Capítulo 5 – Cicatrices bajo la piel

El sol asomó entre las ramas del bosque, dibujando líneas doradas sobre la cabaña abandonada. Nyra abrió los ojos antes que el día la tocara. Seguía envuelta en los brazos de Varkhan, su cuerpo tibio aún bajo la manta, su respiración profunda y serena como un mar en calma.

Por un instante, no supo dónde estaba. Luego la memoria volvió como un torrente: la fuga, Cassian, el miedo, la furia… y el cuerpo de Varkhan sobre el suyo, dentro del suyo, susurrándole promesas que no sabía si podía creer. No quería moverse. Pero sabía que no podían quedarse allí.

Se incorporó con cuidado. Él no se despertó, pero su ceño se frunció levemente, como si incluso dormido supiera que algo lo amenazaba. Nyra se vistió en silencio, sus dedos aún temblorosos. Afuera, el aire olía a musgo y a peligro.

Volvió a mirarlo una última vez. La luz acariciaba su espalda marcada por antiguas batallas. Cicatrices que parecían más humanas que su fuerza. Más verdaderas que cualquier palabra.

Y entonces, lo oyó.

—Si te vas ahora, esta vez no pienso perseguirte —dijo él sin abrir los ojos.

Ella se detuvo. El corazón le dio un vuelco.

—No me estoy yendo —respondió—. Pero tenemos que volver.

Él se giró hacia ella. La miró en silencio. Asintió.

***

La vuelta al templo fue silenciosa y tensa. Varkhan caminaba a su lado, sin tocarla, pero tan cerca que podía sentir su calor. Cuando cruzaron el arco de piedra, una docena de lobos los esperaba en formación, entre ellos Mairen, con los ojos encendidos de ira y alivio a partes iguales.

—¡Estáis vivos! —exclamó la guardiana—. Maldita sea, Nyra, podrías haber muerto.

—Lo sé —dijo ella, sin bajar la mirada—. Pero no lo hice.

—Cassian fue encontrado inconsciente cerca del río. Samuel lo está custodiando. Dice que no recuerda nada, pero yo no le creo.

Varkhan frunció el ceño.

—Mantenedlo lejos de ella. Si vuelve a tocarla, no habrá misericordia.

—Tampoco la hubo anoche —murmuró Mairen, cruzándose de brazos.

—Lo hice porque lo merecía.

Mairen giró la cabeza lentamente hacia Nyra.

—¿Y tú?

Nyra la sostuvo con la mirada firme.

—Él me salvó.

La guardiana inspiró hondo, resignada.

—Entonces entra, antes de que todos empiecen a murmurar.

***

Durante el día, Nyra se mantuvo aislada en sus aposentos, ignorando las preguntas de los sirvientes y el murmullo de los corredores. Se lavó el cuerpo con agua fría, como si quisiera arrancarse la noche de la piel, pero las manos de Varkhan seguían allí, invisibles, dejando huellas más profundas que las de cualquier cicatriz.

Al caer la tarde, recibió una visita inesperada.

Una joven de cabello oscuro y ojos grises, con una túnica elegante y una expresión curiosa en el rostro. Nyra la observó sin reconocerla.

—¿Quién eres?

—Kate —respondió con una sonrisa ladeada—. Hermana de Varkhan.

La joven entró como si la habitación fuera suya. Su presencia era magnética, desafiante. Tenía algo de él, pero también algo que Nyra no podía definir. Algo peligroso.

—¿Vienes a juzgarme?

—No —respondió Kate, sentándose en la silla junto a la ventana—. Vengo a ver si eres digna de él.

—¿Y lo soy?

Kate la miró un largo instante, luego asintió.

—Aún no. Pero podrías serlo.

Nyra apretó los labios, sin saber si reír o golpearla.

—Y tú, ¿eres digna de él?

—No necesito serlo. Soy su sangre. Tú, en cambio… eres su debilidad.

Nyra sintió que el corazón le daba un vuelco. Kate se levantó.

—No le falles. Porque si lo haces, juro que yo misma te destruiré.

***

El sol apenas había tocado el horizonte cuando el temblor sacudió los cimientos del templo.

Nyra despertó con un sobresalto, empapada en sudor. La visión aún ardía detrás de sus párpados cerrados: un círculo de fuego, símbolos ardiendo en el suelo, su cuerpo levitando, envuelto en un resplandor blanco. Y una voz que no era suya, que salía de su garganta con un eco antiguo.

No era la primera vez.

