Te quiero con las manos en la pared.

BASTIAN.

Me siento desconcertado por la reacción de mi cuerpo hacia "Perdición". No entiendo por qué siento esto después de tanto tiempo sin sentir nada. Me pregunto si es solo una reacción física o si hay algo más detrás de esto.

Miro a "Perdición" a los ojos y veo una chispa de interés en ellos. Me pregunto si ella también siente algo. Me doy cuenta de que necesito saber más sobre ella.

_ ¿Qué te trae aquí esta noche? _ le pregunto, tratando de sonar tranquilo.

Ella se encoge de hombros y sonríe ligeramente.

_ Vine a trabajar y a divertirme _ dice segura. Su voz me hipnotiza y me ha e sentir como si su lengua ya estuviera acariciando mi glande.

Me pregunto qué hay detrás de esa sonrisa. ¿Qué secreto esconde detrás de su máscara dorada?

De repente, Cedric se pone de pie y se aleja con la otra mujer, se van hasta la pista de baile la cual está abarrotada, desde ya me doy cuenta de que este nuevo club, generará muchísimos ingresos. Mientras tanto sigo observando en silencio a la mujer qué está a mi lado, se ve bastante joven para su edad.

_ ¿En verdad tienes 29 años? Cuestiono llevando mi vaso con licor hacia mi boca.

_ Sí, los acabo de cumplir. _ responde segura, sin titubear y yo asiento.

_ ¿Por qué una mujer tan bella escogió este trabajo? _ le pregunto perdido en su aroma.

_ Por necesidad.

De repente Cedric regresa y se sienta a mi lado.

_ ¿Qué tal, hermano? ¿Te gusta la compañía? me pregunta, sonriendo.

_ Sí, es muy atractiva y hermosa, digo, tratando de sonar neutral.

Cedric se ríe. _ Eso es un eufemismo, hermano. Ella es una hermosa diosa.

Me pregunto qué hay detrás de las palabras de Cedric. Y niego cuando siento una leve punzada en mi pecho, no quiero que nadie más diga que ella es hermosa.

De repente, "Perdición" se pone de pie y se para frente a mí.

_ ¿Quiere bailar conmigo, señor alemán? _ me pregunta, sonriendo.

Me siento tentado. Me pregunto qué pasará si acepto. ¿Qué secreto descubriré detrás de su máscara dorada?

¿Qué hago? ¿Acepto su invitación o me quedo sentado? Pienso en todo lo que han dicho Leonel y Cedric, es hora de abrirme a otras mujeres, de disfrutar de los placeres de la vida. Amé a Vanessa como no tienen idea, fue una relación larga de ocho años, y perderla fue demasiado doloroso, Pero estoy seguro de que ella estaría feliz si tan siquiera intento disfrutar una noche de mi vida después de cinco años de soledad.

Admiró la belleza de la mujer frente a mi, mis ojos delinean su boca y esos ojos verdes que me invitan a disfrutar, acepto su invitación a bailar y me pongo de pie, ofreciéndole mi mano. Ella la toma y me sonríe detrás de su máscara dorada. Me gusta el misterio que rodea su rostro, me hace sentir curioso e intrigado, sobre todo me gustan las sensaciones que despierta en mi cuerpo su cercanía, hace mucho tiempo no deseaba empotrar a una mujer contra una pared, devorarla y marcarla como me gusta, mi mi3mbro me está demostrando que el está dispuesto a todo está noche.

Mientras bailamos, siento su cuerpo cerca del mío, su calor y su energía. Me gusta la forma en que se mueve, con gracia y sensualidad. Su máscara me hace sentir que estoy bailando con una mujer misteriosa y peligrosa al mismo tiempo, y eso me gusta.

Pero lo que más me gusta es la forma en que ella se siente contra mí. Puedo sentir su excitación, su respiración agitada, y me hace sentir poderoso y deseado. Me doy cuenta de que ella también se siente atraída por mí, y eso me hace sentir confundido y emocionado al mismo tiempo, hace mucho no tengo a una mujer tan cerca de mí.

Mientras bailamos, ella sonríe satisfecha y me mira con ojos brillantes. Puedo ver el deseo en sus ojos, y me hace sentir que estoy en el lugar correcto, sobre todo que ella está dispuesta a complacer mis deseos.

_ ¿Te gustaría ir a un lugar más privado y reservado, perdición? _ puedo notar como mi voz eriza la piel de su cuello y eso me excita más.

_ Sí, me gustaría ir a un lugar más privado con usted _ contesta de forma irreverente.

Puedo ver el respeto en sus ojos. Sabe quién soy, el líder de la mafia alemana, y me trata con la deferencia que se merece.

Pero también puedo ver el deseo en sus ojos, el deseo de estar conmigo, de sentirme cerca. Me hace sentir poderoso y emocionado, y sé que esta noche va a ser una noche que disfrutaré al máximo, espero venga preparada porque llevo cinco años en asbtinencia y está noche me desquitaré.

La tomo de la mano y la llevo a un lugar más privado, un lugar donde podemos estar solos y disfrutar del momento. La máscara dorada sigue cubriendo su rostro, pero puedo ver el brillo en sus ojos, y sé que esta noche va a ser una noche inolvidable para ambos.

La habitación está en el tercer piso, es amplia, con muebles elegantes y una cama grande decorada con sábanas oscuras.

_ ¿Champán? _ le pregunto.

_ Sí.

Me acerco a la mesa en dónde está una cubeta con dos botellas de champán frío, sirvo una copa para ella y una para mí, le entrego la suya y ella la huele antes de tomar el primer sorbo.

_ ¿Qué estás dispuesta a hacer está noche, perdición? _ le pregunto aún de pie frente a ella.

_ Todo _ la seguridad con la que me responde me causa una er3cción casi dolorosa.

_ ¿Todo? _ pregunto y asiente. _ ¿Hasta complacer mis más bajos instintos?

_ Sí...

Le quito la copa dejándola sobre la mesa y le doy una orden clara:

_ Te quiero con las manos en la pared...

Me gusta su obediencia, y su sensualidad al caminar hacia la pared más libre de la habitación.

Con sus manos contra la pared, abre también las piernas y yo me me le pego por detrás palpando su cuerpo por sobre el abrigo, no encuentro nada sospechoso así que busco con rapidez el cinturón del mismo abriendo la prenda, cierro los ojos inhalando su olor, le quitó el abrigo lentamente y mi saliva se convierte en agua cuando veo lo que hay debajo.

Solo encuentro una pequeña lencería color plata, admiró su piel desnuda, pálida y bonita, tragó saliva cuando veo con más detenimiento como se

pierde ese hilo entre sus nalgas, me doy la vuelta y trago grueso al admirar sus perfectos pechos, grandes y redondos, bajo la mirada fijandome en su bonito ombligo adornado con un piercing de oro, lamo mis labios cuando llegó a ese lugar cubierto por un pequeño triángulo...

Definitivamente el seudónimo de perdición le queda perfecto.

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