Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ Vᴇɪɴᴛᴇ.

—¿Estás bien?

Asiento sin mirar a Anne y continuo limpiando el cuarto de Lara.

La verdad es que sigo deprimido por lo que dijo Alex. Ya pasaron dos días y aún siguen en mi mente sus palabras, al igual que el beso con Dievs.

Abrazo la escoba y sonrío. Fue tan maravilloso

Suspiro y detengo mis movimientos. Con sólo un beso me excité y mi lubricante comenzó a salir, que vergüenza.

—Estás rojo, ¿seguro que estás bien?— acercándose, Anne toca mi frente.

—Puedes ir a casa, tienes un poco de temperatura.— me mira preocupada y sonríe quitándome la escoba.

—Está bien. Gracias, Anne.— digo y la abrazo de sorpresa.

Ella ha sido muy amable.

—Eres como un osito cariñoso.— dice divertida devolviendo el abrazo y deja un beso sobre mi frente.

—Anda, ve a casa y descansa, no es bueno para tí andar tan agotado.— toma mi mano con suavidad y me lleva hasta la cocina donde está mi mochila.

Le agradezco una vez más y salgo de la casa.

Llegando a la primera esquina me encuentro con Dany. Él sonríe al verme y extiende su mano para dejarla sobre mi cabeza.

—¿Cómo estás, Omega?

—Hola, Dany.— digo con una sonrisa perezosa. Mi cuerpo se siente pesado.

Dejo que acaricie mi cabello y cierro mis ojos un momento.

—No te ves bien. Vamos, te llevo a casa.— dice tomando mi mano.

Asiento, dejando que me guíe hasta su auto.

Ya no me siento tan incómodo a su lado.

Quizás deba ser mas amable con él. No es malo, sólo muy hablador.

—¿Y Oliver?— pregunta sacándome de mis pensamientos.

—Oh... Él está co-con Gala.— respondo con un poco de nervios.

La verdad es que está con Dievs, se ofreció a cuidarlo y Oliver no tuvo ningún problema en quedarse con él. Muy extraño, pero lo entiendo, la presencia del Alfa es muy tranquilizadora.

Es bueno que se lleve bien con Dievs.

Tengo que comenzar a alejarlo, que se acostumbre a mi ausencia. Aunque tampoco tanto, quiero a mi bebé cerca.

Bostezo cubriendo mi boca con una mano y siento la mirada de Dany.

—Ethan... Yo quería hablar contigo— titubea un poco y baja del auto. Se ve muy nervioso.

Miro hacia fuera y me encuentro con que estamos frente a mi hogar, bajo del coche y él se posiciona frente mío.

—Tú... Tú me gustas.— susurra bajando la mirada.

Oh mierda, no esperaba esto. Quiero decir, él daba señales de que le gustaba, pero no esperaba que se confesara.

—Dany.— digo suavemente, no quiero herirlo.

—Yo... Yo encontré a mi Alfa y él está cerca mío.— desvío la mirada.

Escucho como suelta una pequeña risa avergonzada.

—Bueno, debo admitir que esperaba eso.— dice divertido y lo miro, sus ojos están tristes.

—No te preocupes. Desde un principio supe que no tenía oportunidad contigo, pero tenía que decírtelo.— revuelve mi cabello y suspira mostrando una gentil sonrisa.

Le devuelvo la sonrisa y de repente, rodea mi cuerpo en un apretado abrazo.

—Lo lamento, sólo unos segundos.— murmura en mi oído.

Suspiro y siento como aprieta más su abrazo.

Los segundos pasan y no se separa. Empujo sus hombros para alejarlo, pero no se mueve.

—¿Dany?

—Lo siento, por favor perdóname.— murmura y empujo con más fuerza.

—¿Qué...?— me interrumpe colocando sus labios contra los míos en un forzado beso.

Aprieto con fuerza mis labios y logro empujarlo ante su distracción.

—¿Qu-qué haces?— paso la manga de mi suéter por mi boca, limpiando el resto de saliva que dejó al intentar meter su lengua.

—Ethan.

—No te acerques. Creí... Creí que eras bueno.— susurro sin mirarlo. Corro hacia la entrada de mi casa, entro y cierro la puerta con rapidez.

¿Por qué hizo eso?

Limpio las lágrimas que comenzaron a asomarse, voy a mi habitación y me oculto entre las mantas de mi nido.

...

...

—Hora de regresar a casa, cachorro.— digo levantándolo del piso donde jugaba con su muñeco.

—¡Si!... Con mami.— emocionado levanta sus brazos.

Me ofrecí a cuidarlo mientras Ethan iba a su trabajo. Planeaba quedarme en su casa, pero Karla llamó diciendo que había problemas.

