#EL DEMONIO#
Mí madre vivia en una casa con una fachada de paredes blancas, techo a dos aguas de tejado rojo, un jardín de rosas al frente. Cualquiera que la viera, junto a la familia sentada en el pórtico, dirían "que tierna familia", nadie desconfiaría del infierno que había en el interior.
Tuve que vivir con mí madre y mí abuelo junto a su señora, mí madre trabajaba de niñera para mis dos primas, durante los días de clase. Mis tíos eran millonarios, que para que mí madre no se sienta mal, porque le den dinero, como ellos se creían generosos al ayudar a los desafortunados, pobres, como nosotros, le daban un trabajo. Además trabajaba haciendo limpieza en la casa de los abuelos que conocí cuando me rescataron, ahí me llevaba con ella, eso era los fines de semana.
La señora de mí abuelo siempre estaba más tiempo acostada, eran pocas veces que se levantaba, debido a que era una persona con sobrepeso, no me dejaban molestarla.
Mí abuelo era un uniformado azul, de las fuerzas, siempre Lucia ese uniforme impecable, era considerado el hombre más bueno, que siempre estaba dispuesto a dar una mano a quien lo necesite.
Mí madre y yo éramos las únicas que conocíamos al demonio que habitaba en él, la abuela parecía ignorarlo o solo se hacía la que no sabía.
Ese demonio surgía a la noche. Mí madre siempre tomaba precauciones de dejar la cena lista para mí abuelo, siempre se tomaba la molestia de dejarle servida, me decía que no había que hacerlo enojar, que era mejor no cruzarse en su camino. Nos encerrabamos en el cuarto, calculando la hora en que él llegaba.
Había salido de un infierno para entrar en otro, se que me aceptaron por el pago que le darían por tenerme.
Una noche escuché entre sueños, un llanto agudo, desconsolado, entrecortado, abrí mis ojos, la oscuridad reinaba, alguna que otra claridad se colaba entre las aberturas de la puerta.
Cerré mis ojos queriendo seguir durmiendo, pero ese llanto era constante, con palabras que logré descifrar, en mí estado somnoliento.
"NO"
"AHAAA"
"NO POR FAVOR"
"AHAAA"
MMMM
En medio de eso una respiración agitada y pesada. Me di cuenta que bajo mí espalda el frío piso, calaba mis huesos, eleve mí mano y sentí como un techo, palpando algo clavo uno de mis dedos, el del medio, más precisamente, de la mano derecha, gire nuevamente mí cabeza, logrando armar una imagen, en la penumbra, debido a mí somnolencia de ese momento y era la parte baja del ropero, yo estaba bajo la cama, durmiendo.
¿Cómo me caí?
¿Quién lloraba?
Sentí un olor a sudor, muy fuerte, mezclado con el olor a cigarrillo y una bebida alcohólica. El llanto ceso, quedando solo lloriqueos, apenas audibles.
Ese aroma picante y molestó se fue, temerosa salgo de debajo de la cama, veo a mí madre acurrucada en el medio de la cama, abrazada a sus piernas, temblando como si tuviera frío. La cubrí con la manta, que yacía en el piso, ella se sobresalto y al verme poso una sonrisa forzada en sus labios, me acosté a su lado y me abrazo como buscando refugio en mí figura pequeña, sentí sus lágrimas caer sobre mis hombros, y escuché su susurro continuo, que repetía como queriendo convencerse de ello
"Me quiere"
"Se que me quiere"
"No lo haría si no fuera así"
A lo largo de mí estadía en esta casa, me dormía en la cama con mí madre y despertaba en otro lugar con mí almohada y mí manta. Cuando se lo planteaba a mí madre ella me decía
"Sos sonámbula"
"¿Qué es ser sonámbula? Le preguntaba
"Es caminar dormida"
Eso es todo lo que me decía. Ella casi no me hablaba, sentia como si yo fuera un adornó en esta casa.
Observaba mientras me servía la comida que mí madre tenía moretones en los brazos.
¿Qué te paso? Le preguntaba preocupada
"No sé, habré chocado algo" responde nerviosa.
Me llevaba a la escuela y ella se marchaba a trabajar de niñera de mis primas.
Cuando volví de clases mí abuela estaba sentada en su sillón en la galería hablando con Ia vecina.
"Es una lástima que su hija fue madre a los quince y que el responsable jamás se ocupó, pero es admirable que ustedes le apoyen a pesar de ello y no la corrieron de la casa"
"Porque trabaja y ayuda con los gastos de lo contrario no seríamos tan comprensibles" Respondió mí abuela que era la madrastra de mí madre.
