Capitulo IV El trato del demonio

Punto de vista de Laura

Resignada a mi destino, suspendida entre el miedo y el vacío, cerré los ojos. Ya no quería rogar. Sentía que mi vida se terminaba y, en ese momento, una extraña calma me invadió. Pero el destino, con su ironía macabra, tenía una broma más preparada para mí.

—¡Papi! —La voz dulce y clara me hizo abrir los ojos de golpe. Giré la cabeza y vi a una niña, un ángel de cabello rubio y ojos azules, parada en la puerta.

El hombre que segundos antes me había llenado de terror se petrificó. Su fachada de dureza se rompió por un instante. —¡Zoé! —exclamó, su voz suavizada por la sorpresa y el pánico. —¿Qué haces aquí, pequeña? —Miró a sus hombres, furioso.

—Quería verte y Alice no quería dejarme venir, así que me escapé.

La ternura de la pequeña me desarmó por completo. Por un segundo, olvidé dónde estaba y la amenaza que se cernía sobre mí. Su voz adorable me hizo olvidar que tenía las manos atadas.

—Sabes que no puedes venir a este lado de la casa. Carlos, llévala con su tía.

—¿Quién es ella? —preguntó Zoé, señalándome. Sus ojos infantiles bajaron a mis manos. —¿Por qué tiene sus manitas atadas?

Un silencio incómodo se apoderó de la sala. Nadie sabía qué responder.

—Hola, pequeña —intervine, y mi voz, que esperaba que temblara, salió sorprendentemente firme—. Soy una amiga de tu papá y solo estábamos jugando a ver cuánto tiempo tardaba en desatarme. Él dice que es más rápido que yo... Y creo que tiene razón, ya perdí. —Hice un puchero, actuando la inocencia que ya no tenía.

—¡Ja, ja, ja! ¡Qué divertido! ¡Yo también quiero jugar! —dijo la niña, con una risa genuina que resonó en el tenso ambiente.

—Es un juego de adultos. Ahora ve con Alice mientras tu papi y yo terminamos de hablar.

Sabía que estaba desaprovechando la única oportunidad de escapar, pero no sería tan cruel como para usar a ese ángel para descubrir al demonio que tenía como padre. La niña se acercó, y me rodeó con un abrazo. Todos los hombres se quedaron sin palabras, atónitos ante la escena.

—Me caes bien. Me gustaría que vinieras a visitarme otro día —susurró, y luego se fue, dejando un vacío en la habitación.

El aire se volvió a llenar de tensión. Respire hondo, esperando mi final.

—Salgan de la habitación —ordenó el jefe. Su voz era un trueno que resonó en la gran sala.

Los hombres obedecieron sin dudarlo. El jefe me miró con sus ojos oscuros, fijos en los míos, como si intentara leer mi alma. Luego, se acercó. Mi instinto de supervivencia se activó, y retrocedí un paso.

—Estás de suerte. Pensé en deshacerme de ti, pero mi hija, por una extraña razón, habló contigo.

Me tendió la mano y, con un movimiento rápido, desató mis manos. El alivio fue inmenso.

—¿Entonces me dejará ir? —La esperanza regresó, una chispa que se negaba a extinguirse.

—No tienes tanta suerte. Te quedarás en esta casa hasta que decida qué haré contigo.

La mirada de sus ojos oscuros me sostuvo, y su voz, que había sido fría y distante, se tornó en una extraña mezcla de seriedad y sarcasmo.

—Mi nombre es Damián. Y sí, te quedarás en esta casa. Pero no como mi prisionera, sino como la niñera de mi hija. A Zoé le gustaste, y desde que su madre murió, nadie ha logrado sacarle una sonrisa tan genuina como la que le vi cuando hablaste con ella.

Mi mente luchaba por procesar sus palabras. ¿De un secuestro a una niñera? Era un cambio de roles tan drástico que me resultaba imposible de entender. Sin embargo, mi corazón se sintió aliviado por un segundo. De una muerte casi segura a una vida con la oportunidad de ayudar a una niña. Quizá este no era mi fin.

—¿Y qué pasará con mi familia? Con mi madre. Ella me está buscando. —mi voz temblaba.

Él se acercó a la ventana, dándome la espalda.

—No te preocupes. Tu madre pronto recibirá una llamada informándole que estás con una vieja amiga, la cual te ha ofrecido consuelo y refugio durante tu crisis de divorcio.

—¿Y Felipe?

—Él no te buscará. Si lo hace, tendrá que enfrentarse a mí, y te aseguro que no le gustará el resultado.

—¿Por qué hace esto? —pregunté sin poder evitar la curiosidad.

—Digamos que Felipe me debe un favor. Y creo que tú eres el mejor pago que puede ofrecerme.

El aire de la habitación se llenó de una tensión insoportable. Por más que intentaba encontrarle el lado bueno a la situación, sentía que estaba metida en un juego peligroso. Mi vida no me pertenecía, me había convertido en una simple pieza de ajedrez en el tablero de este hombre.

—Por cierto, si se te ocurre escapar, no solo pagarás tú las consecuencias. También lo hará tu familia.

Me quedé helada. En ese instante, supe que no había salida. Estaba atrapada. No por las ataduras en mis muñecas, sino por la amenaza en mis espaldas. La mirada de Damián era una promesa fría, y la había entendido. No era una niñera, era una prisionera con una nueva misión.

Los días siguientes se convirtieron en un borrón. Damián mantuvo su distancia, sin interactuar conmigo, mientras me adaptaba a mi nueva realidad. Me presentaron a Alice, una mujer mayor y de carácter duro que parecía ser la mano derecha de Damián. Ella me enseñó las reglas de la casa y me explicó mis deberes con Zoé.

