Capitulo II El divorcio

Punto de vista de Laura

La noche había caído, y con ella, un silencio que se me anudaba en la garganta. No había noticias de Felipe. Desde su explosión en el almuerzo, no había vuelto a llamar, ni un solo mensaje, nada. Los minutos se estiraban en horas de angustia, cada sonido era una falsa alarma. Intenté llamarlo, una y otra vez, pero solo encontraba el eco vacío de su buzón de voz, una voz grabada que sonaba cruelmente ajena a mi desesperación. La casa, antes un hogar lleno de promesas, se había convertido en una prisión helada, un mausoleo a la espera de un muerto.

Los primeros rayos del sol se colaron por la ventana, y con ellos, apareció Felipe. Entró en silencio, pero sus ojos hablaban por él: ira, decepción y un desprecio frío y desconocido. Había algo más, algo que mi corazón se negaba a reconocer.

—¿Qué haces despierta tan temprano? —preguntó, su voz plana, sin el menor rastro de preocupación. Ni siquiera se dignó a mirarme.

—No llegaste a dormir... Es la primera vez —susurré, y la voz me salió rota, despojada de toda fuerza.

Él no respondió. Simplemente caminó hacia el armario, sacó un traje, y se encerró en el baño. No había necesidad de palabras. El silencio lo dijo todo. Este era el final. Mi corazón, un tambor desbocado en mi pecho, me lo gritaba con cada latido.

Las lágrimas brotaron sin control, un torrente salado que quemaba mis mejillas. "No dejes que nadie te humille", las palabras de mi madre resonaban en mi mente, un faro de dignidad en medio de mi naufragio. Me levanté del sofá, temblando, y me arrastré hacia el espejo.

Lo que vi no era la mujer que fui. La que se arreglaba con cuidado, la que vestía para él, fresca y radiante. Frente a mí había un fantasma: una mujer marchita, con ojos hinchados de tanto llorar, con la piel sin brillo y el alma vacía. Era un reflejo de mi derrota.

Felipe salió del baño, impecable, como si la noche no hubiera existido. Sus ojos me escanearon con una frialdad que me partió en dos. Tomó su ropa del armario y, sin dirigirme una sola palabra, se vistió para enfrentar el mundo. El desprecio era tan palpable que sentí que me ahogaba.

—¿Te quieres divorciar? —Mi voz se quebró a la mitad de la frase, pero la valentía de la pregunta me mantuvo de pie.

—Sí. Me quiero divorciar. Esto ya no tiene sentido —respondió, y cada una de sus palabras fue un cuchillo que se hundía en lo más profundo de mi alma.

Cada sonido que salía de mi boca era un dolor punzante. Cinco años de mi vida, de mi cuerpo, de mi alma entregados a él. ¿Y así terminaba? Sin una explicación, sin una mirada a los ojos. Se marchaba, dejándome convertida en nada.

—Ok. Entonces empieza con los trámites —dije, luchando para mantener mi voz firme, para que no notara el temblor en mi interior.

En cuanto la puerta de la habitación se cerró, me derrumbé. El peso del dolor que había retenido me aplastó. Quería gritarle, reclamarle, romper algo. Pero no podía. Fui educada para ser fuerte en la debilidad, para no mostrar mis heridas, para no ser vista como una mujer débil.

Busqué una maleta, guardé lo indispensable. No quería llevarme nada de lo que me había regalado, ni un solo recuerdo de los días felices que ahora me parecían una mentira. Salí de aquella casa inmensa, un lugar que había imaginado como el hogar de nuestros hijos, mi nido de amor. Ahora era solo un cascarón vacío. Y yo, un recipiente sin valor, sin nada que ofrecer.

No podía ir a casa de mis padres. El fracaso pesaba demasiado. Sería una vergüenza para mi padre, una mancha que él nunca me perdonaría. Vagando por la ciudad, arrastrando mi maleta, solo el silencio me hacía compañía. Con el poco dinero que tenía, me refugié en un hotel de mala muerte, un lugar anónimo donde nadie me buscaría. Por ahora, eso era lo que necesitaba.

