4° El secreto de mis abuelos

#EL SECRETO DE MIS ABUELOS#

Ingresé y sentí que me estiraron a un costado, era la niña, me hizo gesto que haga silencio, nos quedamos en un rincón de la habitación.

-VOLVISTE A SALIR, NO DEBES SALIR, SI SALES LA LUZ TE MATA, DEBES ENTENDER ESO, ME DI CUENTA DE LAS HUELLAS MOJADAS. Escuché que la empleada le reprochaba molesta cambiando las sábanas.

-COME LO QUE TE TRAJE, SOLO PAN Y AGUA, ESTÁS CASTIGADA, NO SALDRÁS. Concluyó con severidad y cerro la puerta, al escuchar el cerrojo me preocupé.

Miraba angustiado hacia la puerta, ella llamo mi atención.

-Gracias. Dijo en un tono suave dándome mi ropa doblada.

-De nada. Te traje yogur. Le digo pasándole la botella pequeña.

Ella miro extrañada, como si nunca lo hubiera visto.

-Se toma así. Le dije mostrando el mío y como destape.

Ella me copio, al sentir el sabor sus ojos de un azul violeta brillaron, notaba que permanecía en la sombra, esquivaba la luz, por alguna extraña razón le convencieron que eso le hacía mal.

Al terminar de compartir el yogur, me enseñó sus juguetes que eran de madera, se ve que mi abuelo se los hizo.

-¿Quién te hizo?. Le consulte.

-El abuelo, es muy bueno. Dijo.

Suspiré pensativo ¿Será que mi abuelo?

-¿Cómo se llaman tus padres? Le pregunte

-Mi mamá Pía, o eso me dijeron. Dice en un tono triste.

¿Pia? Me pregunte.

Ella tenia un cuaderno donde dibujaba, le hice un conejo con una zanahoria, me salió feo pero a ella le gustó, en su rostro la alegría era notoria.

Ella me dibujo, me hizo mí pelo alborotado rubio como lo tenía, no me gustaba peinarme, solo me lo mojaba y pasaba la mano, mis ojos grandes marrones y de nariz me hizo una línea pequeña y mí boca una sonrisa, mí cabeza en su dibujo era mas grande que mí cuerpo. Le salió como una caricatura, arranco la hoja y me lo regaló.

-Me retrataste muy bien. Le dije.

Ella sonrió, ver sus enormes ojos con ese brillo me gustó.

-Debo irme. Le dije en un momento que me dio ganas de ir al baño.

-Jugamos después. Me dijo.

-Claro. Le respondí.

Ella me enseñó otra salida, se conocía todos los rincones, se ve que siempre vino, no le pregunté al sentir muchas ganas de ir al baño, pero cuando la vea de nuevo le preguntaré, al igual que su nombre.

Por suerte salí a tiempo, me divertí en su compañía que me hizo olvidar la tristeza de no tener a mí madre.

-Nahuel ya volvimos. Escuché decir a mí abuelo.

-Crei que prenderías fuego la casa. Me dice mí hermano.

-Se ve que te sientes mejor, empezaste a bardearme. Le respondí.

- Dante debe hacer reposo, no lo molestes. Anuncio mí abuelo serio.

- Señor, llamaron los huéspedes habituales, los Cabrera, quieren un cuarto, van a venir para pescar en canoa. Le aviso la empleada a mí abuelo.

"Tienen teléfono, no sabía" pensé.

Él la miro y asintió.

- Bueno muchachos, ya saben, no molesten a los huéspedes, estén tranquilos en sus cuartos o en la sala para ver televisión, nada de merodear, ni ingresar a los cuartos. Nos encargo mí abuelo.

Cuando se fueron y veo a Dante tirado en el sofá me aproxime.

- ¿QUÉ QUIERES ENANO? Me dijo antes que diga algo.

-No dije nada. Le respondí.

-Cuando te arrimas así es que quieres algo. Me responde.

-Hay un teléfono. Le avisé.

-Si, ¿y?. Pregunto sin ganas, tenía la nariz roja al igual que los ojos.

-Olvidalo. Le dije fastidiado, cuando indaga así de seguro no quiere ayudarme, había veces que se prendía de mis ideas, y otras que no.

Se enderezó.

-De acuerdo, vamos a ver dónde está ese teléfono y de paso puedo llamar a Mely. Anuncio.

De la Mely que hablaba era la chica con la que andaba y no andaba, según él era su novia, pero jamás se lo dijo a ella, no entendía cómo podía ser su novia si ella no lo sabía.

Nos dirigimos a la sala que era el lugar más obvio, según nosotros podía estar el teléfono, en el descanso antes de llegar a la sala de espera, pero no era así.

-Sera más rápido si nos separamos. Me propuso Dante.

-De acuerdo. Le dije.

Empecé a recorrer y me encontré en la biblioteca a la niña sentada en un rincón mirando un libro de cuentos.

