Mariel: Entre 2 Mundos

Mariel: Entre 2 Mundos

Capítulo 1

La promesa rota

El amanecer iluminaba suavemente las montañas del mundo semibestia, pero para Mariel, el día se sentía gris.

Hoy hbía cumplido los veinte años.

El día que él le prometió regresar.

Caleb, su alma gemela.

El único que, desde niña, supo leer sus silencios, consolar sus miedos y besar su alma antes que sus labios.

Cinco años atrás, cuando ella apenas tenía quince, Caleb regresó a la Tierra para atender sus responsabilidades.

“Volveré cuando cumplas veinte, lo juro,” le había dicho aquella noche bajo las estrellas, acariciándole la mejilla con ternura.

Pero el día llegó. Y Caleb no.

Mariel caminó en silencio por el jardín, con la brisa helada en la cara, sin poder detener la opresión en el pecho.

No lloraba, no aún. Pero sus ojos cargaban el peso de la espera… y del abandono.

Fue entonces cuando Isac, su hermano mellizo, la encontró sentada bajo el árbol donde solía esperarlo.

—¿Aún nada? —preguntó, su voz baja, cuidada.

Ella negó con la cabeza.

—Lo prometió, Isac… Prometió que regresaría. —susurró, bajando la mirada.

Isac apretó los puños en silencio.

Odiaba ver a su hermana así.

Siempre había sido fuerte, decidida, valiente.

Y ahora la veía rota por alguien que no había cumplido su palabra.

—Tal vez no puede volver, —dijo con suavidad—. Pero si no puedes encontrar respuestas aquí… ve por ellas.

Mariel alzó la mirada.

Y en ese momento supo lo que tenía que hacer.

Horas más tarde, los cinco esposos de Luciana estaban reunidos en el salón principal.

Luciana observaba en silencio, sin interrumpir.

Y frente a todos, Mariel, de pie con el rostro firme, soltó la decisión que llevaba en el pecho.

—Voy a ir a la Tierra. Lo buscaré. Necesito saber por qué no volvió.

Garrik se levantó de golpe.

—¡No! ¡Ni hablar! No voy a dejar que mi hija cruce sola a ese mundo lleno de peligros.

Kael frunció el ceño.

—Mariel, entiendes que ser el portal te debilita. Si algo pasa…

—Lo sé. Pero no puedo quedarme aquí esperando eternamente. ¡Él es mi alma gemela! Algo le pasó. Lo siento.

Lior desvió la mirada, sabiendo lo que significaba sentir a alguien en la distancia.

Tairon se mantenía en silencio, pero su ceño reflejaba su preocupación.

Rhazan, directo como siempre, murmuró:

—Y si simplemente no quiso volver… ¿lo aceptarías?

Mariel tembló, pero no retrocedió.

—Lo aceptaré… solo si me lo dice él. A la cara.

Fue entonces cuando una nueva voz habló desde la entrada.

—Entonces no irá sola.

Todos se giraron.

Valen.

El primogénito.

Fuerte. Inteligente. Líder por naturaleza.

—Isac irá con ella. —dijo con firmeza—. Es su hermano mellizo, su protector. Y entre ambos… pueden abrir el portal sin ponerla en peligro.

Isac dio un paso adelante, sin apartar la vista de sus padres.

—Confíen en nosotros. Ya no somos niños. Y no voy a dejar que Mariel sufra sola.

Luciana se acercó finalmente, con los ojos brillando por las lágrimas.

Acarició el rostro de su hija, besó su frente y susurró:

—Entonces ve. Encuentra tus respuestas. Pero vuelve a casa, hija. Con el corazón completo… o libre.

......................

El regalo de un hermano

La habitación de Mariel estaba iluminada por la luz dorada del atardecer, y el aire olía a hojas secas y flor de luna.

Sobre su cama, cuidadosamente extendidos, yacían los vestidos que su madre le había confeccionado con tanto amor a lo largo de los años.

Vestidos con bordados del mundo donde provenia su madre, La Tierra.

Telas suaves y ligeras, telas con brillos nacarados y hermosos colores, ropa de invierno por si acaso.

Mariel los dobló con paciencia, una prenda tras otra, con la misma delicadeza que si estuviera guardando recuerdos.

También preparó frascos con ungüentos, pequeñas armas ocultas entre joyas, y libros antiguos con hechizos simples.

Iba decidida, pero no imprudente.

Mientras ajustaba las cintas del bolso de viaje, sintió unos brazos rodearla por la espalda.

No se asustó. Ese calor lo reconocería en cualquier parte.

—Valen… —susurró con una sonrisa.

