Capítulo 5

Como el voto de silencio se rompió en los primeros capítulos, Fabián se dio la libertad de hablar más con los empleados de la mansión, y por supuesto con Sebastián.

Vadim no intercambiaba palabra alguna con los empleados, así que si tenía cuidado, no se involucraría más de lo debido con el alfa.

Y con Sebastián, este solo recibía indicaciones de la asistente de Vadim respecto a acontecimientos y compromisos que involucraban a Fabián, así que no habría mayor problema en hablar un poco más con él.

"Celebramos su cumpleaños el mes pasado, pero aún sigue emocionada con sus obsequios"

"Es muy tierna, se ve muy feliz"

"¿Verdad?"

Las fotografías en el teléfono celular eran muchas, todas fotografías de la pequeña hija de una de las empleadas de la mansión que ahora presumía de su hija con Fabián.

"Yo ya vi las fotografías como diez veces esta semana", dijo uno de los empleados.

"Fuimos invitados a la fiesta, y puedo decir que cada toma de las fotografías fue de la fiesta completa"

"Sí, lo confirmo"

Los empleados tomaban su descanso en la casa que se encontraba más atrás del gimnasio, un lugar donde podían relajarse y en donde contaban con su propio jardín, ahora Fabián formaba parte de su grupo junto con Daisy.

"Lo entenderán una vez que tengan hijos", señaló la madre orgullosa a sus compañeros.

"¿Eh?, yo tengo tres", respondió la mujer más mayor del grupo.

"Entonces deberías entenderme mejor"

"Por supuesto, es la emoción de una madre primeriza, incluso mi primer hijo tiene más fotografías que sus otros hermanos"

"¿Y esa diferencia?", preguntó el empleado más joven.

"Míralo como una compensación, al ser el primer hijo, fue en quién su padre y yo experimentamos más al no saber que hacer cuando caía enfermo o sucedían ciertas situaciones que no sabíamos como manejar"

"Oh, vaya, ja ja ja ja"

"No lo había pensado de esa manera, ja ja ja ja"

Empezaron a reír los empleados con la explicación de la mujer mayor.

"¿Qué hay del joven Saida?, ¿también tiene muchas fotografías de cuando era pequeño?"

En medio del buen ambiente lleno de risas, la pregunta de una de las empleadas hizo que el lugar quedara en silencio.

La situación del joven Saida era conocida por la mayoría, sin padres amorosos, el joven omega había crecido sin la atención y cuidados de ellos.

Fabián era el esposo de Vadim aunque la boda era solo un acuerdo, así que ante la pregunta fuera de lugar de la empleada, los demás empleados miraron asustados a Fabián.

"Si las fotografías del anuario escolar cuentan, entonces sí", mostró Fabián una sonrisa genuina.

Viendo el buen ánimo de Fabián al contestar la pregunta, los empleados se animaron también.

"... ¡Claro que cuentan!"

"Debió ser un niño muy bonito, Señor"

"¿Ustedes creen?", preguntó Fabián avergonzado.

"¡Por supuesto!"

"Creció para ser tan guapo, así que debió ser muy bonito cuando era niño"

"Supongo, lo único que recuerdo es jugar hasta ensuciar mis ropas en la hora del receso de la escuela", contó Fabián.

"Así que era un niño muy animado", dijo sorprendida la mujer mayor, ya que cuando conoció a Fabián, este se veía muy callado y retraído, muy diferente a ahora que se desenvolvia bien con unos simples empleados.

"Demasiado", asintió Fabián.

El buen humor volvió a los empleados, y se quedaron a conversar con Fabián, solo la empleada que había hecho aquella pregunta se mantuvo en silencio.

En cuanto a Daisy, esta disfrutaba del pequeño estanque en el jardín.

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"Debes estar siempre limpia, el olor es un poco fuerte, pero esto ayudará"

Fabián siempre procuraba mantener limpia a Daisy, y para que Vadim no notara el aroma del animalito, Fabián consiguió un spray que bloqueaba el sentido olfativo de un alfa u omega, roció el spray por toda la habitación.

Hasta que Daisy sanara por completo, Fabián debía cuidarla por unos días más.

Aparte del suceso con sus suegros, nada fuera de lugar había ocurrido; como decía en el libro, Vadim permanecía la mayor parte del día en el trabajo, el alfa regresaba para cenar y se quedaba a dormir todos los días, ya que esta era su casa después de todo y su esposo vivía aquí.

Lo que sucedería a continuación, serían dos acontecimientos importantes:

Se celebraría una fiesta de cumpleaños de un relevante diplomático, el padre del omega con quien los padres de Vadim querían que se casara.

El rut de Vadim.

La fiesta de cumpleaños, a la que Fabián debía asistir, sería el lugar en donde recibiría todo tipo de humillaciones, en especial de ese omega cuyo nombre era Alfie.

Y en el rut de Vadim, obviamente sus padres le pedirían a Saida que aprovechara la oportunidad para embarazarse del alfa, algo que Fabián no haría, porque ese día no cometería el error que lo llevaría a su muerte en el futuro.

Pasado estos dos acontecimientos importantes, Fabián solo debía esperar dos semanas hasta que Vadim viajara fuera del país en donde conocería a la persona de quien se obsesionaría, era ese momento en el que Fabián aprovecharía la oportunidad para divorciarse.

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