Cap. 4 ¿Qué demonios acababa de firmar?

El día que Acara Altamira se convirtió en Acara Lombardi, nadie de su familia la acompañó.

Su madrastra, Elvira, se limitó a enviarle un mensaje: "Que dure lo que deba durar.", menospreciándola como siempre, estaba segura de que Acara sería destrozada por esa familia de leones y hienas.

Su exnovio, Mauricio, llegó de la mano de su hermana menor, Danna, quien no pudo evitar reírse cuando Acara apareció sola en la entrada de la iglesia, Daniel miraba para todo lado riéndose con burla de lo que veía.

Pero Acara no necesitaba a nadie. Recibió un cheque gordo de su cuñada Lilit, quien no la recibió bien al principio, pero no se limitó en darle fondos para la boda. Con este dinero, Acara había planeado todos los detalles de esa boda, desde el último ramo de flores hasta el vestido que ahora hacía temblar a los invitados.

El Vestido Negro

Nadie esperaba que una novia vestida de negro carbón cruzara el pasillo. El momento en que las puertas de la iglesia se abrieron y Acara Altamira apareció en el umbral, el mundo de Logan Lombardi se detuvo.

El vestido negro, ceñido a su figura, parecía tejido con la noche misma. Los bordados plateados brillaban como estrellas fugaces, y el tul se movía con cada paso, como si flotara en un viento invisible. Era una visión.

Logan, parado en el altar, sintió que el aire le quemaba los pulmones. Su piel se erizó. Su corazón, siempre controlado, latió con violencia.

Sus manos, normalmente temblorosas, se quedaron inmóviles, como talladas en mármol.

Acara avanzó con elegancia, pero había algo más que belleza en ella:

Sus ojos azules, claros como el hielo, brillaban con una tristeza antigua. Su boca, pintada de rojo oscuro, no sonreía. Era una línea firme, un desafío silencioso.

En el Altar, Logan, que la esperaba, captó su atención de inmediato.

Acara, por su parte, apenas podía creer lo que veía.

Logan Lombardi, el "tímido heredero", era un espectáculo, 1.95 metros de altura, con hombros que llenaban el traje blanco puro como la nieve, como si hubiera sido diseñado para un guerrero, no para un contador nervioso.

Cintura estrecha, piernas largas y musculosas bajo la tela impecable. Rostro afeitado, con una mandíbula tan definida que parecía esculpida por un artista. Piel dorada, labios finos pero perfectamente formados, y unos ojos negros como la noche que ahora la miraban con una intensidad que jamás le había mostrado.

¿Dónde se había escondido este hombre? Logan no era solo guapo. Era hermoso.

Y, por primera vez, Acara sintió que tal vez, solo tal vez, este matrimonio no sería el infierno que había imaginado.

Los invitados murmuraban, pero ninguno de los dos los escuchaba. Logan no podía apartar la vista de ella. Cada paso que Acara daba hacia él lo dejaba sin aliento.

Acara, aunque mantenía su expresión fría, notó cómo sus mejillas se calentaban bajo esa mirada. Cuando llegó al altar, Logan extendió la mano.

—"Eres…" —tragó saliva— "... la cosa más impresionante que he visto en mi vida." —Logan se puso rojo como un camarón al decirlo, pero no pudo evitarlo.

Acara no respondió. Pero cuando sus dedos se entrelazaron con los de él, notó que Logan no temblaba. No está vez.

Danna está furiosa, con los dientes apretados. Mauricio, incómodo, como si no pudiera decidir entre admirar a Acara o despreciarla.

Los Lombardi, confundidos, preguntándose cómo ese "fracasado" de Logan había conseguido a una mujer así. Pero en ese momento, a Acara no le importaban.

Porque cuando Logan levantó el velo negro (una elección deliberada, por supuesto), sus ojos negro pardo brillaron con algo que ella no había visto antes, ¿determinación?

—"Con este anillo…" —su voz, por primera vez, fue clara y fuerte— "... te elijo a ti. Solo a ti." —concluyó Logan casi sonriente.

Acara contuvo la respiración.

¿Qué demonios acababa de firmar?

*_*

Cristóbal Lombardi (el primo ambicioso) no pudo contenerse:

—"Qué bonito… el bueno y el malo."

Acara giró lentamente hacia él.

—"Tienes razón, primo. Él es el bueno." —Hizo una pausa, dejando que sus ojos recorrieran a los Lombardi—. "¿Adivinen quién soy yo?" —respondió con una sonrisa alegre, todos se quedaron mudos y desconcertados.

El silencio fue su victoria.

*_*

El Banquete del Desprecio

Ni los Altamira ni los Lombardi pagaron el banquete. Fue Lilit, la hermana menor de Logan, quien envió un cheque. Acara lo supo de inmediato. Era el mismo papel que usaban en los informes financieros de Logan.

Mientras cortaban la torta (negra por dentro, blanca por fuera), Mauricio se acercó con Danna a "felicitarlos":

—"No sabía que te gustaban los proyectos de caridad, cariño." —dijo Mauricio con burla, tratando de irritar a Logan y sabía hacerlo muy bien, ya lo había hecho antes.

Logan se tensó, pero Acara le tomó la mano y la apretó hasta que los nudillos de él crujieron.

—"Me encantan… sobre todo cuando revientan a los que los subestiman." —Acara levantó la barbilla con una leve sonrisa, realmente no entiende como es que tiene el descaro.

Mauricio tosió incómodo. Danna tiró de su brazo para alejarlo.

Los hermanastros de Logan se acercaron, claro que querían menospreciar a ese tonto, pero la mirada amenazadora de Acara les bajo los humos y apenas y saludaron.

—Felicidades, hermanito, realmente tienes una joya como esposa —dijo Misael mirando Acara con lujuria mientras Logan apretó los dientes, pero voz suave salió, aunque no quería que sea así.

—Gracias, Misael, espero algún día encuentres una mujer a tu altura —dijo Logan mirando su brazo, debajo del traje había una gran cicatriz que casi le cuesta la vida.

Misael se sobresaltó al ver la mirada de Logan clavad en su brazo, esa cicatriz es una mal que no puede superar, aunque se ha operado incontables veces, fue tan profunda que no puede deshacerse de ella.

Micaela tocio un par de veces y decidió hablar.

—Logan, de verdad espero que seas feliz, aunque las cosas no estén bien en la empresa, estoy segura de que podrás salir adelante con tu esposa —dijo mirando a Acara con burla, claro que todos ellos habían hecho empresas a costa de la empresa Lombardi, la cual está casi en la quiebra.

—Micaela, estoy seguro de que todo va a salir bien, aunque no recuerdes mucho del pasado, Lombardi Company, siempre fue la mejor, y lo volverá a ser —dijo suavemente Logan haciendo que Micaela parpadeó muchas veces, ella efectivamente desde esa noche parecía haber olvidado muchas cosas, la contusión cerebral de alto riesgo la dejó en coma durante un mes entero.

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