Capítulo 3 (continuación)

Me quedé en la cocina por un rato más, con los ojos fijos en la taza de café ya frío que había olvidado sobre la mesa. El reloj marcaba las 8:17, pero en esa casa el tiempo nunca tenía sentido. Afuera, el sol brillaba como si todo estuviera bien, como si el mundo no supiera que por dentro me estaba rompiendo en pedazos.

Escuché a mamá reír desde el pasillo. Esa risa que tan rara vez me regalaba a mí. Era para él. Siempre para él. Para el hijo perfecto, el niño de los trofeos, el que, aunque no hiciera nada, ya lo había hecho todo bien.

Me levanté con torpeza, como si cada movimiento costara una parte de mí. Me acerqué a la puerta del comedor y miré sin querer mirar. Mi hermano estaba sentado en la mesa, con su uniforme de fútbol y el cabello despeinado. Mamá le acariciaba el cabello como si fuera un bebé. Le servía jugo, le ponía pan en el plato, le sonreía como si no existiera nadie más en el mundo.

Entonces, él me vio. Me miró un segundo, solo uno, y volvió a ignorarme como si yo no fuera más que una sombra cruzando por su periferia. Mamá ni siquiera notó que estaba ahí. O sí, pero decidió no decir nada. Lo mismo de siempre.

Volví a mi cuarto sin decir palabra. Cerré la puerta despacio, como si hacer ruido fuera un crimen. Me senté frente al espejo. Me miré con rabia. El cabello enmarañado, los ojos hundidos, el rostro cansado. Me toqué el rostro como si no fuera mío. Como si estuviera viendo a una extraña.

¿Qué tiene él que no tenga yo?

La pregunta era un eco constante. Un cuchillo sin filo que no cortaba, pero raspaba cada parte de mí, lento, cruel.

—No es que seas invisible, Aika —me dije en voz baja—. Es que eligieron no verte.

Y eso dolía más que cualquier golpe. Porque ser ignorada no era accidental. Era una elección. Y ellos la hacían todos los días.

Quise llorar, pero no me salían las lágrimas. Como si mi cuerpo ya se hubiera acostumbrado a tragar la tristeza. Me levanté, abrí el cajón y saqué una hoja. Comencé a escribir sin pensar:

"Hoy me volví a sentir como un mueble. Estaba ahí, pero nadie lo notó. Mamá no me miró, no me habló. Le sirvió el desayuno a mi hermano como si fuera un rey y yo... como si ni siquiera mereciera migajas. ¿Cuánto más me va a doler esto sin que me parta en dos? Tal vez ya me partió, y ni me di cuenta."

Doblé la hoja y la guardé bajo el colchón, con las demás. Era la única forma que tenía de no explotar. Escribir era mi grito mudo, mi defensa contra el vacío.

Al rato, tocaron la puerta. No fue mamá. Nunca era ella. Fue mi hermano.

—¿Qué quieres? —dije sin mirarlo.

—Nada. Mamá me dijo que te avise que vayas a comprar pan.

Obvio. Claro. Para eso sí servía yo. Para los mandados.

No respondí. Solo me puse los zapatos y salí, sin esperar nada. En el camino, el aire frío me despejó un poco la mente. Me gustaba caminar sola, aunque fuera con un objetivo tan absurdo como comprar pan. Era el único momento en que nadie me exigía nada. Nadie me miraba con decepción o indiferencia.

Pasé frente a la escuela. Vi a un par de chicas de mi curso riendo en la vereda. Me escondí un poco detrás de un árbol, no porque tuviera miedo, sino porque no quería que me vieran así: rota, vacía. Ni siquiera recordaba cómo se sentía ser parte de algo.

Compré el pan y volví a casa. Me recibió el silencio. Mamá ya no estaba en la cocina. El plato de mi hermano seguía ahí, casi intacto. Supongo que él también tenía sus momentos de desprecio, aunque nunca lo mencionaba.

Dejé la bolsa sobre la mesa y me encerré otra vez. Volví a mi rincón. Me senté en la alfombra, mirando la ventana.

Y por un segundo, solo uno, me imaginé una vida distinta.

Una casa donde alguien me esperara. Donde el pan que llevara de vuelta fuera para mí también. Donde no tuviera que esconder lo que sentía para no incomodar. Una casa donde aprender a quererme, no a odiarme.

Pero eso era solo un pensamiento.

Y en esta casa, los pensamientos así, se mataban rápido.