...*****...

^^^—Señor, han robado el collar.— dice nerviosa.^^^

^^^—Niña, no hace falta que mientas. Dile a ese Alfa que no encontrará nada y tú tienes prohibido entrar a mi oficina.— digo con advertencia.^^^

...*****...

¿Me creen tonto?

Se que ella lo saco y se lo entregó al Alfa. Su aroma está en cada rincón del lugar y no fue difícil saber que fue tomada por el Alfa.

Ya había visto la grabación, no había nada sospechoso, sólo la parte donde encuentro a Ethan y éste se desmaya.

—Vamos, cachorro.— salimos de las instalaciones y lo acomodo en los asientos traseros del auto.

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—¡Mamii!— grita apenas entramos a la casa y a los segundo aparece el Omega con mirada decaída.

—Oli.— sonríe agarrando al niño abrazándolo con fuerza y dejando besos por su rostro.

—¿Te divertiste?— pregunta dejando al niño sobre el suelo.

—Si, muy divedtido.

Se alejan para entrar a la habitación y escucho como el cachorro intenta contarle todo lo que hizo y vió.

Me siento en el sofá y espero al Omega, quien no tarda en regresar.

—Hola...— dice bajito con la cabeza gacha.

—Ven.— palmeo un espacio a mi lado y me mira con duda unos segundos.

Se acerca despacio y se sienta aún sin mirarme.

—Ethan, ¿qué sucede?

Juega con sus manos y muerde su labio inferior.

—Anne me dejo regresar antes y me encontré con Dany.— comienza a decir y levanta la mirada, puedo ver algunas lágrimas en las esquinas de sus ojos.

—Él... Él dijo qu-que le gustaba.— su voz va disminuyendo y desvía la mirada.

Lo miro sin pestañear y se remueve inquieto.

—¿A tí te gusta?— pregunto y niega varias veces.

Quedo en silencio unos segundo y entrecerrando mis ojos, coloco mi mano en su mejilla.

—Te abrazó.— declaro acercándome a su rostro.

Su rostro se colorea de rojo y asiente cerrando sus ojos.

—Y te besó.— gruño sin poder evitarlo y me acerco más atrapando su boca en un demandante beso.

Jadea sorprendido y no tarda en corresponder agarrando mis mejillas y abriendo su boca, dándole permiso a mi lengua de explorar toda su cavidad.

Resoplo satisfecho al oler su aroma volverse más dulce y libero el mío, logrando sacarle un gemido.

Oculto mi aroma cuando salgo a la calle o cuando estoy en ese laboratorio. Sabía que mi presencia afectaba a los demás, pero no creí que tanto.

—Alfa.— gimotea al liberarse del beso, pasa sus brazos por mi cuello y acaricia mi cabello con suavidad.

—Está bien, Ethan.— digo con calma, pero frunciendo el ceño.

Acerco mi nariz a su cuello, oliendo su esencia mezclada con otra muy débil e insignificante.

U

na horrible sensación de molestia se instala en mi pecho y gruño tratando de alejar ese sentimiento. Aferro mis manos en su cintura haciéndolo quedar sentado sobre mí, con sus piernas abiertas y rostro a centímetros del mío.

Su cuerpo se tensa y acaricio su espalda para tranquilizarlo.

No debería.

Pero él ya tiene un poco de mi aroma mezclado con el suyo, no pasará nada si lo marco por completo.

Con ese pensamiento y la imagen del beta tocando a Ethan, decido liberar más mi aroma cubriendo por completo el de él. Estoy seguro que toda la casa huele a mí.

Sonrío satisfecho al percibir sólo mi aroma en él y dejo un pequeño beso sobre su piel para mirarlo, suspirando fascinado por la vista.

Mi precioso Omega tiene sus ojos dilatados y llorosos, sus mejillas coloradas y su boca rojiza entreabierta respirando agitado. Su cuerpo tiembla ligeramente con el toque de mis manos.

Trago duramente tratando de controlarme.

—Alfa...— ronronea acercando sus labios para unirlos con los míos en un dulce beso, moviéndose y frotando su cuerpo contra el mío.

Lo miro con sorpresa y dejo que siga haciendo lo que quiera. Su aroma se había hecho más fuerte, dejándome embobado e incapaz de pensar con claridad.

Lo único que cruzaba por mi cabeza eran dos palabras.

"Celo. Ethan"

...

...

—¡Maldición!

Ese maldito desgraciado.— grita furioso el Alfa, destrozando todo en su pequeña oficina.

—Me las pagará, lo mataré lentamente. Lo torturare tanto, que rogará su muerte.— gruñe dejándose caer en su asiento mostrando una malvada sonrisa.

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