-¿Sabes leer? Me pregunto pasándome el libro.

-Si, ¿Sabes dónde hay un teléfono? Le pregunté.

-El abuelo no quiere que toque. Me dijo.

-Me muestras. Le pido.

-Me lees. Insistió con el libro.

-Te lo leo si me muestras el teléfono. Le digo.

Ella pensó un momento y me hizo señas que la siga, ella caminaba por donde no daba la luz y cuando había una gran parte de claridad no quiso seguir.

-La luz no hace nada, mira. Le dije parado ahí, le extendió mí mano.

Ella dudo, me le aproxime y le estire hacía la claridad. Al verla en la luz su belleza era mas notoria, sentir su delgada mano entre las mías me gustó, se sentía tan bien, algo movió en mí estómago, en mí pecho.

Ella me miró, inclino su cabeza, estiró su mano libre y seco una lágrima de mí rostro que no sentí que se me salio, se me abrazo, como consolandome.

-No llores, te acompaño. Me aseguro.

Me guió hasta donde estaba el teléfono, note que tenía un candado.

-No se puede usar. Me queje.

-Ahora me lees. Me dijo.

-¿Quién es ella? Escuché preguntar a mí hermano y la niña escondió su rostro por mí cuerpo, prendiendose fuerte, la sentí temblar.

-NADIE QUE TE IMPORTE. Le respondí.

-Hey, dale, es tu novia, no te la voy a sacar, de seguro es fea como vos. Me dice mí hermano.

-AZUL. NO APRENDES. Apareció la empleada molesta.

Cuando ella se apartó de mí vi como mí hermano la miro, sabía que se quedó impresionado como yo lo estaba.

La empleada se la llevo a los jalones, eso me molestó.

-Entonces, ella es tu novia. Indagó mí hermano.

-SI Y QUE. Le mentí para que ni se le ocurra tocarla.

- ¿QUÉ HACES CON AZUL?. Escuché que mí abuelo le dijo al verla.

-Ella no va a molestar. Le respondió nerviosa.

-NO OLVIDES DE ALIMENTARLA. Le encargo mí abuelo.

-Si señor. Le dijo la empleada.

-AUN SIGUE TENIENDO SENSIBILIDAD A LA CLARIDAD. Indagó mí abuelo.

-Si. Le respondió la empleada.

-Ven Azul, ven. La llamo mí abuelo.

Ella se aproximó con timidez. Mí abuelo le elevó el rostro.

-TIENES UNOS OJOS PRECIOSOS, TENGO ESTO PARA TI, TE AYUDARA A VER MEJOR. Le dice mí abuelo entregándole un par de gafas pequeñas de marco oscuro.

-SE GRADUA SEGUN LA LUZ. Le dijo al colocarle.

-Yo veo bien en la oscuridad. Le dijo Azul a mí abuelo.

-PERO HAY COSAS EN LA LUZ QUE ES BUENO QUE PUEDAS VER. Le dijo mí abuelo.

Ella asintió y se fue con la empleada.

Mí abuelo elevó la mirada hacía mí serio.

-ES UNA NIÑA MUY BUENA, NO LE HAGAS NADA MALO, ME ENOJARE MUCHO SI LO HACES. Me dijo serio.

-NO CREO QUE LO HAGA, ES SU NOVIA. Apareció Dante diciendo.

-NO QUIERO ESCUCHAR ESAS ESTUPIDECES AQUI, ES UNA NIÑA Y NO LA VAN A USAR DE ESE MODO, NI DEBEN TOCARLA. Rugió mí abuelo enfurecido.

-NO LE HICE NADA, ES ESTE QUE INVENTA. Le dije a mí abuelo.

-NO LOS QUIERO CERCA DE ELLA. Nos ordenó.

Se alejo hacía la habitación del teléfono.

-¿Cómo se te ocurre decirle? Le pregunto molestó a Dante.

-QUE TIENE, SI ES TU NOVIA, O NO. Se me burla.

Durante la comida, solo pensaba en Azul, la buscaba con la mirada. Cuando mí abuelo salió con el grupo que vino para pescar y mí abuela se quedó en la cocina ordenando la merienda para cuando regresen los huéspedes, aproveche y la busque.

Me dirigi a la habitación donde estaba en la mañana. Ella estaba acurrucada en un rincón llorando. Al verme se enderezó ante mí.

-¿Qué pasa? Le pregunté.

No me gustaba verla así.

-Me llevarán con mí madre. Me dice entre sollozos.

-Y eso es malo. Indague sin entender.

-No me quiere. Dijo.

-¿Por qué? Le pregunté.

-Me dejo con mí abuela y ahora que ella murió, me llevan con mí madre que solo acepta por la pensión que recibirá por mí. Me cuenta

- ¿Pensión? Le pregunto afligido.