Capítulos
1 introducción
2 Capítulo 1 – Lo que nunca me tocó
3 Capítulo 2 – El rincón de los invisibles
4 Capítulo 3 – Bajo la sombra de un apellido
5 Capítulo 3 (continuación)
6 Capítulo 4: El peso de no ser vista
7 Capítulo 5: Cosas que no se dicen en voz alta
8 Capítulo 6: Las palabras que nadie escucha
9 Capítulo 7: Cuando te miro fingiendo que no me importas
10 Capítulo 8: A veces fingir duele más que perder
11 Capítulo 9: Aunque no esté, sigo siendo su elección
12 Capítulo 10: El día que Hikaru cruzó la puerta
13 Capítulo 11: Caminando lejos, volviendo al mismo lugar
14 Capítulo 12: Cosas que nadie ve
15 Capítulo 13: Las cosas que no sabíamos decir
16 Capítulo 14: Lo que no nos dejan sentir
17 Capítulo 15: Entre ausencias y nuevos horizontes
18 Capítulo 16: Bajo el cielo de piedra
19 Capítulo 17: Sabores que sellan promesas
20 Capítulo 18: Vuelos que pesan, miradas que hieren
21 Capítulo 19: Donde la casa ya no duele igual
22 Capítulo 20: El regreso de lo que nunca se fue
23 Capítulo 21: Donde las máscaras se afilan en silencio
24 Capítulo 22: Lo que no se dice, también pesa
25 Capítulo 23: Las verdades que se cuelan por la rendija
26 Capítulo 24: No es lo que digo, es lo que no puedo decir
27 Capítulo 25: Lo que se ama, se cuida
28 Capítulo 26: Lo que mis ojos vieron, mi corazón no quiso creer
29 Capítulo 27: Cuando el corazón se apaga
30 Capítulo 28: Ecos de lo que no se dijo
31 Capítulo 29 – Dudas en silencio
32 Capítulo 30 – El valor de mirar atrás
33 Capítulo 31 – Volver a construir
34 Capítulo 32 – Entre disculpas forzadas y pasos lentos
35 Capítulo 33 – Esa noche, solo tú y yo
36 Capítulo 34 – Lo que aún no puede ser
37 Capítulo 35 – Hasta que el destino nos reúna
38 Capítulo 36 – Ecos de un amor ausente
39 Capítulo 37: Silencios compartidos
40 Capítulo 38 – Fantasmas en el silencio
41 Capítulo 39 — El silencio de otro idioma
42 Capítulo 40: Lejos, pero no ausente
43 Capítulo 41 – El eco de su nombre
44 Capítulo 42 – Un año después
45 Capítulo 43: El silencio entre dos mundos
46 Capítulo 44: El día antes del final
47 Capítulo 45 — “El día que brilló el sol”
48 Capítulo 46 – Volver a empezar
49 Capítulo 47 – El vuelo hacia el comienzo
50 Capítulo 47 – El vuelo hacia el comienzo
51 Capítulo 48 – Solo faltaban unas horas
52 Capítulo 49 – Todo comienza de nuevo
53 Capítulo 50 – Flor
54 Epílogo – “Después de Todo”
Capítulos

Updated 54 Episodes

1
introducción
2
Capítulo 1 – Lo que nunca me tocó
3
Capítulo 2 – El rincón de los invisibles
4
Capítulo 3 – Bajo la sombra de un apellido
5
Capítulo 3 (continuación)
6
Capítulo 4: El peso de no ser vista
7
Capítulo 5: Cosas que no se dicen en voz alta
8
Capítulo 6: Las palabras que nadie escucha
9
Capítulo 7: Cuando te miro fingiendo que no me importas
10
Capítulo 8: A veces fingir duele más que perder
11
Capítulo 9: Aunque no esté, sigo siendo su elección
12
Capítulo 10: El día que Hikaru cruzó la puerta
13
Capítulo 11: Caminando lejos, volviendo al mismo lugar
14
Capítulo 12: Cosas que nadie ve
15
Capítulo 13: Las cosas que no sabíamos decir
16
Capítulo 14: Lo que no nos dejan sentir
17
Capítulo 15: Entre ausencias y nuevos horizontes
18
Capítulo 16: Bajo el cielo de piedra
19
Capítulo 17: Sabores que sellan promesas
20
Capítulo 18: Vuelos que pesan, miradas que hieren
21
Capítulo 19: Donde la casa ya no duele igual
22
Capítulo 20: El regreso de lo que nunca se fue
23
Capítulo 21: Donde las máscaras se afilan en silencio
24
Capítulo 22: Lo que no se dice, también pesa
25
Capítulo 23: Las verdades que se cuelan por la rendija
26
Capítulo 24: No es lo que digo, es lo que no puedo decir
27
Capítulo 25: Lo que se ama, se cuida
28
Capítulo 26: Lo que mis ojos vieron, mi corazón no quiso creer
29
Capítulo 27: Cuando el corazón se apaga
30
Capítulo 28: Ecos de lo que no se dijo
31
Capítulo 29 – Dudas en silencio
32
Capítulo 30 – El valor de mirar atrás
33
Capítulo 31 – Volver a construir
34
Capítulo 32 – Entre disculpas forzadas y pasos lentos
35
Capítulo 33 – Esa noche, solo tú y yo
36
Capítulo 34 – Lo que aún no puede ser
37
Capítulo 35 – Hasta que el destino nos reúna
38
Capítulo 36 – Ecos de un amor ausente
39
Capítulo 37: Silencios compartidos
40
Capítulo 38 – Fantasmas en el silencio
41
Capítulo 39 — El silencio de otro idioma
42
Capítulo 40: Lejos, pero no ausente
43
Capítulo 41 – El eco de su nombre
44
Capítulo 42 – Un año después
45
Capítulo 43: El silencio entre dos mundos
46
Capítulo 44: El día antes del final
47
Capítulo 45 — “El día que brilló el sol”
48
Capítulo 46 – Volver a empezar
49
Capítulo 47 – El vuelo hacia el comienzo
50
Capítulo 47 – El vuelo hacia el comienzo
51
Capítulo 48 – Solo faltaban unas horas
52
Capítulo 49 – Todo comienza de nuevo
53
Capítulo 50 – Flor
54
Epílogo – “Después de Todo”

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