Una vez sola en aquella habitación sórdida, me permití colapsar. Las lágrimas volvieron a brotar, calientes y amargas. Quería que el dolor se disolviera, que mi vida entera desapareciera. Pero justo cuando la oscuridad empezaba a envolverme, un mensaje en mi móvil me devolvió a la realidad. Era de Felipe. Por un segundo, un rayo de esperanza absurda se encendió en mi pecho, solo para ser aplastado por el mensaje: "Los papeles del divorcio están listos, ve mañana al despacho del abogado para que firmes".

¿Tanto le urgía separarse de mí? La pregunta me taladró la mente. Una sonrisa amarga se dibujó en mi rostro. Sin pensarlo dos veces, le respondí con un simple "ok". Apagué el teléfono y me desplomé sobre la cama incómoda. No volvería a derramar una lágrima por alguien que solo me había visto como una incubadora, un recipiente que ahora le había salido "defectuoso". El cansancio me venció, un vacío que me arrastró al sueño.

Los primeros rayos del sol me golpearon el rostro. Al abrir los ojos y ver aquel lugar miserable, supe que todo era real. No había sido una pesadilla. El dolor era tangible, pero algo en mí se había endurecido. Me levanté decidida a enfrentar el día.

Con manos firmes, me vestí de manera impecable. El maquillaje cubrió mis ojeras, mi rostro adquirió la máscara de la mujer perfecta. Tomé mi maleta, salí a la calle y alquilé un auto. Conduje hasta el despacho del abogado de Felipe.

Él ya estaba allí, su semblante más frío que nunca. —¿Dónde has estado? —preguntó apenas me vio, y una burla invisible se dibujó en sus labios.

Bufé. —Desde hoy, eso deja de ser asunto tuyo —dije con una frialdad que me sorprendió a mí misma.

—Tu madre está preocupada y no deja de llamar, por eso pregunto.

Mi mamá. Había pasado dos días sin hablar con ella. La culpa me atravesó, pero no me permití ceder. —Cuando firme el divorcio, hablaré con ella.

Felipe me miró, incrédulo. Seguramente esperaba un drama, una escena de súplicas. Pero eso no pasaría. No iba a perder mi dignidad. No delante de él ni de nadie más.

Entramos a la oficina del abogado. El profesionalismo de su saludo fue una bienvenida a la indiferencia legal. Nos pidió que nos sentáramos y extendió los papeles frente a mí. Tal como lo había imaginado, el acuerdo no me ofrecía ni un centavo de su fortuna. Firmé sin dudar, sin que una sola emoción traicionara mi rostro.

—¿Piensas firmar así nada más? —La intriga en sus ojos era casi palpable.

—Quiero terminar con esto de una vez. Además, el más interesado en que esto termine eres tú.

Con cada trazo de mi pluma, sentí que me quemaba por dentro. Mientras mi exterior permanecía imperturbable, las llamas del dolor consumían cada célula de mi piel. El divorcio estaba firmado, pero la herida apenas comenzaba a sangrar.

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Comments

jmlanena

jmlanena

Así es con la frente en alto y por favor lee hasta las letras chiquitas de los papeles 📋 del divorcio, sé que no pedirás nada, pero tampoco Felipe te quite lo que por derecho te corresponde por los 5 años de convivencia, no más faltaba, que el Felipe sea todo un patán en el momento del divorcio!!!😠😠😠

2025-10-13

0

jmlanena

jmlanena

No te menosprecies, eres una mujer muy valiente y valiosa, busca refugio en quienes te valoran y no te juzguen, en quien puedas desahogarte en tu dolor!!!!💔💔💔🥺🥺🥺

2025-10-13

0

jmlanena

jmlanena

Laura en éste momento sentirás que mueres del dolor, por el fracaso de tu matrimonio, solo debes darte tiempo para armar cada pieza de tu roto 💔🥺🥰