"Escuché que tu nieta trae suerte" Dijo en un susurro la vecina
" La niña trae suerte, nació bajo una estrella fugaz, los que la tienen cerca tienen suerte, por esa razón la aceptamos" respondió mí abuela
"Vendré la próxima para que me lea la suerte y si le pago más espero que su nieta me diga que número saldrá en la lotería así ganó dinero extra" Le dijo la vecina despidiéndose de mí abuela.
Mí abuela quedó mirando fijo hacía mí, la verdad no entendía que quisieron decir con que traigo suerte y que debían pagar para que les de suerte.
Me ordenaron que debía ocuparme de mí persona, lavar mí ropa, hacer mí tarea, además de colaborar en la casa con la limpieza. Mí vida no era como los demás niños, no tenía padres amorosos comprándole todo, en casa apenas alcanzaba la plata y debían trabajar para tener lo necesario, por lo que tuve que ser responsable mucho antes que otros lo son.
Mí abuela al ser una persona con un volumen corporal muy enorme, tenía que ayudarla a cocinar, ella se ocupaba de picar todo y yo lo ponía en la olla sobre el fuego, cuidando de no quemarme.
Me sentía orgullosa de ser útil, pero esa alegría se esfumaba a la hora de comer, cuando llegaba mí abuelo era como si una enorme nube tapara el sol que nos iluminaba ese día.
Mí madre al llegar del trabajo se apresuraba en servir la comida, se la veía nerviosa, a todos en la mirada se les notaba la tensión.
Mí abuelo se sentaba serio en la cabecera y golpeaba la mesa con la cuchara señal que le debía servir, nadie comía hasta que no lo hiciera.
De repente lanzaba el plato al piso con la comida, haciendo un enorme estruendo que nos hacía temblar en nuestros asientos.
"ES UNA BASURA"
Rugía con bronca.
Mí abuela se encerraba en su cuarto a llorar de manera agobiante.
"TU ERES LA CULPABLE"
"SOLO TU OCASIONAS ESTO"
Gruñía mí abuelo en contra de mí madre.
Me quedaba triste sentada en la mesa, todos terminaban molestos, no lograba entender porque se producía eso.
Sentía un nudo en mí estómago, hasta yo tenía ganas de llorar. Deseaba que eso cambie, que de algún modo todos estén bien.
Me tapaba los oídos con las manos al escucharlos gritarse uno al otro.
"NO HICE NADA, TRABAJO TODO EL DIA, CUMPLO CON MI PARTE"
Le respondía mí madre.
"ERES UNA PUT@ QUE SOLO TRAJO DESGRACIA A ESTA FAMILIA"
"SI NO TE ABRIAS TAN FACIL DE PIERNAS NO PASARIA ESTO"
Le decía mí abuelo
"EN PRIMER LUGAR ERES EL PRIMER CULPABLE"
Le respondía ella.
"NO TE ATREVAS A CULPARME" Gruñía él
"ESTABAMOS BIEN Y TUVISTE QUE EMBARAZARTE " Le decía mí abuelo
"SOLO TU ERES EL RESPONSABLE"
Le retruca mí madre
"NO VUELVAS A DECIR ESO QUE TE MAT@"
Gritaba él
"HAZLO DE UNA VEZ ME CANSÉ DE TUS AMENAZAS"
Le respondía mí madre, después de eso se escuchaba un "PLASH" muy fuerte y mí madre salía corriendo a encerrarse en su pieza a llorar.
Mí abuelo la seguía sacándose el cinturón y se encerraba con ella en la pieza.
Salía de la casa y me sentaba en la vereda, esperando que todo se calme, parecía que a nadie le importaba mí existencia.
Cuando todo se calmaba mí madre salía con un bolso y me llevaba con ella, nos íbamos a la casa de los ancianos, a los que les decía abuelos, no eran de verdad mis abuelos, pero así los llamaba, mientras mí madre limpia la enorme casa, yo jugaba con las figuras de madera que hacía el anciano y me daba para que me entretenga. Se que el oficial se ocupó de que ella trabaje ahí para que yo esté bien.
Siempre me encargaban que no salga a la luz, por alguna razón mí presencia despertaba los demonios en los hombres, según me decía mí madre, por lo que me vestía con ropa suelta. Ella aseguraba que por eso mí abuelo se agarraba con ella, porque yo era la causa de ese mal. Nunca entendía que me querían decir con eso.
Todo era tristeza para mí, hasta que conocí a un niño, era mas grande que yo, me trataba bien, era amable, considerado, él me dio ánimos de jugar en la luz con su compañía, por él volví a sonreír, sintiendo esperanza que todo podía cambiar.
Paso un largo tiempo hasta que lo volví a ver, ya tenía 14 años, me sentía cohibida, avergonzada, mí cuerpo cambiaba, hasta mí madre se la veía así de angustiada porque se me notaba el cambio, me vestía con ropas más sueltas y hacia que coma a parte, que mí abuelo no me vea, no me explicaba la razón.
