Pecados

Eduardo llegó ebrio, pateaba la puerta del departamento 4-A.

-¡Ya cállate!

-Largo

Varias voces gritaban a Eduardo para que dejará de tocar la puerta del departamento que no se abría.

El teléfono sonó, Raúl aún soñoliento se levantó de la cama y fue a levantar el auricular del teléfono de casa.

-Raúl nuevamente tu amigo esta tocando a la puerta equivocada, sal por él o todos los vecinos nos encargaremos de echarte para que ese maldito borracho no vuelva más por aquí - La voz enojada de su vecina gritaba por el auricular.

-Bien, bien ya voy.

Raúl abrió la puerta de su departamento al final del pasillo estaba su amigo seguía tocando la puerta del departamento 4-A.

-¡Oye, imbecil por aquí! - Grito Raúl.

Eduardo camino tambaleándose al final del pasillo.

-¿Te cambiaste de departamento otra vez?

-No seas imbecil, siempre te equivocas de puerta, yo he vivido aquí por 5 años y si tu sigues molestando a mis vecinos me echaran por tu culpa, anda entra.

-Jajaja, tu me mientes, te cambiaste de departamento - Eduardo hablaba pero realmente poco se le alcanzaba a entender.

-Anda, entra y cállate.

Raúl sostuvo a su amigo que estaba tan borracho que tenía que sostenerse de las paredes para poder mantenerse en pie.

-¿Ahora qué hiciste?

-Ella... Ella me vio con otra

- Pero si eso ya no es raro, le pasas por enfrente con todo tipo de mujeres. Haz abusado por mucho tiempo de su buen carácter. Pero llegará el momento en que te arrepientas de lo que le haz hecho.

-Yo, quiero matarla, quiero destruirla, pero cada que la veo, un hueco en el corazón me deja sin aliento.

-Pero ella no tiene la culpa de nada, tal vez tu investigación está mal hecha, la has ignorado y lastimado por mucho tiempo.

-No, no, ella es la culpable de la desgracia de mi hermano. Ella debe de pagar.

-No puedes decir cosas a la ligera, realmente no tienes la certeza de lo que pasó ese año.

-Mi investigación no está equivocada, por que de estar equivocada habría condenado mi propia alma al infierno.

-Vamos, duérmete y mañana hablamos.

-Sabes, ella realmente se veía triste cuando me encontró con Mandy en la pastelería.

-Mandy, ¿quién es Mandy?

-Es la nueva secretaria.

-Otra secretaria, la última era Lucrecia o no se como, hay veces que pienso que no sabes ni el nombre de la mujer con la que te metes. Hasta que se te caiga el miembro podrido estarás contento.

-Jajaja, no se me caerá nada, todo es actuación, solo con las que se parecen a ella puedo hacerlo y siempre uso protección. Creo que la chica se llama Loly, jajaja, todas esas mujeres son iguales, siempre creen que me divorciaré de ella. Tontas ilusas, nunca me voy a divorciar de Miranda, ella es mía, siempre mía.

-Si no la quieres déjala, deja que haga su vida con quien la pueda amar, si tu no la amas déjala libre, ella no merece ser humillada.

-Ella merece lo que yo le he hecho y más, por su culpa mi hermano murió.

-No lo sabes, simplemente alguien dijo eso, no haz revisado bien el reporte del accidente, no sabes nada y por 7 años le has hecho la vida miserable.

-Así sean 15, 30, 50 años o toda la vida ella es mía, me debe la vida de mi hermano y tiene que pagar con la suya.

Raúl arrojó una manta y una almohada al sofá donde Eduardo duerme alrededor de 1 o 2 veces por semana.

Raúl le ha sugerido que rente un departamento pero Eduardo se niega.

El hombre se quedó dormido en el sofá mientras que su amigo fue a tomar un vaso de leche tibia para volver a conciliar el sueño.

Al otro día Eduardo tenía resaca, Raúl le acercó un suero y unas aspirinas.

-Lo peor de tomar son estas malditas resacas. - Eduardo se llevó ambas manos a la cabeza, sentía que tenía tambores en su interior.

-¿Ahora por qué tomaste?

-Simple gusto.

-Si, como no, cada que tomas es porque tu esposa ignoro tus groserías o faltas de respeto. Ayer mencionaste algo de una pastelería.

-Cierto, fue el cumpleaños de Miranda hace dos días, sé la pastelería que le gusta y lleve ahí a Mandy o Cindy, no sé cuál es su nombre. Le compré un pastel con una bella leyenda de cumpleaños.

-¿Por qué hiciste eso?, le haces daño a tu esposa, ¿cuando piensas detenerte?

-NUNCA, no pienso detenerme nunca.

-Pero al hacerle daño a ella también te lo haces a ti mismo y a tus hijos.

-Mis hijos, ellos... Ellos no tienen nada que ver con mi revancha con Miranda.

-Bueno, tu sabes lo que haces, solo espero que cuando sea demasiado tarde puedas cargar con tus pecados.

-No pasa nada esa estúpida mujer me mira como un Dios, es por eso que es tan divertido hacerla enfadar. Además mi suegro me adora, no permitirá que nos divorciemos.

-Amigo, espero que lo que dices sea real y no solo un espejismo de tu propia imaginación. ¿Alguna vez haz pensado que pasará el día que ella se canse y te pida el divorcio o peor el día que ella te deje de amar?

-Relajate eso no pasará, además si intenta hacerlo me enteraré, no hay abogado en la ciudad que quiera ir en mi contra en un asunto civil, menos tratándose de mi propia esposa.

-No te confíes, no todos son tan leales y buenos como yo. Por cierto, sería bueno que comiences a pagar renta.

-Estas loco, es un honor para tu sofá recibirme.

-El loco eres tu, date una ducha que apuestas a perfume barato.

-Jajaja, me ducharé pero quiero que ella perciba el aroma de otras mujeres en mi ropa, su expresión es tan divertida.

Raúl miró a su amigo con cierta lástima, este hombre aún no entiende que sus errores los pagará caros.

Después de desayunar algo en el departamento de Raúl, Eduardo se fue su propia casa, seguramente los niños y su esposa lo recibirán como siempre.

Cuando Eduardo entró a su casa todo estaba en silencio, de repente escucho un ruido en el jardín trasero.

-Los niños deben de estar jugando- Pensó

-Niños, ya llego papá.

No hubo respuesta, cuando estuvo más cerca encontró a la sirvienta regando las plantas.

-Eso es trabajo del jardinero ¿por qué lo haces tú?

-Señor, la señora se fue ayer y pidió al jardinero y a la cocinera fueran con ella a su nueva casa. Yo me quedé para atenderlo.

-¿Qué dices?, ¿qué nueva casa?, ¿cuándo se fue?

-No sé dónde esté su nueva casa, se fue ayer a medio día, vino con los niños empacaron algunas cosas y dijo que se mudaría, más no sé señor. ¿Le preparo algo de comer?,

-No es necesario.

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