Maddie entro a su habitacion y cerro la puerta con cuidado, el silencio se extendio en el cuarto, solo interrumpido por el leve crujido de la pluma cuando la apoyo sobre el papel. se sento frente al escritorio y comenzo a escribir una lista, ordenando sus pensamientos con calma.
gustos de Theodore Bennet
Recordaba cada detalle que habia leido en la novela, esos que pocos habian prestado atencion pero que ella habia memorizado como si fueran secretos preciosos.. sabia que le gustaba el vino fuerte, los colores oscuros, los jardines tranquilos donde nadie se atreviera a molestarlo.. recordaba que no soportaba la musica demasiado ruidosa, pero que en las noches escuchaba en silencio a un violinista que tocaba desde la plaza del pueblo, pensando que nadie lo veia..
Maddie mordio el labio y continuo escribiendo con rapidez, como si temiera olvidar algo. [hare que sea feliz]
Ella conocia sus cicatrices, no solo la del rostro que lo habia marcado como un demonio ante los demas, sino tambien las del alma… la traicion, el rechazo, la soledad. sabia que lo llamaban asi, “el demonio de la isla”, no solo por esa mirada feroz, sino porque era despiadado con cualquiera que intentara entrar en sus costas.. esa era la principal labor del duque Bennet, proteger la isla, vigilar los barcos que se acercaban, mantener a raya a piratas, traficantes y hasta espias de otros reinos.. nadie queria cruzarse en su camino.
Maddie apoyo la pluma un instante y cerro los ojos. en su mente lo veia solo, de pie sobre los acantilados, con la capa oscura ondeando con el viento, observando el mar como si este fuera el unico que podia comprenderlo.
[no importa lo que digan… yo se todo lo que has sufrido, Theodore… y hare que seas feliz]
La decision estaba tomada. aunque el mundo entero lo llamara demonio, para ella.. él seria el villano que al fin encontraria alguien que no huyera de su lado..
Al dia siguiente Maddie se levanto temprano, antes incluso de que el sol iluminara por completo y se fue a la mansion Bennet. se vistio con un vestido sencillo, nada ostentoso, y bajo con paso decidido hacia los jardines..
Los jardineros se sorprendieron al verla aparecer tan temprano, pero ella no les dio tiempo a reaccionar, enseguida comenzo a dar instrucciones, moviendo macetas, indicando flores, cambiando senderos de lugar. hablaba con naturalidad, como si siempre hubiera pertenecido a ese sitio.
Maddie: quiero rosas oscuras en esta zona… lilas aqui, y que los senderos esten limpios antes del fin de semana…
Los hombres obedecian, algunos confundidos, otros admirados de que una dama tan elegante se ensuciara las manos tocando la tierra.. mas tarde, Maddie envio a buscar al violinista que recordaba de la novela.. lo encontro facilmente en la plaza del puerto, y con una sonrisa encantadora lo contrato para que tocara en la mansion durante los preparativos. el musico acepto de inmediato, sorprendido y agradecido por la generosidad de la dama.. mientras tanto, en la oficina del ala este, Theodore revisaba unos informes sobre barcos que habian sido vistos cerca de la isla. el sonido lejano de voces, risas y pasos en el jardin lo hizo fruncir el ceño.
Duque Bennet: ¿que demonios pasa ahi afuera?
Samir White, un hombre joven, serio y eficiente, levanto la vista y respondio con calma.
Asistente: es lady Maddie, su prometida.. llego temprano a la mansion para ver los jardines y los preparativos de la boda.
Theodore quedo en silencio unos segundos, la pluma suspendida en el aire. parpadeo, incredulo.
Duque Bennet: ¿los… preparativos?
Asistente: asi es, señor parece bastante… entusiasta..
el duque cerro el puño sobre el escritorio, su ceño se fruncio aun mas, pero sus ojos mostraron un destello de sorpresa que ni él mismo esperaba.
[¿Maddie? ¿entusiasta?]
Nunca, ni en sus peores pesadillas.. ni en sus recuerdos de esa prometida hueca, hubiera esperado que ella apareciera, un dia al amanecer para ordenar jardines y contratar musicos.
Theodore se reclino en su silla, apoyando los codos sobre el escritorio, su mirada fija en la ventana que daba hacia los jardines.. el sonido de un violin empezo a llegar hasta sus oidos, suave, nostalgico..
Una hora después, Theodore bajo las escaleras de la mansion con pasos firmes.. queria comprobar con sus propios ojos que era cierto lo que Samir habia dicho.
Apenas cruzo la puerta que daba al jardin, la vio. Maddie estaba de pie dando instrucciones a los jardineros, su cabello blanco brillaba con la luz de la mañana, y su sonrisa parecia iluminar hasta las sombras de las viejas murallas.
en cuanto lo noto, soltó el cuaderno que llevaba en las manos y, sin pensarlo, corrio hacia él.
Theodore se quedo inmovil, sorprendido, casi instintivamente se preparo para apartarla… pero Maddie llego hasta él con una alegria descarada, y se colgo de su brazo como si fuese lo mas natural del mundo.
Maddie: duque, por fin bajo.. justo hablaba con los jardineros y creo que podriamos poner un arco de lilas para la entrada, ¿no le parece perfecto?
Duque: lady Maddie.. ¿a que viene todo esto?
Maddie: a los preparativos, claro.. esta sera nuestra boda y quiero que todo sea perfecto.
él clavo su mirada en ella, buscando la burla, el sarcasmo, la mentira. pero lo unico que encontro fue interes… genuino interes.
Duque: ya le dije que no me importa
Maddie: por eso lo dejara en mis manos..
[¿que clase de juego estaba jugando esa mujer?]
Maddie: duque… creo que seria un buen momento para invitarme a desayunar, no cree?
