XVII. Alianzas

Londres, Inglaterra.

En pleno invierno, frío y ventoso; Jared Domnanski, llegaba a unos de los clubes más exclusivos de aquella ciudad, donde se uniría con un socio. El hombre de 23 años de textura musculosa, entró por las grandes puertas del lugar, logrando acaparar las miradas de todos, su porte elegante y distintivo de aquella sociedad oculta.Camino a pasos firmes abriéndose paso ante la multitud; de cuerpos bailando en aquella pista, dependientes de la más mortal de las drogas creadas por uno de los hombres más inteligentes y bien planteado, el italiano Alek Morelli, su gran hazaña fue llevar a otro nivel el mundo del éxtasis, donde se abrió paso a gran velocidad con su creación, los diamantes creados por él, abarcó el mercado en tan solo unos cuantos meses. Desde la primera vez que salió por las calles de las ciudades; hombres, mujeres, adolescentes, ancianos; sosegados por diferentes problemas, ansiosos por más de aquella pequeña perla, dominados por el deseo de consumir a grandes escalas... todo ello conllevó a desatar muertes a nivel mundial,

Jared, paso a un segundo plano, eran los mejores amigos y la idea surgió entre ambos. que Alek, supo hacer el primer movimiento, llevado por la rabia de perder un gran negocio y también porque se llevó el gran premio. La hermosa chica de descendencia italiana, Emily Lombardi, quería todo de aquella preciosa niña de ojos indescifrables, con aquel humor negro y con sus sátiras, en absoluto, la obsesión conlleva a grandes eventualidades como acabar con todo un enorme arsenal, rendido a los pies de su reina. Listos para defender y atacar todo lo que por años han construido.

Entró al reservado donde un hombre de rasgos asiáticos lo esperaba sentado e impaciente por todo lo ocurrido en su bodega, esa donde fue el primer ataque... uno de los tantos que estaban por venir. El señor Buso era hombre de palabra, pero su gran necesidad de obtener más poder y más dinero, era insaciable, a tal punto, de llegar a traicionar a una de las familias más poderosas.

— Buenas noches —Dijo el asiático al ver llegar al hombre que esperaba.

— Buso, me temo que los Lombardi se enteraron de nuestra sociedad — El asiático endurecio el rostro, ahora si estaba jodido, una vez que se enterarán iban a ir por su cabeza.

Elvhombre pensó por unos minutos y antes de que el dijera algo, Jared se le adelantó.

— Será mejor deshacernos de la basura, ya sabe a lo que me refiero —Intervino nuevamente, aunque su contrincante no estaba del todo seguro, al final termino aceptando su sugerencia.

Ambos estrecharon las manos dando a entender que el trato estaba cerrado, Jared salió del club con una sonrisa en sus labios. Pensaba que apartando a Alek, así conseguiría una oportunidad con Emily. Y no sólo eso, si no también su gran negocio.

Bolzano, Italia.

En la mansión Lombardi, toda la familia estaba reunida, ya se habían enterado de la traición hacia ellos, todos estaban de mal humor, la tensión era palpable en el ambiente. Emily escuchó atentamente a cada uno de ellos, y su plan para derrocarlos ¿pero que tan seguro es? no, no lo era, ella pensaba de una manera diferente, atacar sin más llevándose todo a su paso. Pero un trozo de papel no estaba a su favor, y era el tratado, firmado por las tres familias más poderosas y líderes en el mercado.

Los Domanski ocupaban el tercer lugar, y abarcaba una gran parte del territorio europeo. Los Moon, era la familia más importante de todo Inglaterra no sólo por sus grandes empresas, si no por ser los líderes a nivel internacional en el mercado de la meta.

Los Lombardi, la familia con más poder y más territorios a su cargo, ese inmenso Imperio unido desde hace más de 20 años, trabajando de la mano; codo a codo.

— No, Jared debería estar muerto y eso ustedes lo saben bien, ¡Nos traicionó!¡Se está burlando de nosotros!, acaso se piensan quedar de brazos cruzados... si ustedes no hacen nada, a mi no me pidan que me contenga porque si lo llego a tener frente mío, lo mato — Sentenció Emily, todos se quedaron en completo silencio, la chica tenía razón, la traición para ellos se pagaba con sangre, pero después de firmar ese papel, era inevitable que los Domanski no salieran beneficiados.

La chica salió de la sala de reuniones y camino hasta llegar a la terraza de la mansión, sacó un cigarrillo y lo fumo a gran velocidad, estaba inquieta, su estrés la tenía al borde de dejar todo tirado. No lo hacía por no defraudar a sus padres, se sentó en una banca, y pensó que quizá era muy Joven para manejar algo tan grande, y mas si todo ese peso estaba en sus hombros. Por más que su hermano le ayudará aún tenía a cargo mucho territorio y no daba abasto.

Emily

—Princesa, sabes que yo más que nadie quiero arrancarle la cabeza, pero debemos actuar con cautela — Mi madre se sentó a mi lado.

—No puedo permitir que pasen por encima de nosotros.

—Lo entiendo, mi amor, sólo te pido que usa esa cabecita fría que tienes, no te calientes o todo acabará mal.

—Mamá, por favor tu cabeza es peor de caliente a la mía — Saqué otro cigarro y me lo lleve a los labios

—En fin, que ha pasado con Jeison y Alek— Inquirió, cambiando de tema, jugué con el cigarro en los labios, y me giré para verla a los ojos.

—No estoy con ninguno de los dos, y tampoco lo quiero estar más, sólo necesito enfocar mi mente en el negocio — Me escudriño con la mirada, y me dio un sonrisa ladeada.

—Sólo no sigas nuestros pasos.

—No crees que ya es muy tarde.

Nos quedamos en silencio mirándonos fijamente, mi madre me tomo por los hombros y me sacudió con fuerza.

—Quiero decir, amar a la persona correcta. No te dejes llevar por calenturas, a lo que me refiero es, que debes arreglar primero tus cosas y así pensar en el negocio. Vete por un tiempo, despeja la mente, pero regresa con todo claro.

Asentí con la cabeza, mi madre tiene toda la razón, debo alejarme de los dos, pensar en mi, sólo espero y mi corazón tome la decisión correcta. Nos quedamos así sentadas hablando de uno que otro tema sin importancia, al regresar a la casa todos estaban jugando al poker y bebiendo, como es de costumbre.

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