Interrumpió de golpe una tercera voz.
Ahí estaba él. En la entrada del aula, impecable con traje y chaqueta negra. Choi Siwon.
San palideció.
Choi San
—¿P-papá? ¿Qué hacés acá?
Choi Siwon
—Venía a dejar los documentos para el director y los escuché gritar desde el otro edificio
*/dijo, cruzando los brazos
—¿Yongie, estás bien?
Choi Yongsun
—Sí, papá…
Choi San
—¡No está bien! ¡Está con estos dos idiotas jugando a ver quién la enamora primero! ¡Uno la dibuja y el otro se cree su salvador!
Un silencio cortó la escena como un cuchillo.
Siwon alzó una ceja. Giró lentamente la cabeza hacia San.
Choi Siwon
—¿Y eso a ti en qué te afecta exactamente?
Choi San
—¿Qué? ¡Soy su hermano!
Choi Siwon
—Y ella es una persona, no una propiedad
*/respondió con ese tono suave pero mortal que Siwon dominaba como nadie*
—Podés cuidarla, pero no controlarla.
Y si ella decide que le gustan los chicos tontos que dibujan o que recitan poemas con cara de piedra...
*/miró a Taehyun y sonrió apenas*
— entonces es su decisión. No la tuya
San se quedó mudo.
Yo solo quería desaparecer de la vergüenza.
Choi Siwon
—Y tú, Yongsun
*/añadió Siwon, volviéndose a mi*
—si vas a hacer sufrir a los dos… al menos elegí con sabiduría.
Con eso, papá dio media vuelta y se fue como si nada.
Dejandonos atrás, a tres adolescentes congelados en una guerra silenciosa de emociones.
¿Y ahora?
El aire se sentía más pesado.
San no me volvió a hablar ese día.
Taehyun tampoco.
Solo Hyunjin, desde lejos, te envió un mensaje:
Hwang Hyunjin
📱> “¿Estás bien? Si necesitas escapar… te espero en el invernadero.”
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