2025-10-13

0

Total
Capítulos
1 Capitulo I El eco del dolor
2 Capitulo II El divorcio
3 Capitulo III El secuestro
4 Capitulo IV El trato del demonio
5 Capitulo V Invitación inesperada
6 Capitulo VI El dolor del desprecio
7 Capitulo VII La propuesta
8 Capitulo VIII El sueño de un hombre
9 Capitulo IX Matrimonio o Circo
10 Capitulo X Un trofeo enjaulado
11 Capitulo XI Encuentro Inevitable
12 Capitulo XII El dilema de un villano
13 Capitulo XIII Un día en familia
14 Capitulo XIV El odio también es un sentimiento
15 Capitulo XV La farsa servida en la mesa
16 Capitulo XVI La semilla de la duda
17 Capitulo XVII Un despertar revoltoso
18 Capitulo XVIII La venganza del perdedor
19 Capitulo XIX Prueba irrefutable
20 Capitulo XX Nueva vida
21 Capitulo XXI La furia de un perdedor
22 Capitulo XXII La obsesión de Melissa
23 Capitulo XXIII Sombras del pasado
24 Capitulo XXIV La paranoia de un perdedor
25 Capitulo XXV
26 Capitulo XXVI La soledad de un hombre
27 Capitulo XXVII Un nuevo amanecer
28 Capitulo XXVIII La mete retorcida de un hombre desesperado
29 Capitulo XXIX
30 Capitulo XXX El plan
31 Capitulo XXXI La tormenta perfecta
32 Capitulo XXXII El peso del secreto
33 Capitulo XXXIII El plan de la araña se rompe
34 Capitulo XXXIV El despertar de la inocencia
35 Capitulo XXXV Cazador Cazado
36 Capitulo XXXVI El verdadero villano
37 Capitulo XXXVII La sombra que me persigue
38 Capitulo XXXVIII Huyendo por su vida
39 Capitulo XXXIX El mal surge
40 Capitulo XL El precio de la piedad
41 Capitulo XLI
Capítulos

Updated 41 Episodes

1
Capitulo I El eco del dolor
2
Capitulo II El divorcio
3
Capitulo III El secuestro
4
Capitulo IV El trato del demonio
5
Capitulo V Invitación inesperada
6
Capitulo VI El dolor del desprecio
7
Capitulo VII La propuesta
8
Capitulo VIII El sueño de un hombre
9
Capitulo IX Matrimonio o Circo
10
Capitulo X Un trofeo enjaulado
11
Capitulo XI Encuentro Inevitable
12
Capitulo XII El dilema de un villano
13
Capitulo XIII Un día en familia
14
Capitulo XIV El odio también es un sentimiento
15
Capitulo XV La farsa servida en la mesa
16
Capitulo XVI La semilla de la duda
17
Capitulo XVII Un despertar revoltoso
18
Capitulo XVIII La venganza del perdedor
19
Capitulo XIX Prueba irrefutable
20
Capitulo XX Nueva vida
21
Capitulo XXI La furia de un perdedor
22
Capitulo XXII La obsesión de Melissa
23
Capitulo XXIII Sombras del pasado
24
Capitulo XXIV La paranoia de un perdedor
25
Capitulo XXV
26
Capitulo XXVI La soledad de un hombre
27
Capitulo XXVII Un nuevo amanecer
28
Capitulo XXVIII La mete retorcida de un hombre desesperado
29
Capitulo XXIX
30
Capitulo XXX El plan
31
Capitulo XXXI La tormenta perfecta
32
Capitulo XXXII El peso del secreto
33
Capitulo XXXIII El plan de la araña se rompe
34
Capitulo XXXIV El despertar de la inocencia
35
Capitulo XXXV Cazador Cazado
36
Capitulo XXXVI El verdadero villano
37
Capitulo XXXVII La sombra que me persigue
38
Capitulo XXXVIII Huyendo por su vida
39
Capitulo XXXIX El mal surge
40
Capitulo XL El precio de la piedad
41
Capitulo XLI

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