Capitulo 3

Al llegar a casa subo rápidamente las escaleras y me doy un refrescante baño que tanto necesitaba

Irene: Hiciste bien en ir con Diego - digo felicitándome yo sola al ver que logre algo bueno e hice que Diego me viera con otros ojos. Me siento en la bañera de golpe - yo tengo dos años de conocimientos y se lo que pasará en ese tiempo con esos recuerdos puedo estar preparada - termino mi baño y voy a la habitación para sacar una libreta y una pluma - Primero la plaga está, se curó con... Ah - anoto el nombre de la planta para que no se me olvide - luego fue la sequía durante tres meses sin agua - (aunque eso es fácil de arreglar) pienso mientras muevo mi mano y de esta sale agua - siempre que tenga un rio cerca puede ayudar en eso, y lo otro que se desató en esos dos años fue una hambruna después de la sequía se perdieron las cosechas, pero claro si ayudo en la segunda lo tercero no pasará

Diego: Irene te ha llega...- se queda de pie quésu sitio con una carta en mano - ¿que haces? - yo cierro mi libreta y coloco detrás de mí

Irene: ¿ qué hago de qué? - me señala de arriba a abajo y noto que aún no me he vestido - ah, si puedes salir? - este lo hace y me seco rápidamente y coloco un vestido ligero - listo - abro la puerta - pasa ¿qué deseas?

Diego: te llegó una carta - me la entrega yo veo que es de ese bastardo y sin siquiera abrirla la lanzo al fuego - ¿Quien es?

Irene: es un hombre que solo desea arruinarme - digo sin más para así empezar a peinar mi cabello

Diego: la comida está lista cuando termines baja - yo asiento y lo veo salir de la habitación miro como la carta arde en la chimenea

Está vez ni pensaré en ese bastardo; no, ahora que sé, que no le soy indiferente a mi esposo trataré de quedarme a su lado todo lo que pueda y vivir una vida feliz con muchos hijos

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Los días fueron pasando Diego y yo pues eramos un poco más cercanos, podía notar que no estaba incómodo con mi presencia algo que me motivaba a seguir adelante. Yo mientras conquistaba a mi esposo tambien me dedicaba hacer un enorme huerto con esa planta medicinal aún faltan 7 meses para la plaga, pero debo de estar preparada para lo que venga

Diego: ¿otra vez aquí? - yo al verlo sonrió y voy a su lado

Irene: Esposo - digo para lanzarme a sus brazos y este me atrape sin ningún problema me río y apartó el cabello de mi cara - Si aquí estoy, otra vez - digo rodando mis ojos para luego alejarme de su agarre - Mira no están hermosas mis plantas? - el asiente sin saber que decir sobre mis plantas - Cuando estén listas te prepararé un té con ellas

Diego: ¿para que sirve?

Irene: da mucha energía - digo echándole un poca más de agua - y es muy funcional para los hombres pocos activos - escucho como algunos soldados empiezan a toser así que los veo y sonrió - ah también le daré a ustedes - digo con una sonrisa

Diego: Irene que me estás tratando de decir? - yo lo veo sin entender y su ceja alzada me da entender que malinterpreto mis palabras

Irene: Jajaja no digo que tú tengas ese problema, solo te estaba diciendo para que servía, ya que da energía y que también sirve para eso. Ya te dije no es que lo necesites, pero si lo necesitas yo te...- él me jala hacia él y me da un beso

Diego: ¿Deseas que te demuestre que no lo necesito? - su rostro estaba tan cerca de mi que no podía articular una palabra correctamente

Irene: ah? - me quedé desconcertada por unos segundos viendolo como una estúpida hasta que Diego dejó otro beso en mi mejilla y se acerca a mi oído

Diego: esposa, no me mires de esa manera tan adorable o me dan ganas de comerte - yo me cubro el rostro y me giro para darle la espalda

Irene: Debo de irme ya - digo para empezar a irme con paso torpe hacia donde están las demás personas ayudándome con la siembra de las plantas medicinales (que idiota eres, ¿por qué actúas como una virgen puritana?) pienso una vez que estoy lejos de la vista de mi esposo

X: hermana - yo giro mi rostro y veo a mi hermana y padres junto a mi esposo (mierda, se acabó mi paz) podía ver cómo está tomaba el brazo de mi esposo y la incomodidad de él, así que voy hacia allá rápidamente

Irene: Luisa creo que no está bien que tomes a mi esposo como si fuera el tuyo - digo alejándola de él y tomando su brazo - lo contaminas con tus bacterias

X: Hija respeta a tu hermana, ¿acaso está vida en el pueblo te ha dañado? - yo lo veo mal

Irene: mal? Mal estás tú con ese pulpo colgado de tu brazo - veo como mi madrastra se pone roja de la ira y cuando estaba apunto de hablar Diego se adelanta

Diego: basta - interviene mi esposo - Barones vamos al marquesado y hablemos tranquilamente - yo veo como, yo veo como me dirigen una mirada de odio y yo solo les saco la lengua para luego verlos subir a su carruaje - Irene tu padre el barón me pidió quedar unos días en el marquesado ¿eso te incomoda? - yo sonreí ampliamente

Irene: por supuesto que no, todo lo que mi esposo digo está bien para mí - él asiente más tranquilo al ver que yo estoy de acuerdo que se quede, esté me da su mano para ayudarme a subir a nuestro carruaje

- ¿por qué se quedarán?

Diego: negocios - dice, Pero yo noto como esquiva mi mirada, así que se que claramente me está mintiendo, pero¿por qué lo haría? Que debe de tratar con mi padre? Y por qué no puede decirme?, yo miro hacia la ventana (no importa, yo lo averiguaré)

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