco una tarjeta de presentación de la bolsa del bolsillo superior de su filipina y se la dio a Miranda, ella busco en su bolso y saco su propia tarjeta, y se la extendió a Alexis que la recibió con una sonrisa cálida.
Miranda le sonrió y guardo la tarjeta que Alexis le había dado.
Nicolas no tardó mucho en llegar, la encontró de inmediato.
Cuando hablaron por teléfono Miranda se escuchaba alterada, pero ahora que la veía se notaba relajada y contenta.
Nicolás se acercó a Miranda y la saludo, se sentó a su lado y comenzaron a charlar. Lo primero que hizo fue disculparse por tardar más de lo que había dicho.
- Perdón por el retraso, había un poco de tráfico de camino hacia acá. Miranda, ¿paso algo?, te escuché alterada hace un momento.
-Eduardo fue al colegio de los niños y me hizo un espectáculo.
-¿Estas bien?, ¿te lastimó en algún lugar?
Miranda levantó su manga y le mostró las marcas de dedos en su brazo.
Nicolás puso mala cara.
-Ese infeliz , ¿cómo se atrevió?, ¿quieres demandarlo por agresiones?
-No, solo quiero una orden de restricción.
-¿Estás segura?, una orden es solo un papel, no te protege mucho, realmente está mal que yo lo diga pero es un papel inútil.
-Sí, solo quiero la orden para mí y para mis hijos. Y me gustaría tener clases de defensa personal o de tiro, algo para que si él se me acerca o intenta lastimarnos pueda defenderme, la orden es solo para ampararme si le llegó a hacerle daño.
-Ahora entiendo, me gusta tu idea. Entonces hoy mismo la solicitaré, necesito tomarte una foto para evidencia.
-Esta bien, la puedes tomar.
-Tambien buscaré un buen lugar o buen entrenador, tú estarás bien, muy bien. ¡De acuerdo!
-Claro Nico, confío en ti.
Pidieron la cuenta y Alexis desde la barra le hizo señas a Miranda de que su consumo era cortesía de la casa, y una seña de que le llamará.
En la universidad ellos eran buen equipo, ambos muy eficientes en todo lo que hacían, también sus compañeros los consideraban pareja pero él nunca se le declaró. Poco después conoció a Eduardo y ella dejo de hacer equipo con Alexis y Eduardo lleno su vida por completo, dejo a todos atrás por él.
Pero el reencuentro con su amigo de la universidad le dio cierta calidez en su corazón.
Miranda y Nicolás se despidieron en el estacionamiento, ella se fue a su trabajo y él al juzgado para solicitar la orden de restricción.
Cuando llegó al hospital ella sonreía, Lorena la encontró en el pasillo y le pregunto con una chispa pícara.
-Te ves muy feliz amiga, ¿alguien anda rondando tu corazoncito?
Miranda la vio y le sonrió con una sonrisa tonta.
-No digas tonterías, me acabo de divorciar.
-Eso que tiene eres libre para tener todos los novios que no tuviste antes. Te paso algo bueno, te vez muy feliz y hasta más joven.
En ese sentido Lorena tenía razón, por mucho tiempo solo se le veía el rostro serio a Miranda, pero este día se veía feliz, no una felicidad forzada como en ocasiones lo intentaba con sonrisas forzadas.
-¿Recuerdas a Alexis?
-¿El guapo del salón?
-Sí, él, hoy me lo encontré por casualidad.
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Updated 138 Episodes
Comments
Rosario Rojas
A vivir la vida
2023-11-16
0
Erica Godoy Silva
excelente idea...toda mujer y niño deberían tomar clases de defensa personal
2022-12-12
0
Barbarasl73 🇨🇱
más parece ella la abogada 🤦♀️
2022-09-14
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