Capitulo 04. el guardián del dragón.

El joven príncipe fue instalado en una de las habitaciones lujosas del palacio. Tan pronto se quedo solo, fue hacía la ventana, notando como la neblina ahora estaba más densa, y desde el bosque, parecía un escenario más tétrico.

[Hay que tener cuidado, puedo sentir mucho mana oscuro.] Habla el pequeño niño albino tras del rubio.

—¿que demonios esta pasando en este reino?, Sohel, tú también ten mucho cuidado.— le advierte.

[Lo tendré, mantendré mi presencia oculta, llámame si es urgente.] Le pide al príncipe.

El joven príncipe solo asiente y el niño albino desaparece entre la sombra del príncipe.

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A la mañana siguiente, el joven príncipe fue guiado hasta el comedor donde esta vez el rey si estaba presente, al igual que la reina y sus hijos. En el comedor, ya todo estaba servido.

Naira se puso de pie al ver entrar al pequeño rubio e hizo una leve reverencia.

—bienvenido su alteza, lamento no haberlo saludado en su llegada, pero estaba indispuesta. Soy la reina, Naira de Van Rossem.— se presenta.

—Calix Valencia, príncipe heredero de Celes, su majestad.— responde cortés.

La reina ante el saludo, sonríe y le muestra a Calix que puede sentarse a lado de Elvira. La niña lo saluda con una sonrisa coqueta, pero Calix ni la mira, solo le da un simple saludo y procede a iniciar su desayuno, pero, nota cierta ausencia.

—escuche que su majestad el rey tenía una hija legítima, sin embargo no esta presente.— cuestiona.

Naira aprieta los labios y mira al rey preocupada. El rey se aclara la garganta antes de hablar.

—la princesa esta en una etapa rebelde y como castigo tiene prohibido el comedor.— se excusa el rey.

—curioso, de todos los castigos posibles por su rebeldía, ¿se le prohíbe comer en compañía de su padre?, sin embargo, los hijos de la reina si están presentes.— Calix no se piensa medir con sus críticas.

—la princesa necesita aprender a comportarse, sus modales solo dejarían en vergüenza a sus majestades.— interviene Elvira.

La reina sonríe orgullosa por la respuesta "ingeniosa", de su hija.

—¿como lo acabas de hacer tú?— pregunta Calix y mira a la reina.— esta niña, esta muy por debajo de mi clase, sin embargo, acaba de intervenir en mi platica con el rey. ¿acaso la reina no educa a sus hijos?

La reina y su hijita arpía, no saben que el joven príncipe ha sido criado por una madre de lengua muy afilada, que sabe enfrentar a cualquier dama o caballero qué se atreva a cuestionarla, así qué, sus hijos no son diferentes, y saben herir con sus palabras.

—disculpe los malos modales de los jóvenes alteza.— se disculpa el rey.— señorita Elvira, no se habla si no se le permite o se le pregunta a usted directamente, ¿entendido?

Elvira asintió ante el regaño del rey y agacho la mirada, mientras que la reina, también ha tenido que callar porque el rey también le dio una mirada de advertencia.

—espero conocer más tarde a la princesa, y que el rey no la castigue tan seguido, para nosotros los hijos, es importante tener el apoyo de nuestros padres.— le explica al rey.

Y es que Calix no es tonto, pues con ayuda de sus propias doncellas averiguo un poco sobre la familia real. Así que sabe que la princesa ha sido tratada con indiferencia de parte del rey, mientras que es acusada falsamente por la reina, y esto llega al rey a permitir que su hija sea castigada sin razón alguna por la reina, incluso se entero del incidente más reciente donde el rey se nego a creer que su hijastro estuvo a punto de ultrajar a la princesa.

Después del desayuno, la reina caminaba con Elvira tras ella. La reina estaba molesta por lo mal que les había ido en el desayuno.

"La madre del príncipe fue despreciada por su padre y hermanos, es normal que odie una situación así."

"Creo que siente simpatía por la princesa, ya que esta pasando algo similar a lo que paso su madre."

Platican las doncellas de Calix. Y la reina se había quedado a escuchar esa platica.

"Parece que la reina no se molesto en investigar primero sobre el príncipe y los reyes de Celes, ella es lo que mas odia su alteza y su majestad enseño a como tratar con esa clase de gente." Ríe.

Las doncellas estaban riéndose, pues desde que llegaron, notaron las intenciones de esa niña al presentarse ante Calix, y durante el desayuno, fue obvió que la reina hizo a Calix sentarse cerca de su hija con la intención de que ambos se conocieran, pero, todo fue un fracaso que hasta ella termino humillada. Naira al escuchar a las doncellas, se sintió más furiosa, ¿como era posible que el príncipe las tratará de esa manera?, lo peor de todo, es que, las escucho decir que Ravenna podría tener la simpatía del joven príncipe.

—que la mugrosa de Ravenna no se presente ante el príncipe.— ordena la reina a sus doncellas.— y tú, Elvira, ve tras el príncipe, no lo pierdas de vista, que la mugrosa no se acerque a él.

—si madre, le prometo que el príncipe es mio.— asegura la jovencita.

Las doncellas también se apresuran a ir a cumplir con la orden de la reina.

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Ravenna por su parte, había salido de su habitación y caminaba hacía el bosque, el dragón de la oscuridad le había pedido a la niña alejarse del palacio, para que su presencia no sea detectada por el dragón blanco.

—¿ya puedo tomar la energía del guardián dragón?— pregunta Ravenna.

{Aun no, su energía no es suficiente, contrario a lo que creí, es apenas un niño.} Responde.

—¿cuando será suficiente?, mi poder debe de ser liberado.— se queja.

{Me temo que tienes que esperar mucho, el guardián debe de ser un adulto para que su energía este completa.} Explica.

—¿adulto? — frunce los labios.— eso será hasta dentro de unos ocho o más años.

Molesta patea el tronco de un árbol, el cual se inclina un poco debido a la fuerza de la niña. De repente, la presencia del dragón de la oscuridad desaparece, y Ravenna se da la vuelta, quedando de frente a Calix, quien la observa fijamente.

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