Episode 4

-Es una pena que la princesa Keyla sea acusada de brujería, ella salvo al reino pero por lo visto los príncipes están preocupados ya que ella se ganó el favor del reino.

-Sí, es una amenaza para la sucesión a la corona de los príncipes, y como es solo la hija de una amante del rey no les importa deshacerse de ella.

Keyla escucho angustiada la conversación tras las rejas “así que se quieren deshacer de mi para que mis hermanos estén tranquilos…padre tu nunca pensaste en mi como una hija ¿verdad?, estuve tanto tiempo buscando ganarme tu cariño y el de mis hermanos pero, pero no valía la pena” pensó Keyla cuando de pronto escucho gente gritando dentro del palacio, “¿Qué está sucediendo?” Keyla se levantó rápidamente y se acercó a los barrotes de la celda, fue entonces que vio entrar a un guardia junto a unos aldeanos mientras otros tres guardias caían ensangrentados tras de ellos, “¿Qué?”, fue entonces que el guardia que acompañaba a los aldeanos abrió la celda que encarcelaba a Keyla y disculpándose la tomo del brazo rápidamente mientras gritaba con gran fuerza.

-Todos estén atentos, ahora que hemos rescatado a la princesa salir será más complicado, venid.

Los aldeanos le sonrieron con ternura a Keyla y esta pudo recordar sus rostros, “ellos son…la gente que salve y sus familias pero ¿Por qué están aquí?” se preguntó al darse cuenta que estos estaban luchando por sacarla del palacio, al paso de unos minutos corriendo esta quedo sin aliento y el guardia que la llevaba del brazo la cargo para poder escapar.

-¡¿Qué?!

-Lo siento princesa, pero debemos sacarla del palacio para que este a salvo.

-Tranquila princesa la salvaremos, no dejaremos que la inculpen por algo que usted no cometió, nosotros creemos en usted princesa.

Keyla no podía creer que la gente del reino estuvieran arriesgando sus vidas para salvarla mientras que su padre y sus hermanos la sentenciaban a muerte, “esto es muy irónico, viví toda mi vida buscando el amor de mi padre y en vez de eso es esta gente quien decide arriesgar su vida por mi” Keyla se aferró al pecho del guardia que la cargaba mientras sus lágrimas brotaban lavando delicadamente sus mejillas, al paso de un tiempo dejo de escuchar los gritos detrás de ellos y el galope de los caballos que los perseguían, fue entonces que la gente suspiro aliviada y el guardia la bajo con delicadeza del caballo al que se habían montado, Keyla miro a su alrededor y se encontró con una cueva completamente oscura, pero más de veinte personas estaban a su alrededor sonriéndole con ternura.

-Princesa.

-Señor Héctor, ¿Dónde, dónde estamos?

-Princesa, toda esta gente incluyéndome estamos muy agradecidos con usted, usted nos salvó a nosotros y a nuestras familias, le debemos la vida princesa, por esa razón no podíamos quedarnos sin hacer nada sabiendo que su majestad el rey la acusaba de traición y la sentenciaría a la muerte, nosotros no dejaremos que la maten.

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