Mi plan trazado.

Caminó hacia donde están los vestidos, sola, ignoro a las personas a mi aldo.

Elijo un vestido a mi gusto, muy diferente al que había elegido mi hermana.

El de ella era tipo princesa el mío al contrario es pegado y escotado.

Entro a medirmelo y cuando noto donde necesita ajustes le digo a la persona que espera.

Salgo viendo a las tres mujeres que esperan.

—¿y bien?

me pregunta la madre de Sebastián y solo me encojo de hombros.

—Lo verán el día de la boda.

Les digo y salgo de la boutique dejandolas ahí.

Veo la hora y como si todo estuviera de mi lado veo llegar a mi padre, el se detiene cerca de mi y entro al carro sin despedirme de nadie.

Mi padre saluda desde el carro y mi madre sube azotando la puerta.

—No puedo seguir con esto, Camila es muy grosera, mancha el nombre de Carina, ella nunca trataría así a la familia del hombre que ama.

—Que amo.

Le digo y mi padre se detiene en un semáforo.

Voltea a verme y yo veo por la venta los carros que se detienen a los lados, solíamos jugar con Carina eligiendo un color cada una y la que viera más carros con el color elegido ganaba.

Suspiró cuando el recuerdo llega como un rayo, no debí irme o al menos no debí dejarla.

Llegamos a casa y soy la primera en bajar.

—Tengo que hablar contigo.

Me dice mi padre y espero al pie de la escalera, mi madre se va a su habitación, en la noche la escuché llorando.

Mi padre sube a su despacho y entro después de el.

—Cierra la puerta.

Me dice y eso hago.

—Hoy hable con el abuelo Montenegro.

—Dime que ganas tú, que ganas vendiendo a tus hijas.

—Se lo propuse a Carina y no se negó, ella se iba a casar por su propia cuenta.

—No mientas, tu le buscaste a su pareja pero algo ganarías.

—Asi fue pero después fue más que un intercambio, fue por qué había amor.

—No me hagas reír, solo había amor pero por parte de Carina por qué nadie de la familia la quiso.

Le digo y el me mira sorprendido.

—Sebastian quedará a cargo de la empresa de su abuelo ya que es el único nieto, y la única condición para que sea el CEO de la empresa es que se case que tenga algo estable y así será solo por un año hasta que tenga seguro el puesto, ya que en esa empresa hay socios importantes quienes quieren que sus hijos sean el CEO. El abuelo es amigo mio y llegamos a un acuerdo a ambas familias le conviene, Sebastián una vez dueño de todo nos dará unas acciones de la empresa y podremos tener nuestra empresa independiente. El matrimonio se disolvera en un año ya que dos socios unidos pesan más.Solo se trata de fingir, nada más.

Me dice y suspiro.

—Pasado el año podrás irte lejos de nosotros y podrás empezar una vida desde cero. Mañana es la fiesta de compromiso y pasado mañana se casan.

Me dice y le doy la espalda sin responder, camino al cuarto donde como todas las noches leo el diario un rato.

Lo vuelvo a guardar y me quedo dormida.

Despierto y tengo varias llamadas perdidas, mis compañeros de clases.

Solo les mandó mensaje que estoy bien y en cuanto pueda les llamo.

Me meto al baño y me arreglo con otro vestido negro.

Cuando salgo mis padres están esperandome.

—Hoy iremos a la empresa como la familia unida que somos, que los socios miren que es real.

Salgo con ellos y en todo el camino mi madre no deja de hablar, diciendome lo que debo saber y como debo responder.

Llegamos y bajo mirando la enorme empresa, tanto alboroto por una construcción que tarde o temprano será demolida ya que la ambición de todos los socios los llevará a la quiebra.

Entro con mis padres y conforme vamos avanzando nos saludan.

—Hola Carina.

Me saluda un joven y respondo el saludo con un apretón de mano.

—¿Y Dalila?.

Pregunta mi madre como si de verdad le interesara.

— Aquí viene.

Dice y lo veo caminar hacia ella que va entrando.

Es la hermana de Sebastián. Ellos son novios, comprendo. Se saludan y ella me mira mal.

— Mi hermano te espera afuera.

Me dice ella molesta y mi padre me conduce a la puerta principal.

Salgo dándome un tope con la realidad de ver al tan mencionado Sebastián recostado en su carro.

—No tengo todo tu tiempo.

Me dice cuando no dejo de verlo y eso me hace reaccionar.

—Venga cuando lo tenga ya que yo estoy ocupada también.

Le digo y la mirada de enojo no se hace esperar.

Yo tengo trazado un plan y es no dejarme de esta familia que se creen que por sus venas corre oro en vez de sangre.

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