En los últimos días, desde la noche en la cabaña, las visiones eran más vívidas, más insistentes. Cuando cerraba los ojos, sentía que la sangre bajo su piel no era solo suya. Que algo más latía en ella. Algo que despertaba.

Se incorporó, y las velas de la habitación se encendieron solas.

Nyra dio un paso atrás, asustada. Alzó la mano, y una de las llamas danzó, como si respondiera a su voluntad.

—No puede ser…

Mairen irrumpió en la habitación segundos después, jadeando.

—¡Lo sentiste, ¿verdad?! —dijo, con el rostro pálido—. La energía... está desbordándose. Ya no puedes ocultarla.

—¿Qué me está pasando? —preguntó Nyra—. ¿Por qué siento que ardo por dentro?

—Porque estás despertando —dijo la guardiana, acercándose con paso firme—. Porque la magia antigua está regresando. No solo eres la luna de un alfa, Nyra. Eres la hija de la llama. Una bruja verdadera.

Nyra sintió que el suelo se alejaba. Todo lo que había creído ser se desmoronaba. Y en ese vértigo, solo un nombre le dio ancla.

—¿Dónde está Varkhan?

Antes de que Mairen pudiera responder, una gran campana resonó desde el exterior. Era la alarma. Un sonido gutural que nunca había oído antes. La advertencia ancestral de la manada.

Los enemigos habían cruzado los límites del bosque.

***

En el patio principal, los guerreros corrían a sus puestos. Los ojos de muchos brillaban con el resplandor ámbar del cambio. El aire olía a tensión, a metal, a peligro inminente.

Y entonces apareció él.

Varkhan descendió por los escalones del templo con paso decidido. Llevaba una capa negra sobre los hombros y la Marca de su manada grabada en el pecho. Sus ojos ardían como el sol naciente. Pero no fue su presencia lo que hizo callar a todos.

Fue lo que llevaba a su lado.

Nyra.

Vestía una túnica blanca, el cabello suelto flotando como una llama pálida. Sus ojos estaban distintos, más claros, casi brillantes. Caminaba erguida, sin miedo. A su paso, las sombras parecían apartarse.

Varkhan se detuvo en el centro del patio y alzó la voz:

—Escuchadme todos. La luna ha regresado.

Un murmullo recorrió la multitud.

—Ella es Nyra. Mi luna. Y la protegeré con mi vida.

—¿Y si no es una de nosotros? —preguntó un lobo del norte, de voz ronca y mirada desafiante.

Nyra dio un paso al frente antes de que Varkhan respondiera.

—No vine para pedir permiso —dijo, y alzó las manos.

Un círculo de fuego se encendió a su alrededor. Llamas altas, brillantes, sin consumir la hierba ni dañar su piel. El silencio fue absoluto.

—Soy bruja —continuó—. Y luna. Mi sangre no os pertenece, pero mi voluntad está con él.

Varkhan la miró con un asombro contenido. Dio un paso hacia ella y, sin importarle quién los observaba, la tomó del rostro con ambas manos y la besó. No como un gesto de poder, sino como una declaración.

—Os lo diré una sola vez —dijo después, volviéndose hacia todos—. Nadie la tocará. Nadie la pondrá en duda. Porque si cae, caigo yo con ella.

Nadie habló. Nadie se atrevió.

Kate, desde las sombras, sonrió con un leve asentimiento. Mairen observaba con gravedad, y Samuel —apoyado contra una columna— susurró algo entre dientes que sonó a respeto.

Horas después, cuando la noche cayó otra vez, Nyra y Varkhan se encontraban en lo alto de la torre sur. Desde allí se veía todo el bosque, envuelto en niebla.

—Lo sabías —le dijo ella—. Sabías que esto iba a pasar.

—No del todo —admitió él—. Solo sentía que eras más. Que tenías algo dentro. No sabía si era magia o simple rabia.

Ella rió, suave. Se apoyó en su pecho.

—Tengo miedo.

—Yo también —susurró él—. Porque si te pierdo, ya no queda nada en mí.

—¿Y si ardo? ¿Si me consumo?

—Entonces arderé contigo.

Nyra cerró los ojos. Por primera vez, la magia en su interior no se sentía como una carga. Sino como una llama compartida.

Una promesa.

Más populares

Comments

Irma Ruelas

Irma Ruelas

🌹❤️❤️❤️🤩😍

2025-05-30

0

Total
Capítulos
Capítulos

Updated 34 Episodes

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play