"Que gustó volverte a ver" me dijo el chico que me miraba con los ojos muy abiertos, ya no le quedaba a la mitad de la cintura, a él se lo veía alto, aunque le llegaba al hombro.
"Hola" lo saludé apenas.
Se acercó, sus labios temblaban, sonreía al mirarme, sus ojos destilaban un brillo particular.
"Nunca te olvidé, y verte, me alegra, estás muy cambiada, más alta, es que, guau" expresaba nervioso.
"Ha pasado dos años, ¿dónde has estado?" Le pregunte
"He, estuve en un internado" me cuenta.
"¿Qué es eso?" le pregunté
"¿Tienes novio?" indagó sin responderme
"No, no dejan que me junte con chicos, la verdad no debería hablar contigo, dicen que debo permanecer intacta para no perder mí habilidad"
"¿Que habilidad?" pregunto curioso
"Doy suerte" Le respondí
"¿Cómo sería eso?" Pregunto tomándome la mano y mordiéndose el labio.
"Solo piensa en lo que quieres tener suerte, como por ejemplo si quieres ganar en la lotería" Le respondí
"Tendría suerte si aceptas ser mí novia" me dijo
Lo mire suspirando, no podía tener novio, me obligaron a jurarlo, de lo contrario tendría un gran castigo.
"Eso no puedo, no me dejan, me castigarán, o puede pasarte algo malo"
Le dije preocupada
"Dices que das suerte, si estás conmigo nada malo me va a pasar" me dice.
"No puedo, aún soy una niña, eso es para los grandes, es una gran responsabilidad, sino pasan cosas que uno no quiere", Le digo
"¿Cómo cuales?" pregunto
"Mí madre tuvo novio siendo muy joven y de eso salí yo, perdió sus estudios, nadie quiere casarse con ella, la ven como una promiscua, no se que eso significa, pero así la llama mí abuelo" le cuento agitada
"Si aún no quieres, prometeme que cuando puedas, solo serás mí novia" me pide
"No puedo prometer eso, y tu tampoco, mí madre dice que a distancia nada funciona, que por eso su novio se alejo de ella, porque viven en diferentes ciudades" le respondí
En eso siento un valdazo de agua que me moja completa y al chico, mí vestido se adhiere a mí figura.
"ASI TE ENFRIAS NAHUEL, JA,JA" Se escucha la voz de un chico más grande que no me vio y creyó que solo mojo a Nahuel.
"ERES UN DESGRACIADO DANTE" Lo reta.
"NO SABIA QUE ESTABAS ACOMPAÑADO" Le respondió y cuando me vio se le cayó el valde de las manos, sus ojos se abrieron de par en par.
Salí corriendo de su vista, me puso muy nerviosa como me miró.
"OH MIRA COMO ESTAS MI NIÑA" Apareció la abuela.
"NO DEBES ANDAR ASI, NO TE MUESTRES ASI, VEN A CAMBIARTE" Me indicaba llevándome con ella.
"PONTE ESO Y CUANDO TERMINES VE A LA COCINA" Me indico.
Termine de vestirme y antes de salir aparece Dante.
"Lamento haberte mojado" me dijo
"Claro, debo irme" le dije nerviosa
"Conozcamonos" dijo cerrando el paso
No me gustó nada eso, sumado a que me acorraló contra la pared
"DEJAME IR" Le dije
"Nos divertiremos si te quedas" insistió.
"DEJALA" lo saco Nahuel y se trenzaron a golpes
"MUCHACHOS DEJEN DE PELEAR" Apareció el abuelo separándolos.
"DANTE SE QUISO APROVECHAR DE ELLA" Le dice Nahuel molestó.
" NO HICE NADA" se defendió Dante.
"Es una niña y podrías ir a la cárcel si la tocas" Le dijo el abuelo con los dientes apretados
"¿Qué?" Indagó incrédulo
"SOLO TIENE CATORCE" Le dijo el abuelo
"VAMOS AZUL" Me llevo el abuelo con él
"VAS A TENER QUE LLEVARLA" Le indico el abuelo a mamá.
"La llevaré a casa" Dijo mí madre apenada
No me gustaba que me lleve a casa siempre me dejaba bajo llave en el cuarto
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Comments
Lilyben
De nuevo usaban a la niña para sacar dinero a las personas, eran estafadores todos.
2025-05-06
0
BERNARDINA PASTELIN
si la quería , la ocultaba de su padre para que no lo hiciera lo mismo
2025-05-05
0
Lilyben
La madre de Azul la protegía para que no abusen de ella.
2025-05-06
0