XII. Preparación

Jeison

— Quieres dejar de dar vueltas— Inquirí molesto con Emily, desde que apareció Jared, esta caminando por todos lados sin estarse quieta.

—Ese puto se está burlando en mis narices, como demonios supo donde estábamos, si el encuentro para entregar la droga sería en esa bodega— Habla tan rápido que apenas si le entiendo lo que dijo. Está muy enojada su cara está contraída por la rabia, eso ojos tan bellos tornados oscuros.

—Cuánto tiempo tengo que entrenar a esos niños— Entró Hulk por la puerta con el ceño fruncido.

—El que sea necesario, los quiero bien adaptados para lo que se viene— Dice ella, dando otra calada a su cigarro.

—No saben nada y voy tardar mucho tiempo, porque no solo...

Emily dio un golpe en la mesa y con la mirada que le dio, le quedó todo claro al hombre grande, que alzó las manos las sacudió con desdén y volvió a salir de la oficina igual de molestó a ella.

—Maldita sea, es mucho pedir que hagan un buen trabajo— Gruñó molesta, me levanté de la silla y me acerqué a ella.

—Relájate nena...

—Quiero estar sola— Dijo y asentí. Le di un beso en la frente y salí de la oficina.

Emily

Por estar con la cabeza echa mierda por esos dos idiotas estoy descuidando lo que realmente es importante, mis padres se mataron bastantes años para sacar este Imperio adelante, para que yo lo arruine por dos penes que están más buenos que el pan.

Salí de la oficina molesta, a entrenar con los chicos y el negro que estaba de mal humor; por ser novatos que no saben nada, nadie nace aprendido, así que haré de este equipo mi opción b, del plan que tengo rondando mi cabecita.

—Bien chicos ustedes estarán acá durante dos semanas, ese es el tiempo que les daré para que ya estén listos— Digo y asienten dudosos.

Después de eso salí de la bodega y fui hasta la mansión, Maxi no estaba, así que aproveché y me di un buen baño, cuando termine salí al club de mi tío, necesito relajarme un poco he estado bastante estresada y unas buenas copas no me caerán mal.

Me puse un vestido negro con una abertura en la pierna derecha y un escote profundo en el pecho, deje el cabello suelto. Me maquille un poco y quede lista.

—Al club — Ordenó entrando en el auto, mi chofer asiente y rápidamente arranca. Mi seguridad es más que buena cuatro carros a distancia prudente me protegen.

Al llegar subo a la oficina donde está mi tío Bruno con Maxi jugando al poker.

—Mi reina llegó, ¿Vas a jugar?— Me da un abrazo y me hace sentar a su lado, Maxi esta como siempre igual de serio fumando de su cigarro.

—No tengo ganas, sigan ustedes — se encogió de hombros y siguieron con su partida.

—Ya saben quién fue— Habla Maxi y niego.

—No, pero tengo un plan donde los necesito a todos, así que llama a Lucas— Digo y asiente.

Lucas es un año menor que Maxi pero es buen hacker, y requiero de su ayuda cuando lo es necesario.

—Bien, cuando será— Inquirió Maxi. Viéndome a los ojos.

—Dos semanas.

Asintió con la cabeza, y siguió en su partida de cartas, el siempre tan suspicaz y calculador. Cada movimiento lo estudia, lo pone en práctica... hasta ganar la partida.

—No he ganado, ni una sola vez— Bufo mi tío y sonreí.

Durante dos semanas estuvimos entrenando a los chicos, serán los más jóvenes para trabajar para mi. Pero son más audaces, si se lo proponen. Jonathan, me tiene sorprendida es un chico muy veloz y tiene una concentración única.

—Quiero que vengas conmigo— Le dije al chico, asintió y caminamos hasta llegar a la cocina.

—Vez todo esto, vez como ellos se esmeran por hacer un buen trabajo —dije señalando a cada uno de mis trabajadores—. Hacen un gran esfuerzo y así logran la mejor que hay en el mercado.

—Ha que viene todo este tour —Dijo cruzandose de brazos.

—Quiero que seas más que un simple conejillo, me sirves más si explotas todo tu talento, ya sea acá o en el campo de guerra, ¿Qué dices?— Repaso el lugar con una mirada rápida antes de volver a clavar sus ojos en mi.

—En el campo de guerra— Contestó y sonreí.

—Bien, como tu digas, ten en cuenta que esto conlleva a riesgos...

—Lo sé y no creo que sean menores a los que tuve que pasar— Desvió la mirada y me acerqué a él.

—Siempre hay sacrificios que valen la pena, Jonathan, sólo que aveces tomamos caminos erróneos— Le di una palmada en su hombro y fui a la oficina—. Vamos.

Siguió mis pasos en completo silencio hasta que llegamos a ella, le entregue dos armas y un cartucho con infinidad de balas.

—Ellas serán tus compañeras más fieles — Dije y las recibió, las miró unos instantes y las guardo atrás de su pantalón.

— Empecemos — Lucas entró con Maxi y Jeison por la puerta.

Maxi me dio un beso en la frente y se sentó en mi silla, Jeison frunció el ceño al ver a Jonathan. Lucas me dio un abrazo, hace meses no nos habíamos visto.

— Quiero que hagas tu magia — Dije entusiasta y este sonrió. Sacó su computadora y empezó a trabajar en completo silencio.

—Estas hermosa— Susurró Jeison en mi oído, rodé los ojos, y me pellizco la cintura.

Una hora después en que Lucas hizo su impecable trabajo, encontró la cuenta que les depositó el dinero a los chicos que ahora trabajan para mí.

— Él que haya echo el trabajo, no lo supo hacer, porque dejó todas las evidencias y no sólo eso, fue muy fácil hackear la red.— Dijo burlón, me acerqué a él y deje una palmada en su hombro.

—Gran trabajo, por eso te amo — Dije y sonrio con suficiencia.

—Cuál es el plan— Dijo Maxi.

—Jei, dame los planos— Asintió y sacó el gran plano, dejándolo encima del escritorio.

— Acá estamos nosotros —señale un punto—. Está bodega es donde debemos entrar —señale al otro lado—.Nos dividiremos en cuatro, cada uno con 30 hombres, los francotiradores estarán bajo el mando de Maxi, los otros entraremos de golpe, quiero acabar con todo, no quiero que nadie quedé vivo — Sentencio y todos estuvieron de acuerdo.

La guerra por el poder está apunto de empezar, en un negocio como esté solo se puede aprender a mantener vivo. La tempestad se avecina y no dejará rastro alguno.

— Cuando entraremos'— inquirió Jei.

—Está misma noche, avisa a Hulk de que prepare a los hombres— informe y asintió.

—Y yo que debo hacer— Habló Jonathan por primera vez, todas las miradas cayeron sobre él.

—Tu vienes conmigo, serás mis ojos —Dije y asintió.

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