Capitulo 4. La medicina es la peor parte

Era asfixiante el tener que estar en ese lugar, el estrés que le generaba aumentaba el dolor de las feromonas retenidas, algo que lo ponía de un peor humor.

-          Como desee, esperare cuanto necesite – le dice la mujer en tono complaciente, apartándose y tomando asiento en el sofá, teniendo que aparentar no sentirse molesta por el trato que Liam le estaba dando

Al cabo de unos minutos apareció el hombre de servicio, le mostro la botella a Liam y le sirvió un trago y después se marcho

-          Ya tiene su trago, ¿ahora podemos comenzar? – le dice la mujer en tono sugerente

-          Si – le dice Liam con voz de tedio, tomando un sorbo de su trago

-          Bien – le dice levantándose del sofá y acercándose a Liam.

Como toda una profesional, acostumbrada a brindar un buen servicio a pesar de las circunstancias, la mujer toma la mano de Liam y lo guía hacia el sofá, coloca la mano sobre su pecho y lo acaricia, después le indica que debe tomar asiento y este lo hace, no sin antes tomar la botella y servirse otro trago.

-          Yo podía hacer eso por usted – le dice la mujer subiéndose sobre las piernas de Liam – después de todo, estoy aquí para servirle en todos los aspectos hasta quedar satisfecho – le dice acercándose a los labios de Liam y después lo besa, dejando liberar sus feromonas, impregnando la garganta de Liam – sus feromonas son muy fuertes, incluso después de haber tomado los inhibidores me es difícil el mantener la cordura – le dice frotándose contra Liam

-          Espera – le dice Liam tomando de un solo trago el contenido de su vaso – prosigue – le dice sintiendo que el alcohol limpiaba su garganta del empalagoso aroma de las feromonas de aquella mujer

La mujer mete las manos por debajo de la camisa de Liam, sintiendo su pecho y después comienza a desabotonarla hasta lograr quitársela.

-          Así es mejor la vista – le dice la mujer admirando los abdominales del hombre - ¿no quieres verme sin nada? – le dice incitándolo, el hombre parecía un muerto en vida, no se veía complacido o siquiera entusiasmado con tenerla allí

-          Como quieras – le dice halándola para besarla nuevamente y dejar salir sus feromonas, algo que lo hacía sentir alivio, pero al mismo tiempo molestia, al sentir su garganta empalagada se detiene para tomar de su trago, pero no importaba cuanto lo hiciera, el sabor dulce no se iba – necesito otra – dice haciendo a un lado la botella

-          ¿Qué? – dice la mujer confundida

-          Dije, que quiero algo más fuerte que esto – le dice mostrándose molesto

-          Cla, Claro – le dice la mujer quitándose de encima para pedir el servicio

En instantes tocaron a la puerta y la mujer recibe el carro de servicio, entregando el anterior.

-          Esta es más fuerte – le dice mostrándole la botella.

-          Dámela – le dice Liam arrancándola de su mano

-          Aun no la he abierto – le dice la mujer sorprendida

-          No lo necesito, yo puedo hacerlo – sentía que iba a vomitar en cualquier momento, rápido quitó la tapa de la botella y bebió directo de ella – aun no funciona – dice hecho una furia

-          ¿Qué? – la mujer estaba atónita luego de ver al hombre tomarse casi media botella en tan solo unos instantes, lo más impactante era que aún seguía en pie, como si hubiera sido simple agua lo que había consumido.

-          Que pidas algo más fuerte que esto – le dice tirando la botella al suelo, logrando asustar a la mujer

-          ¿Desea Wisky?, el más fuerte que tengamos – le dice nerviosa

-          Lo que sea que sirva para quitar este sabor pegajoso de mi garganta – le dice asqueado

La respiración de Liam se sentía agitada, su cuerpo dolía y sus nauseas por culpa de las feromonas de la Omega lo estaban haciendo sentir cada vez peor.

-          Ya pedí el servicio – le dice la mujer respirando profundo para poder lidiar con esa situación - ¿podemos continuar? – le dice acercándose nuevamente al hombre

-          Necesito que te vayas, ahora – le dice sabiendo que ya no podía seguir

-          Pe, pero, señor – le dice alterándose, mientras se acerca a él – no puedo hacer eso, usted ya pagó por mis servicios, ¿sabe lo que me sucederá si no cumplo con mi trabajo? – le dice tocando el pecho del hombre de forma seductora – solo, trate de relajarse y déjeme hacer mi trabajo, le aseguro que puedo lograr que salga de aquí enteramente complacido – le dice colgándose a Liam para besarlo.

-          NO quiero, ya vete, yo me encargare de hablar con Adira – le dice apartándola

-          Pero, usted solicito el servicio, no puede cancelar así – dice renuente

-          No te quiero aquí, lárgate – le dice en tono fuerte

-          Pero…

-          ¡Largo! – le grita alterado, en segundos la mujer salió corriendo de allí

Cada parte de su cuerpo parecía querer explotar, la retención de sus feromonas había aumentado, con cada respiración su pecho dolía como si clavaran un puñal en él, visualizo el carro de servicio afuera y fue directo a buscar algo para calmar el mal sabor en su boca, aquel empalagoso sabor que no parecía querer irse de su garganta y aumentaba su malestar.

Afuera de la habitación, parada detrás del carro de servicio, se encontraba una mujer vestida con el uniforme de los mesoneros, Liam hizo caso omiso de ella y sin previo aviso tomó la botella de wisky del carro, abrió la tapa y comenzó a beber directo de la botella, sintiendo como el calor y sabor del alcohol disipaban el de aquella mujer.

Al momento de sentir alivio, logro respirar un poco más calmado

-          ¿Qué demonios?, ¿esa mujer sigue cerca? – dice al comenzar a sentir el aroma de unas feromonas, pero al instante se dio cuenta de que no podía tratarse de aquella Omega, ya que el aroma era diferente – entonces, ¿Dónde? – vio hacia el frente y se percató de que la mujer de servicio era quien liberaba aquellas feromonas.

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