Poco a poco, la vida de esta extraña familia se fue revelando ante mí. Zoé era un rayo de sol, una niña llena de energía y risas que, a pesar de su corta edad, tenía un espíritu fuerte. Pasábamos horas jugando, pintando, y en esos momentos, olvidaba que estaba en una jaula de oro, que mi vida estaba en pausa.

Una noche, mientras Zoé dormía, el sonido de la televisión me hizo salir de la habitación. Vi a Damián sentado en la sala, con una expresión de profunda soledad. Me quedé observándolo por unos segundos, y me di cuenta de que a pesar de ser un hombre peligroso, también estaba roto por dentro.

Él sintió mi presencia y me miró con sus ojos penetrantes.

—¿Qué haces despierta?

—Solo estaba caminando un poco —respondí.

—¿Has hablado con tu madre? —preguntó.

Me quedé en silencio, sabiendo que si él había cumplido con su palabra, mi madre ya no estaría preocupada por mí.

—No te preocupes, ella está bien. Se creyó la historia. — continuo, despreocupado.

—¿Por qué haces esto? Digo yo no soy nadie en la vida de Felipe —pregunté en voz baja.

—Ya te lo dije, esto es un favor que me debe Felipe. Y tú... eres el mejor pago que podría haber recibido.

Más populares

Comments

jmlanena

jmlanena

No es mi problema que es lo que le debe Felipe a Damián? 🤔 Pero me gusta el chisme y me entretiene!!!!😏

2025-10-13

0

Martha Ordoñez

Martha Ordoñez

está intrigante la novela bendiciones

2025-09-17

0

Maria Gonzalez Gonzalez

Maria Gonzalez Gonzalez

interesante 😸

2025-10-12

0

Total
Capítulos
1 Capitulo I El eco del dolor
2 Capitulo II El divorcio
3 Capitulo III El secuestro
4 Capitulo IV El trato del demonio
5 Capitulo V Invitación inesperada
6 Capitulo VI El dolor del desprecio
7 Capitulo VII La propuesta
8 Capitulo VIII El sueño de un hombre
9 Capitulo IX Matrimonio o Circo
10 Capitulo X Un trofeo enjaulado
11 Capitulo XI Encuentro Inevitable
12 Capitulo XII El dilema de un villano
13 Capitulo XIII Un día en familia
14 Capitulo XIV El odio también es un sentimiento
15 Capitulo XV La farsa servida en la mesa
16 Capitulo XVI La semilla de la duda
17 Capitulo XVII Un despertar revoltoso
18 Capitulo XVIII La venganza del perdedor
19 Capitulo XIX Prueba irrefutable
20 Capitulo XX Nueva vida
21 Capitulo XXI La furia de un perdedor
22 Capitulo XXII La obsesión de Melissa
23 Capitulo XXIII Sombras del pasado
24 Capitulo XXIV La paranoia de un perdedor
25 Capitulo XXV
26 Capitulo XXVI La soledad de un hombre
27 Capitulo XXVII Un nuevo amanecer
28 Capitulo XXVIII La mete retorcida de un hombre desesperado
29 Capitulo XXIX
30 Capitulo XXX El plan
31 Capitulo XXXI La tormenta perfecta
32 Capitulo XXXII El peso del secreto
33 Capitulo XXXIII El plan de la araña se rompe
34 Capitulo XXXIV El despertar de la inocencia
35 Capitulo XXXV Cazador Cazado
36 Capitulo XXXVI El verdadero villano
37 Capitulo XXXVII La sombra que me persigue
38 Capitulo XXXVIII Huyendo por su vida
39 Capitulo XXXIX El mal surge
40 Capitulo XL El precio de la piedad
41 Capitulo XLI
Capítulos

Updated 41 Episodes

1
Capitulo I El eco del dolor
2
Capitulo II El divorcio
3
Capitulo III El secuestro
4
Capitulo IV El trato del demonio
5
Capitulo V Invitación inesperada
6
Capitulo VI El dolor del desprecio
7
Capitulo VII La propuesta
8
Capitulo VIII El sueño de un hombre
9
Capitulo IX Matrimonio o Circo
10
Capitulo X Un trofeo enjaulado
11
Capitulo XI Encuentro Inevitable
12
Capitulo XII El dilema de un villano
13
Capitulo XIII Un día en familia
14
Capitulo XIV El odio también es un sentimiento
15
Capitulo XV La farsa servida en la mesa
16
Capitulo XVI La semilla de la duda
17
Capitulo XVII Un despertar revoltoso
18
Capitulo XVIII La venganza del perdedor
19
Capitulo XIX Prueba irrefutable
20
Capitulo XX Nueva vida
21
Capitulo XXI La furia de un perdedor
22
Capitulo XXII La obsesión de Melissa
23
Capitulo XXIII Sombras del pasado
24
Capitulo XXIV La paranoia de un perdedor
25
Capitulo XXV
26
Capitulo XXVI La soledad de un hombre
27
Capitulo XXVII Un nuevo amanecer
28
Capitulo XXVIII La mete retorcida de un hombre desesperado
29
Capitulo XXIX
30
Capitulo XXX El plan
31
Capitulo XXXI La tormenta perfecta
32
Capitulo XXXII El peso del secreto
33
Capitulo XXXIII El plan de la araña se rompe
34
Capitulo XXXIV El despertar de la inocencia
35
Capitulo XXXV Cazador Cazado
36
Capitulo XXXVI El verdadero villano
37
Capitulo XXXVII La sombra que me persigue
38
Capitulo XXXVIII Huyendo por su vida
39
Capitulo XXXIX El mal surge
40
Capitulo XL El precio de la piedad
41
Capitulo XLI

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play