Su hermano mayor la abrazó con fuerza, apoyando su barbilla en su hombro.

Tenía la misma voz grave de su padre Kael, pero con la ternura de Lior cuando no había nadie mirando.

—No podía dejarte ir sin esto. —dijo él, sacando de su bolsillo una pequeña caja de madera tallada.

Mariel la abrió lentamente.

Dentro, reposaba un collar hecho de finas perlas nacaradas, suaves como gotas de luna.

El centro tenía una pequeña piedra azulada que latía suavemente, como si guardara un corazón propio.

—¿Es… del estanque? —preguntó, tocándolo con asombro.

Valen asintió.

—Las perlas son mágicas. Las recogí yo mismo.

—Cuando lo lleves contigo… y me necesites, solo tócalo con tus dedos y piensa en mí.

—Estaré contigo de inmediato, sin importar la distancia.

Mariel giró lentamente y se aferró a él.

—Te amo, Valen. Más de lo que puedo decir. Gracias por siempre cuidarme… por siempre creer en mí.

Él le acarició el cabello y apoyó su frente contra la de ella.

—Pase lo que pase, siempre daré la cara por ti. Nunca estarás sola, Mariel.

—Eres parte de mí. De todos nosotros.

La abrazó con fuerza una vez más, como si intentara retenerla un poco más.

Pero luego soltó el aire con resignación.

—Termina de empacar. Isac ya está preparando todo con Papá Rhazan para el cruce.

—Y mamá… está poniendo flores en tu bolso sin que te des cuenta.

Mariel rió con lágrimas en los ojos.

—Entonces me voy con un pedazo de todos ustedes.

Y así, con el collar en su cuello y el corazón latiendo fuerte,

Mariel se preparaba para enfrentar el mundo al que no pertenecía…

pero donde su alma gemela la esperaba.

......................

Cuando Mariel cruzó la puerta de la cabaña con su bolso al hombro y el collar de Valen descansando sobre su pecho, el aire olía a despedida.

A pesar de la fortaleza que intentaba mantener, su corazón palpitaba con fuerza, sabiendo que este viaje cambiaría todo.

Apenas dio unos pasos afuera, una figura corrió hacia ella con la velocidad del viento.

—¡Mari! ¡Espera!

Ciel, su hermanito menor —aunque ya no tan pequeño—, llegó hasta ella con los ojos brillando y los brazos extendidos.

La abrazó con fuerza, apretando el rostro contra su hombro.

—No quería que te fueras sin esto… —dijo entre jadeos, sacando de su bolsillo un pequeño estuche tallado con símbolos de la aldea de las sirenas.

Mariel lo abrió con cuidado.

Dentro descansaban unos delicados aretes de perla azulada, iguales al tono de los ojos de Ciel.

—¿Son del estanque? —preguntó ella, conmovida.

—Sí, pero son especiales. Papá Tairon me ayudó a prepararlos.

—Cuando los uses, y yo use el otro par, podremos hablar, aunque estemos en mundos distintos.

Mariel lo miró, sorprendida por la profundidad del gesto.

—¿Puedes hacer eso? ¿Tan joven y ya manejas la magia de comunicación?

Ciel infló el pecho con orgullo.

—No soy tan niño, Mari. Y tú eres mi hermana. Quiero poder ayudarte si algo pasa allá.

Ella lo tomó del rostro, acariciando su mejilla con dulzura.

—Eres un pequeño milagro, ¿lo sabías? Gracias por esto… me hará sentir que no estoy tan lejos.

—Prométeme que volverás. —dijo él en un susurro. Con él… o sin él. Pero volverás.

Mariel asintió, las lágrimas apretadas en su garganta.

—Lo prometo. No importa qué encuentre, volveré a casa.

Ciel le colocó los aretes con cuidado, besó su frente y se alejó lentamente, sin dejar de mirarla.

En su pecho, Mariel sentía el peso del viaje, pero también la fuerza de su familia.

Las perlas del collar de Valen,

los aretes de Ciel,

las caricias de su madre,

y los abrazos y consejos de sus padres y demás hermanos.

Era hora.

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Comments

Mitsuki G

Mitsuki G

O no en verdad este Celeb pidiendo permiso en la otra novela para estar con Mariel para reforzar el vínculo para luego irse y si la cambio por alguien espero que le vaya mal y que su madre adoptiva no lo reconozca más por jugar con alguien que era su alma gemela y que de verdad los mellizos encuentren esa paz y quién sabe alguien más que regresen con su familia y en verdad me emociona ver la continuación de Luciana con sus hijos aunque Ciel no creó que sea el menor ya me imagino que tuvieron más hermanos con los activos que son sus padres jeje

2025-03-30

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