Capítulo 4

"Es una patita muy educada, Daisy sabe portarse bien, no será una molestia, solo la tendré hasta que se recupere"

"Es su privacidad Señor, no se preocupe"

"Gracias, gracias Sebastián"

El silencio que Fabián había mantenido estos pocos días, fue roto por el bien de Daisy.

Daisy quien ahora descansaba en su sofisticado corral.

Como Vadim tenía un campo de tiro, era claro que Daisy era uno de los patitos a los que el alfa cazaba, por lo que Fabián tenía que proteger al animalito para luego dejarlo en un campo protegido.

Una pequeña vida se sumó a Fabián.

"Señor, debe prepararse, en unas horas recibirá la visita de sus suegros"

"Sí, lo sé", murmuró Fabián.

Como los padres de Vadim estaban inconformes con su repentino matrimonio, estos vendrían de visita para evaluar a Fabián.

Lo único que Fabián tenía que hacer, era mantenerse callado, ya que Vadim se encargaría de todo con respecto a sus padres.

Aparte de ser descubierto por Sebastián y los empleados, nadie más tenía que saber sobre Daisy, en especial Vadim.

Bajo la instrucción de Sebastián, Fabián se vistió acuerdo al gusto de la madre del alfa, la ropa era bonita, pero incómoda, fuera del estilo de Fabián.

Ya listo, Fabián bajó primero al salón principal para dar la bienvenida a sus suegros.

Fabián conocía sobre estas personas gracias al libro que leyó, si Vadim era cruel por su propia personalidad, sus padres tuvieron mucha influencia en ello, ¿esto justificaba las acciones crueles de Vadim?, tal vez en algún punto, pero el alfa ya era un hombre mayor, libre de elegir sus acciones y saber diferenciar entre el bien y el mal, aunque tal vez esto no aplicaba a un alfa como él.

Entender esto era complicado para alguien como Fabián, quien había tratado de llevar una vida digna, no estaba libre de imperfecciones ni era un moralista, pero trataba de ser una buena persona en lo que pudiera.

Además, Vadim era solo un personaje del libro para Fabián, así que no tenía por qué sentir pena por el alfa ni tratar de comprenderlo.

Mantenerse alejado era lo mejor.

Perdido en sus pensamientos, unos pasos se oyeron bajando del piso superior, con cada paso que se acercaba, el ambiente alrededor se volvía pesado.

Siendo un lector de historias omegaverse, Fabián siempre se preguntó cómo era sentir las feromonas, la respuesta, no era nada agradable, por lo menos con las feromonas de Vadim, estas eran opresivas, haciendo temblar todo su cuerpo y haciéndolo caer en horribles alucinaciones.

Todo lo que pudo hacer Fabián, fue bajar la mirada y cerrar los ojos para poder soportar esa terrible sensación, en algún punto, los pasos de la otra persona se detuvieron cerca de él.

La cercanía del alfa fue aún peor, aparte de la feromona, Fabián sintió un leve aroma a sangre, no sabía si se debía a las alucinaciones, pero no era para nada agradable.

Cualquier cosa que sucediera, no quería mirar al alfa, no como la primera vez que sintió curiosidad por verlo, ahora solo quería mantenerlo lejos.

El aroma que sintió Vadim, conducía a la habitación del omega, y el aroma estaba completamente envuelto alrededor del cuerpo de este, era desagradable porque el aroma se mezclaba con el aroma del perfume.

Si había algo que odiaba Vadim, era el mal olor de las otras personas, ya sea el aroma de la comida sobre sus cuerpos o ciertos aromas extraños.

La presión que sentía Fabián fue aliviada por el sonido del timbre de la puerta, sus tan esperados suegros habían llegado.

...****************...

Fabián fue puesto en exhibición para ser visto por los padres del alfa.

No había duda de que este lugar era un museo en donde Fabián era puesto como objeto de exhibición.

Selik Meyer y Brenda Meyer, dos Alfas dominantes extremos, padres de Vadim Meyer.

Un matrimonio arreglado que se dio para tener al heredero perfecto, Vadim.

"Al conocer su nombre, creí que sería un omega más delicado, ¿qué es esto, Vadim?", resonó la voz de la mujer.

"Madre, la delicadeza no es especialmente algo de lo que puedas jactarte"

"La delicadeza es lo que se espera de un omega, ¿siquiera puedes tocar esto?, tus acompañantes siempre han sido omegas delicados, no creí que tuvieras inclinación por algo tan extravagante"

"Salirse de la rutina no es malo de vez en cuando, es algo que mis padres deberían entender"

Esta conversación tan particular, era algo que Fabián sabía de principio a final, pero escucharlo en vivo era ciertamente diferente, más si el objeto de evaluación era él mismo.

Solo faltaba un poco más para que la conversación y visita terminara, había que ser paciente.

Esta vez fue el turno del padre de Vadim para hablar.

"La familia Gale está por muy debajo de nuestra familia, el prometido que tenemos para ti es de más agrado y de buena familia, los beneficios son ideales, y debes tener en cuenta que hicimos un gran esfuerzo por encontrar un buen esposo omega para ti, a pesar de nuestra negativa"

"Este también es un omega, y los beneficios, bueno, solo necesito un poco de tiempo si es lo que mis padres quieren", sonrió Vadim.

"Nada puede dañar la imagen de la familia ahora, esto nos beneficia, no lo estropees por ahora", dijo el padre del alfa.

El Señor Selik Meyer estaba en una campaña muy importante, por lo que no podía dañar su imagen, y con respecto al prometido de Vadim, este era el hijo omega de un diplomático importante que ayudaría a la campaña del padre del alfa.

"No lo estropearé si me dejan tranquilo, Padre", arremetió Vadim, "dejen que su querido hijo disfrute de la vida de casado con su extravagante omega"

La conversación terminaría ahora, Fabián estaba impaciente porque terminé, además, aún se encontraba de pie en medio de la sala de estar.

Terminaría en unos segundos, de no ser por...

"Es tan extravagante que desprende un aroma único, ¿se ocupa del cuidado de los animales ahora?"

¡Daisy!

"¡Es mi feromona!"

Por las palabras de la madre de Vadim, Fabián levantó la voz para proteger a su querida y herida Daisy.

El lugar quedó en silencio por el repentino grito de Fabián.

Más allá en un costado, Sebastián estaba de pie junto con algunos empleados, Fabián solo pudo pedirle ayuda al buen Sebastián con la mirada.

"Si los Señores van a quedarse, la cena va a servirse pronto", dijo el buen Sebastián, "es un delicioso pato a la naranja, del gusto de los Señores"

...****************...

"Sebastián..."

"No se preocupe, Daisy está a salvo en su habitación"

Después de tal escena, los padres de Vadim se fueron de la casa, y el alfa se quedó a cenar, ya que el pato a la naranja era de su gusto.

Como su esposo, Fabián acompañó a Vadim a cenar en la ridícula enorme mesa del comedor, Fabián no pudo comer nada, solo pudo beber un poco de jugo de manzana.

Después de terminar la cena, Vadim regresó a su estudio, durante toda la cena, el alfa no quitó la vista de Fabián.

Viéndose libre, Fabián corrió a la cocina para encontrar a Sebastián y preguntar por Daisy.

"Todo sea por Daisy", suspiró Fabián apoyándose sobre el mesón de la cocina.

Los empleados sabían sobre Daisy y escucharon el grito de Fabián frente a sus propios suegros, por lo que no pudieron evitar reír.

"Ja ja ja, lo sentimos Señor", se disculparon por soltarse a reír.

Viéndolos, Fabián también se puso a reír.

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