Capítulo 03.

Me encontraba en mi última clase del día tomando nota de lo que él profesor estaba explicando cuando suena el timbre indicando que la clase había terminado. Guarde mis cosas al igual que mis compañeros para después salir del salón

Después de lo ocurrido en las gradas no he vuelto a hablar con los chicos, los había visto en clase pero cada quien estuvo por su lado. Mientras caminaba hacia la salida me desvíe dirigiéndome a mi casillero para dejar los libros y cuadernos que no iba a ocupar esta tarde ya que eran de materias en las que no me dejaron tarea.

Una vez que termine de acomodar mis cosas reanude mi camino hacia la salida y justo cuando estuve a punto de llegar escucho que hay mucho ruido afuera como si hubiera una pelea. Sin detener mi ritmo me dirigí hasta ahí sin importarme quienes se estaban peleando, solo quiero irme lo más rápido que puedo del colegio. Me detuve de golpe al escuchar los nombres de los contrincantes.

—Apuesto cincuenta a que Jack noquea a Hazen.— Dijo uno de los estudiantes emocionado por las apuestas que se están llevando acabo.

Sin bajarme de los escalones de la entrada pude ver como en un descuidó de Jack, Hazen le da un puñetazo fuertemente en el rostro dejándome sorprendido. Jack no se quedó atrás y se lo regreso de la misma manera logrando que Hazen pierda el equilibrio pero antes de caer hace una maniobra para llevarse a Jack al suelo junto a él. Ahora que ambos se encuentran peleando en la tierra me era difícil seguir viendo la pelea por la bola de personas que se encontran a su alrededor.

Ninguno de los estudiantes los iba a separar, no si podían tener un poco de diversión antes de irse a sus casas, así que no falta mucho tiempo para que alguno de los profesores o algún otro trabajador del colegio se enteraran de lo que esta sucediendo y los separaran. Como había previsto, a mi lado izquierdo paso uno de los profesores junto con uno de los conserjes y el director. Sin darle más importancia a la pelea me dirigí hacia el estacionamiento notando que Josh ya se encuentra ahí.

—Buenas tardes Lee.— Saludo mientras abría la puerta trasera del auto.— Espero que le haya ido bien el día de hoy.

—Igualmente Josh— Le dije con una pequeña sonrisa.

Josh lleva trabajando ya unos diez años para mis padres, y él siempre se encarga de llevarme a donde quiera ir. Es un hombre agradable y sin importar qué, siempre me recibe con una sonrisa. Tiene alrededor de cuarenta años y por lo que sé tiene dos hijas y una esposa a las que ama demasiado. He tenido la oportunidad de hablar pocas veces con ellas, son muy amables y agradables, saben como hacerte sentir como en casa.

Una vez arriba del auto volteé a ver por la ventana hacia la entrada del edificio en donde Hazen y Jack se estaban peleando notando como se los llevaban a ambos hacia la dirección. Sé que a ninguno de los dos los van a expulsar, tal vez a suspender unos cuantos días pero lo dudo ya que el padre de Jack tiene gran influencia en el colegio y a Hazen la única vez que lo suspendieron fue cunado lo encontraron drogándose debajo de las gradas de la escuela. Así que lo más probable es que mañana me los encuentre en los pasillos.

...🥀♡🥀♡🥀...

De camino a casa le dije a Josh que se desviará hacia el centro comercial ya que quería comprar unas prendas nuevas que llamaron mi atención hace un tiempo pero que hasta hoy me animé a obtenerlas.

Me encontraba afuera de la tienda de ropa indeciso en si entrar o volver otro día. Tenia más de un mes atreviéndome a venir y comprar las lindas faldas que había visto hace un tiempo, y sé qué si me iba a casa tendría que esperar otro mes para volver a sentirme lo suficiente valiente como para venir y pararme delante de la tienda. A diferencia de Nash, yo no me siento valiente como para comprarlas y usarlas en público.

Tomando un fuerte respiro y sin pensarlo dos veces entre a la tienda. Rápidamente llego a mi nariz un olor a vainilla y en toda la tienda se escuchaba una canción de un grupo musical conformado por puras mujeres, aunque la letra habla de empoderamiento femenino me hizo sentir valiente como para acercarme a la sección de faldas.