Duque: ¿desayunar?
Maddie: claro, despues de todo… hemos estado hablando de flores y violinistas con el estomago vacio. no es correcto..
Duque: muy bien. venga.
Maddie: pense en que la entrada podria estar llena de lilas, son dulces pero elegantes… y tal vez un violinista podria tocar mientras los invitados entran.. y la musica podria cambiar a algo mas alegre cuando lleguemos al salon principal, asi la atmosfera sera menos fria.
Theodore la escuchaba, mudo, tomando apenas un sorbo de te.. no sabia como reaccionar. cada palabra de ella era contraria a lo que esperaba, a la imagen hueca y frívola que tenia de su prometida.
—hm —fue todo lo que respondio, apoyando la taza.
Maddie: duque, deberia participar mas, este es su dia tambien.
Duque: ya le dije que lo que elija me da igual.
Maddie: perfecto, entonces tendre libertad absoluta
Maddie se relamia los labios despues de terminar su fresa y lo miro con esa expresion fresca que lo descolocaba tanto
Maddie: duque… ya que yo estoy organizando la boda, creo que lo justo es que usted organice la noche de bodas… o la luna de miel
Theodore apenas llevaba la taza de te a la boca cuando escucho esas palabras. el liquido se le fue por el camino equivocado y termino atragantandose. tosio con fuerza.. intentando recuperar la compostura mientras Maddie lo observaba con una sonrisa inocente, como si no entendiera la bomba que acababa de lanzar.
Duque: ¿que… que demonios acaba de decir? —gruño con voz rasposa, dejando la taza sobre la mesa con un golpe seco.
Maddie: la noche de bodas, o la luna de miel… piense en eso, duque, ¿no le parece justo?
Duque: usted… no tiene idea de lo que dice..
Maddie: tal vez si, tal vez no… pero me gusta pensar que ambos deberiamos poner de nuestra parte para que todo sea perfecto. yo hare mi parte, duque, ahora le toca a usted.
él aparto la mirada hacia la ventana, necesitaba un respiro. jamas nadie lo habia puesto en esa posicion, nunca.
[¿como podia esa mujer hablar con tanta ligereza de algo tan… intimo?]
Theodore se puso de pie de golpe, la silla rechino contra el suelo y Maddie lo miro sorprendida, aunque no perdio la sonrisa. él no dijo nada, solo tomo su capa y se alejo del comedor con pasos firmes, como si necesitara escapar de un incendio invisible.
en su mente, mientras atravesaba los pasillos de la mansion, la imagen aparecio sola.
[Maddie Simpson es como un pequeño canario blanco.. un pajaro delicado, que agitaba sus alas en una jaula dorada y creia que porque hacia ruido podia intimidar a un león.. se permitia cantar fuerte, desentonar, desafiar… convencida de que esa voz dulce podia hacer daño..]
Theodore apretó la mandibula. no sabia si aquel canario era valiente o simplemente un necio que no entendia el peligro. pero lo que lo inquietaba era otra cosa… ¿por qué su rugido interior no habia podido callarla?.. se detuvo frente a la gran ventana del pasillo, respirando hondo. desde ahi, a lo lejos, podia ver los jardines donde esa mujer ya habia dejado su marca. y por primera vez en años… se sintio rodeado no de luchas, sino de un ruido nuevo, incomodo, imposible de ignorar.
[Maddie Simpson… canario blanco, ¿hasta donde piensa llegar con su canto]
Toda la tarde Theodore no pudo quitarse de la cabeza la imagen.. cada vez que intentaba leer un informe o firmar un documento, en lugar de letras veia un pequeño canario blanco agitando sus alas y cantando sin parar.. fruncio el ceño, molesto consigo mismo, y al final dejo la pluma a un lado. se recosto en su silla, con la mirada fija en el techo oscuro de su despacho..
[Maddie Simpson… el canario que cree que puede llenar mi casa con su canto]
Cuando Samir White entro con un nuevo reporte de la costa, Theodore lo miro de golpe, con esa intensidad que hacia temblar a cualquiera.
Duque: Samir.. ¿sabes… como se calla a un canario sin matarlo?
Asistente: ¿un… canario, mi señor?
Theodore apoyo los codos en el escritorio, entrelazando los dedos bajo la barbilla, su ojo sano brillaba con esa oscuridad tan conocida.
Duque: si… un pajaro que canta demasiado… que llena la casa de ruido. ¿como se logra que se calle… sin quebrarle el cuello?
Asistente: pues… mi señor… algunos cubren la jaula con un manto.. en la oscuridad el canario se calma y deja de cantar.
Theodore se quedo en silencio, sus labios apenas se curvaron en una sonrisa seca, sin alegria.
Duque: la oscuridad… claro.
Mientras Samir bajaba la cabeza y se retiraba, Theodore se quedo pensando.
[¿podria cubrir de oscuridad a Maddie, hacerla callar, someter su canto insolente? o… ¿acaso ese pequeño canario blanco seria capaz de cantar incluso en las sombras?]
Esa duda lo irrito aun mas, porque en el fondo de su pecho la curiosidad ardia como una brasa imposible de apagar.
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Comments
Ari🥀✨
Los hombres siempre se ponen de meta callar a sus propios canarios que solo llegan para alegrarles la miserable vida que tienen y cuando logran hacerlo, quieren que esos lindos canarios vuelvan a ser como lo eran pero eso jamás pasó ni pasará. Así que duque cuide ese lindo canario blanco
2025-10-02
2
morenita
Ese canto llegará hasta tu calzón, digo hasta tu corazón 🤣🤣
2025-10-02
3
Isabel Peña
Duque deja que el canario blanco te haga feliz,no te vas a arrepentir,con su canto melodioso va a sanar tus cicatrices!!!!!!!
2025-10-01
3