Lo miré a los ojos… y me congelé. No por miedo, ni por vergüenza, sino porque había algo en esa mirada que me atravesó como una corriente eléctrica. Grises, profundos, intensos… como un secreto que te susurra que te acerques, pero que sabes que si lo haces, ya no hay vuelta atrás.
Y su rostro… joder. Era hermoso, pero no de ese modo frágil y delicado que se ve en revistas, sino de una belleza peligrosa, masculina, como un lobo vestido con traje. Era un hombre, de esos de verdad, de los que no necesitan gritar para imponer respeto. Su cabello caía un poco desordenado sobre la frente, sus labios firmes, su expresión contenida. Cada detalle parecía tallado con intención.
Andrew Ivanov *A.D.D*
*mira a lukas*
Andrew Ivanov *A.D.D*
¡Bueno, bueno!
Andrew Ivanov *A.D.D*
¡Ya se pusieron intensos! Vamos a beber, ¿no?
Andrew Ivanov *A.D.D*
*sonrie*
Lukas Morozov *A.P*
eh, si...
Lukas Morozov *A.P*
¿por qué no? *sonríe algo aturdido*
Lukas Morozov *A.P*
*gira la cabeza, todavía medio atrapado en la sensación de estar siendo observado por esos ojos grises*
Andrew Ivanov *A.D.D*
*sirve el vodka en vasos cortos*
Lukas Morozov *A.P*
*agarra uno, lo lleva a sus labios*
Leonid Ivanov *E.P.D.D*
*de igual forma agarra uno*
Leonid Ivanov *E.P.D.D*
Gracias, hermano *vos baja, serena, con fondo casi rasposo*
Lukas Morozov *A.P*
*se estremece por su voz*
Andrew Ivanov *A.D.D*
¡lo mejor para el mayor de la casa! *sonrie alegre*
Lukas Morozov *A.P*
*sonris encantadora*
Leonid Ivanov *E.P.D.D*
*rie* bien, ¿tanto me extrañabas?
Andrew Ivanov *A.D.D*
*rie*
Andrew Ivanov *A.D.D*
claro, ¿como no? si eres el mejor
Lukas Morozov *A.P*
*sonrie enternecido por ambos hermanos*
Leonid Ivanov *E.P.D.D*
jum~ *sereno*
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El vaso seguía frío entre los dedos de Leonid, pero Lukas apenas lo notaba. Todavía sentía el eco de su voz en el pecho, esa sensación rara, como si algo se hubiera aflojado por dentro sin permiso.
Y entonces, la música cambió.
Una canción nueva empezó a sonar desde los parlantes del salón principal: un reguetón lento, con bajos profundos y una melodía pegajosa. Las luces se tornaron más cálidas, más doradas, y un par de luces LED comenzaron a moverse por el techo altísimo de la casa.
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