Mire los diferentes tipos de estilos, algunas faldas son muy largas, otras más cortas y están hechas de diferentes telas y colores, unas son más ligeras que otras pero todas coincidían en algo y es que son hermosas.

—Buenas tardes, ¿lo puedo ayudar en algo?— Escuche una voz de mujer detrás de mi haciéndome sobresaltar. Di media vuelta dándome cuenta de que era una de las empleadas del lugar.

—Yo...— Susurre sintiéndome nervioso.

—Como puedes ver tenemos muchos estilos diferentes.— Hablo con confianza la chica dirigiéndose a las faldas que tiene enfrente.— ¿Cuál consideras que le pueda gustar a tu novia?— Pregunto segura de sus palabras.— ¿O es para alguna hermana o amiga?— Volvió a preguntar sin apartar su mirada de mi.

¿Lo que estoy haciendo esta bien?

A muchas personas no se les hace normal ver a chicos con ropa de "mujer", y muchos de los que se atrevían a utilizarla atraían miradas y palabras de burlas. La diferencia con Nash es que él sabe como utilizar su expresión corporal para hacer que las personas se sientan intimidadas con su presencia y decidan ahorrarse sus comentarios. Pero yo no soy como él y lo sé muy bien. Sé que a mi sí me afectan esos comentarios, incluso si no iban dirigidos hacia mi. El simple hecho de estar en el mismo lugar que esas personas groseras y escuchar todo lo que dicen me afecta.

Y no me hace para nada feliz venir a una tienda y que los trabajadores piensen que porque eres hombre y estas en la sección de "dama" a fuerza tienes que comprar ropa para alguna de las mujeres que conoces cuando claramente puedes venir a esa sección y comprar la ropa para ti.

—¿Y bien...?— Volvió a preguntar la trabajadora.

Reuniendo todo el valor que tengo e ignorando la sensación en mi pecho agarre las tres faldas que estuve viendo desde que llegué con el mismo estilo pero diferente color. Rosa, azul y morado, todas en tonalidades pastel.

—Quiero llevar estas tres.— Señale las prendas.

No estoy seguro de lo que hacia, ni siquiera si las iba a utilizar en público, de lo único que estoy seguro es de que me las llevaría a casa y las escondería hasta el fondo del armario donde sé que nadie las vería al igual que las pantis que utilizo. La única que sabe de mis gustos a la hora de vestir es Emily una de las chicas de la limpieza, y fue porque en un descuidó mezcle la primer panti que había comprado por impulso con la demás ropa sucia que tenia y al momento de que lavara la ropa se dio cuenta de ella.

Recuerdo que cuando me la devolvió ya limpia estaba tan asustado de lo que me fuera a decir pero lo único que hizo fue darme una sonrisa tranquilizadora, decirme que tenía buen gusto y que no le diría a nadie. A la semana me sorprendió con un paquete que contenía cinco pantis más.

Sonriendo ante el recuerdo me dirigí junto con la trabajadora hacia la caja para pagar. De camino ahí mire que también venden un estilo de calcetas que llegan por encima de la rodilla, recuerdo que una vez mire a una chica utilizarlas en un comercial que pasaron el la televisión, habían llamado tanto mi atención que no pude sacármelas de la cabeza durante dos semanas. Sin pensarlo dos veces agarre tres paquetes del mismo estilo que son de color blanco con dos líneas que llegaban hasta las rodillas. Rosa, azul y morado al igual que las faldas.

Una vez que pague y me dieron mi compra me marche de ahí. Cuando estuve caminando hacia el estacionamiento me sentí más tranquilo por lo que había hecho y emocionado por llegar a mi casa y probarme todo. Había guardado las faldas con los pares de calcetas dentro de la mochila para que nadie se diera cuenta y preguntara cosas al respecto al llegar a casa. En especial si me llagaba a encontrar a mi madre ya que ella era una persona muy curiosa aparte de ser muy exigente.

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