Capitulo 4. Un hombre sin identidad

Con los pensamientos revueltos sin saber de qué forma solucionar todo lo que estaba sucediendo, Mikhail veía las coordenadas del terreno al cual se debía dirigir, su vista era un tanto borrosa, su pecho dolía y su mano no paraba de temblar.

-          Ramón – le dice a uno de los jefes de albañilería encargados de la construcción del hotel - ¿podría leer esta dirección por mí? – le dice mostrándole el celular al hombre

-          Claro señor – le dice el hombre tomando el teléfono

-          Colócala en el GPS del auto, por favor – le dice de forma amable.

El hombre de forma rápida entro al auto, coloco la dirección en el GPS y salió.

-          Listo señor – le dice sonriéndole

-          Muchas gracias, Ramón eres muy amable – le dice tomando de regreso su teléfono, luego sube a su auto y saca su billetera de su saco, colocándola en la guantera junto con la billetera de su identidad falsa junto con sus tarjetas.

-          Señor – le dice el hombre acercándose a la ventanilla del auto - ¿usted va a ir allí ahora? – le dice mostrando inquietud en su mirada

-          Si, ¿Por qué? – le dice Mikhail

-          Pues, las nubes se ven muy cargadas y esa ruta es larga en auto, además de que debe pasar la montaña, yo le recomendaría que fuera en un día que el cielo se encuentre despejado – le dice preocupado

-          Tranquilo, ya estoy acostumbrado a conducir en lugares terribles – le dice sonriéndole, tratando de parecer normal.

-          No debería subestimar ese camino, muchos accidentes pasan allí – le dice viéndolo con preocupación

-          Ya te dije que estaré bien – le dice de forma tranquila, “Además ¿Qué importa si muero?” piensa, ya nada le importaba cuando sentía que la felicidad se escapaba de sus manos – no te preocupes, cuídate Ramón – le dice poniéndose en marcha.

El conducir mientras piensas en todos y cada uno de los momentos que has vivido al lado de la mujer que amas y que ahora debes resignarte a no tener, no era lo más conveniente para alguien que debe estar con sus sentidos alertas, en especial cuando llevas horas conduciendo hasta llegada la noche y comienza a llover a cantaros, algo que no le daba mucha visibilidad de la carretera y los limpiadores no se daban abasto con la gran cantidad de lluvia, además de que el camino era complicado con sus grandes y seguidas curvas que creaban puntos ciegos al conductor y dada la mala suerte que Mikhail tenía aquel día, terminando una de las curvas justo en medio de la carretera había sucedido un derrumbe, colocando una enorme roca en medio de la carretera, intento maniobrar para esquivarla, pero al hacerlo su auto se salió de control por lo mojado del suelo.

Mientras su auto caía por el risco, dando cientos de vueltas, golpeando todo a su paso, MIkhail no tuvo tiempo de siquiera tener algún pensamiento antes de caer desmayado ante los golpes que estaba recibiendo, el de su cabeza fue el último que sufrió antes de perder el conocimiento.

Su rostro cubierto de sangre frente al volante, el cuerpo adolorido quizás algunas costillas rotas al igual que los dedos de su mano izquierda, la lluvia ya había parado, dejando una fría noche llena de una espesa y fría niebla que cubría todo el lugar. Mikhail despertó desorientado, sin saber dónde se encontraba o que hacer, con intensos dolores en cada parte de su cuerpo, su vista era un poco borrosa debido a la sangre de su cabeza que había cubierto su ojo derecho, la respiración agitada y sus sentidos inquietos. Vio hacia el frente y se percató de que el auto se encontraba de humeando de manera profusa, algo que no significaba una buena señal, debía salir de allí ´por si el auto explotaba, abrió la guantera con la mano derecha y saco su billetera, la metió en el bolsillo de su pantalón.

Al abrir la puerta del auto la brisa fría de la noche le calo los huesos, sin pensarlo dos veces coloco su pie derecho en el suelo el cual era un tanto inestable, luego su pie izquierdo, al hacerlo no pudo evitar dejar salir un grito de dolor, ya que su pierna se encontraba fracturada, algo que no se había percatado por lo oscuro del lugar. Al no tener el apoyo de su pierna enseguida perdió el equilibrio haciéndolo caer, impactando su cabeza contra una piedra y de nuevo perdió el conocimiento.