-Solo por interés, si no recibieran esa ayuda económica no me aceptarían. Comenta.

Observe con cuidado a Azul, no me había dado cuenta de lo hermosa que era físicamente además de cara y despertaba emociones en mí.

Suspiro incómodo, mí hermano tenía revistas que mostraban imágenes y me enseñaba para burlarse de mí al ver mí cara.

"Así te haces hombre", aseguraba entre risas.

"No puedes pensar en eso, ella sufre y tu imaginando otra cosa" me reprochó.

En eso escucho que alguien viene.

-Debes irte. Me dice Azul asustada.

Salí por donde había salido la otra vez.

Al llegar a la sala estaba mí abuelo junto a Dante.

-AQUI ESTAS. YA VIENE SU PADRE. Me anuncio.

-¿Viene a buscarnos?. Indague.

-No quieres dejar a tu novia. Me susurra Dante.

-JUNTA TUS COSAS. Me ordenó mí abuelo.

Me encamine a mí cuarto, la verdad no me quería ir.

-Llevatela en la maleta, ella es chiquita. Me sigue Dante burlándose.

Llego mí padre y emprendimos el regreso a casa.

- Conseguí que vayan a un internado. Nos anuncio.

-¿Qué?, te quieres deshacer de nosotros. Le dice Dante molestó.

- NO, NO ES ASI, PIENSO EN SU FUTURO, POR MI TRABAJO NO PUEDO ATENDER DE QUE VAYAN A CLASES, LLEVARLOS, TRAERLOS...

- PODEMOS IR SOLOS. Le dice Dante.

- Y QUE COMAN, SE VISTAN, HAGAN SUS DEBERES...

- SOMOS GRANDES, NOS MANEJAMOS, NO PERDERE A MIS AMIGOS. Insiste Dante.

- NO, NO QUIERO QUE VAYAN POR MAL CAMINO, ADQUIERAN VICIOS QUE LOS PERJUDIQUE, Y SE LO POCO RESPONSABLE QUE ERAS, QUE ME ASEGURA QUE CUMPLAS CON TUS OBLIGACIONES Y SIN ESTUDIO NO SERAS NADA, TERMINARAS PIDIENDO EN LAS CALLES, PORQUE ASI COMO MURIO SU MADRE, ME PUEDE PASAR A MI, Y QUIERO ASEGURARME QUE TENGAN UN FUTURO, SABER QUE TIENEN UNA CAPACITACIÓN Y PUEDAN SUBSISTIR POR SI MISMOS. Nos dice severo mí padre.

- POR SI NO LO SABES, NUESTRA MADRE NOS ENSEÑO, MIENTRAS TU ESTABAS EN TU TRABAJO NO SE DONDE PORQUE JAMAS NOS DIJISTE Y QUIEN DICE QUE TENGAS OTRA FAMILIA Y SOLO TE DESHACES DE NOSOTROS COMO SIEMPRE. Le discute Dante muy molesto.

- JAMAS ENGAÑE A TU MADRE, Y SI NO LES DIGO DONDE ESTOY ES PORQUE NO ME PREGUNTARON A MI, PERO TU MADRE SIEMPRE SUPO. Le responde enojado mí padre.

-HAS LO QUE QUIERAS, SOLO QUIERES LIBRARTE DE NOSOTROS, NUNCA NOS QUISISTE CERCA, SIEMPRE SOLO FUE MAMÁ LA QUE ESTUVO POR NOSOTROS, Y AHORA QUE ELLA NO ESTA TE DESHACES DE NOSOTROS PARA TENER LA PISTA LIBRE Y PODER ANDAR CON LAS MUJERES QUE QUIERAS SIN LA MOLESTIA DE TUS HIJOS. Le dice Dante.

-NO ESTUVE PORQUE FUI EL UNICO QUE TRAÍA PLATA A LA CASA. Le responde mí padre tratando de hacerle entender.

Permanecía callado, no quería opinar, ellos siempre discuten así.

-ADEMAS IRAN EN UN INTERNADO QUE ES MIXTO. Anuncia mí padre.

Al decir a Dante que es uno mixto, era como decirle conocerás jovencitas, porque Dante se daba de ganador, note que eso lo relajo de algún modo, le gustaba la idea de poder poner en práctica lo que sabía, según él conocía como conquistar a las chicas.

-¿Viviremos en el internado? Le pregunté a mí padre.

-Solo entre semana, tienen clases a la mañana, pueden almorzar en el comedor, a la siesta tienen libre y a partir de las cuatro de la tarde hay gimnasia un día, otro es hora artística, otra de baile, otro musical, los fines de semana estaremos en casa. Me respondio.

Así fue que nuestras vidas cambiaron, éramos los tres siempre, con los años supe que mí padre tenía sus relaciones, que eran solo ocasionales, y jamás se mostraba ante nosotros con ninguna.

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