Dar un gran espectáculo

Es algo cruel ¿no?

Claro, que sí lo es, pero algo ha pasado, Camila Núñez aquella mujer que por venganza a su familia se convirtió en mafiosa ha tomado el cuerpo de Yadira.

Ella cuando murió en su mundo pensó que su vida terminaría, que después de la muerte, todo llegaría a su final y que se encontraría en el más allá con su familia.

Pero no, aquí está ella acostada en una cama, en una habitación lujosa, y con una apariencia diferente a la suya.

Aquello que le ha pasado no es más que un mal chiste, puesto que, justamente volvió a la vida el día de la boda de Yadira, con aquel hombre infeliz que la llevó a la muerte.

Camila no sabe cómo terminó en ese mundo tan extraño, un mundo donde existe la magia, y ella por casualidad tiene una ardiente magia de fuego.

No sabe si esto es una burla del destino, o es su castigo por ser mafiosa, pero de algo estaba totalmente segura; quienes se metan con ella pagarán el haberlo hecho.

Si estando en su mundo no se rindió, menos ahora.

Desde que se dio cuenta de que habitaba otro cuerpo, lo primero que hizo fue indagar en su memoria los recuerdos de aquella mujer, y lo que vio no le gustó para nada.

La vida de esa mujer era tan trágica que le causaron dolores de cabeza. No entiende como una mujer tan hermosa y poderosa, se haya vuelto la burla de todo. Camila en su lugar, le hubiera prendido fuego a todo el palacio con esos bastardos dentro.

Ella por sus recuerdos sabe que la boda es ese día, y planea divertirse como nadie en ella, después de todo, no puede estar aburrida en su propia boda.

Aquella mujer murió el día ante la boda, debido al veneno que le mandó a preparar con su doncella de confianza su arpía prima. Tal parece que esos bastardos tienen prisa por librarse de ella. Quieren el trono a como dé lugar.

Camila planea dar el espectáculo más maravilloso que la gente nunca ha visto.

Todos sabrán que con Camila Núñez, quien ahora es Yadira, no se debe de meter nadie. Se dará a respetar, va a ejercer su poder de emperatriz a lo máximo, tomará venganza, y después se buscará un amante que la haga feliz por las noches.

Por tal motivo, dispuesta a dar un gran espectáculo, con una calma espeluznante, Camila quien a partir de hoy será Yadira, se levanta de la cómoda cama en la que se encontraba, al hacerlo siente un mareo que le hace estremecer, como también deseos de vomitar.

Parece ser que el veneno aún no se ha ido del todo.

Cómo pudo, ella se fue hasta el baño y allí lanzó todo lo que tenía en su estómago, y de su boca salió algo oscuro y con olor fétido.

Eso le hizo lanzar aún más las tripas por la boca.

Cuando terminó de vaciar su estómago se sintió mejor, y  sin más, bajó el baño y luego se mete a la bañera, la cual estaba aún vacía.

Tal parece que es muy temprano como para que los sirvientes lleguen a hacer su trabajo, o simplemente ellos hacen lo que les venga en gana.

Sin darle importancia, Yadira procede a llenar la tina, la cual tenía dos grifos, uno de color rojo y otro blanco, ella los abre ambos y nota que son de agua fría y caliente.

Toma la que mejor le conviene, y después de tener su tina llena, ella misma se baña.

Después de un tiempo, ella sale del baño envuelta en una toalla y acto seguido se seca todo y va hasta el closet y allí ve un lindo vestido blanco.

Ella lo mira con desagrado y lo arroja al suelo y después lo pisa.

Cuando lo piso lo más que pudo, ella vuelve y levanta el vestido arruinado y lo pone en dónde estaba en un principio.

Después de eso, busca entre sus pertenencias, y ve allí un vestido negro como la noche, uno elegante y totalmente de su gusto.

Sin dudarlo, lo toma entre sus dedos y toca la tela, la cual se siente de calidad.

Ella sin perder tiempo tomó ese espectacular vestido y lo tendió sobre la cama, acto seguido va hasta su mesita de noche y se maquilla y peina ella misma.

Cuando se terminó de peinar y maquillar, quedó complacida con su belleza.

Cuando una doncella entra a la habitación, ella ya estaba totalmente arreglada. Parecía una diva.

Aquella doncella en realidad no era más que una arpía, la cual es aliada de su prima, su nombre es Kenia, y estaba allí en la habitación de la emperatriz, fue por qué esa mujer la mandó a vigilar.

En esos momentos en el palacio la que manda es Martina, y por lo tanto los sirvientes le obedecen. Pero eso va a cambiar pronto.

—Emperatriz, ¿qué hace vestida así cuando se supone que hoy es su día especial?— dice la sirvienta con una cara de burla y Yadira le mira mal.

—¿Te di permiso para hablar sirvienta? En primer lugar, una criada como tú no va a decirme a mí la soberana de este imperio, que hacer y que no, al dirigirte a mí, tienes que pensar bien qué decir, o perderá la lengua por insolente — le dice Yadira con ojos asesinos y la sirvienta se puso pálida, la emperatriz nunca le ha hablado así.

Ella rápidamente hace una reverencia asustada.

—Perdone a esta doncella— dice la sirvienta muy asustada, por un momento creyó ver en la emperatriz ojos rojos como de fuego.

Eso no es otra cosa más que la intención asesina de dicha mujer.

—Ya lo sabes, así que tómalo en cuenta la próxima vez. A partir de hoy no tienes que venir a mi habitación a nada, ahora vámonos de esta habitación, tenemos una boda que celebrar — dice la emperatriz y para luego salir de allí siendo seguida por la sirvienta, quien no entiende qué estaba pasando.

No tardaron en llegar al lugar que se llevaría a cabo la boda, el cual sería el jardín imperial.

El lugar estaba decorado para la ocasión, y allí estaban muchas personas importantes del imperio, todos hipócritas.

Yadira al ver eso funde el ceño, no le agrada para nada ver gente como esa, pero por el momento nada puede hacer, eso sí, en cuanto pueda, va a eliminar a todas esas escorias que se hacen pasar por bondadosos.

Con una elegancia espectacular, Yadira se coloca en la entrada que da al lugar de la boda, y la música nupcial sonó, y ella entró por el lugar con normalidad.

La gente al verle jadea, pues el vestido que ella estaba usando, dejaba mucho que decir. En esos tiempos que una novia lleve negro el día de su boda, no significa nada bueno. Es un símbolo de desprecio al novio, y que la novia no estaba feliz con la boda.

Todos allí estaban asombrados y el novio y su familia también, más que asombrados, estaban furiosos.

Es claro que aquella niña los quiere dejar a todos en ridículo.

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