La lluvia comenzaba a parar cuando Gunnar vio una silueta un tanto extraña acercándose hacia él, de inmediato tomo su arma y alumbro hacia ese sitio, de inmediato se percató de que se trataba de Gunther, el cual iba cargando con algo en su espalda.

-          ¿Eso es un hombre? – le dice Gunnar alarmado al darse cuenta - ¿Qué sucedió?, ¿Por qué vienes cargando con este hombre? – le dice ayudando al muchacho a poner en el suelo al hombre - ¿Qué demonios sucedió?, está mal herido – le dice viendo el estado en que se encontraba el cuerpo del hombre, además toda su ropa también estaba rasgada

-          Tuvo un accidente con su coche – le dice Gunther entre cada bocanada de aire, tratando de calmar su respiración agitada -  si hubiera llegado un poco más tarde los lobos se lo habrían devorado – dice agitado

-          Dios mío, ¿ahora qué haremos con este hombre? – le dice Gunnar preocupado por la situación que ahora tenían en sus manos.

-          Eso lo hablaremos de camino al hospital, por el momento solo espera aquí un instante, ahora regreso – le dice el muchacho ya recompuesto de aquella bajada cargando al hombre

-          ¿Ahora hacia dónde vas? – le dice viendo que el chico tomaba las sogas y la carretilla - ¿hay más personas? – le dice alarmado

-          No, solo iré por el venado antes de que las bestias lo consigan y no podamos sacar nada de él – le dice antes de marcharse

Después de que Gunther lograra recuperar el venado, Gunnar se hecho al hombre en sus hombros, lo subieron a la camioneta y después ayudo al muchacho a subir al animal en el área de carga. Antes de pasar al hospital fueron a la cabaña, dejaron al venado y sus armas, luego de eso se dirigieron al único hospital del pueblo en donde podrían brindarle la atención medica al hombre.

Al ver el estado mal herido en el cual se encontraba, lleno de barro, sangre y múltiples heridas, comenzaron a atenderlo mientras Gunther el encargado de llevar al hombre, debía responder una serie de preguntas.

-          ¿Es familiar del paciente? – le dice la mujer de registros médicos

-          No, yo ni siquiera lo conozco, solo lo conseguí en ese estado y decidí traerlo – le dice a la mujer

-          Bien, ¿Dónde lo consiguió? –le pregunta mientras tomaba notas

Gunther sintió un escalofrió subir por su nuca al escuchar aquella pregunta

-          ¡Señor! – le dice la mujer en tono fuerte al ver que Gunther no les respondía – le pregunte ¿Dónde consiguió al paciente? – le dice en tono serio

-          Al oeste, cerca de la carretera al pie de la montaña, recogía mis trampas cuando lo vi – le dice tratando de que su mentira sonara convincente, ya que no podía decir la verdad.

-          Al oeste –dice la mujer mientras anotaba – dado que la ropa del paciente está hecha harapos quisiera saber si no tiene alguna identificación, necesitamos algún dato personal que colocar en el registro – le dice viendo fijamente a Gunther

-          Pues, cerca de su cuerpo se encontraba una billetera, creo que se salió de su ropa – le dice enseñando una billetera negra de cuero – déjeme revisar a ver – le dice abriéndola para buscar alguna identificación, pero encontró mucho más que eso - ¡Oh por Dios! – dice sorprendido, jamás había visto tantas tarjetas y dinero en efectivo de altas denominaciones juntos, luego recordó el auto, que a pesar de estar en mal estado parecía ser costoso, lo que significaba que aquel hombre que había rescatado era alguien con mucho dinero.

-          ¿Señor? – le dice la mujer viendo a Gunther - ¿consiguió alguna identificación? – le pregunta

-          Oh, sí, si aquí esta – le dice sacando la identificación

-          Bien, ¿Cuál es el nombre del paciente? – le pregunta viendo hacia la carpeta lista para seguir tomando nota.

-          Su nombre es Lukas Hill – le dice Gunther leyendo la identificación.

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