Capítulo 04.

Después de que Cassian se ha ido, Tamara invita a Veronika a caminar con ella. Le comenta que es la primera vez que ve a una chica desinteresada en acercarse al príncipe heredero, mientras que las otra cuatro parecen hacer lo posible por llamar su atención, durante la cena, se veían tan ansiosas e incluso discutieron por quien se sentaría de los lados mas cercanos al príncipe y al final, fue Celina quien les puso el lugar.

— la chica de cabello azul y la rubia, ambas coqueteaban a su manera, una muy encimosa y la otra, fingiendo no tener interés.— comenta Tamara.

—¿y que como sabe que yo no finjo?, digo, podría ser mi estrategia.— pregunta Veronika.

—no parece que mienta, lo que me lleva a preguntarme, ¿por qué entro al palacio como candidata?— tenía esa curiosidad.

— mi padre...me obligo...ya sabe, aunque la ley diga que nuestros padres no nos pueden casar antes de los diecinueve, ellos aun no respetan que nosotras tomemos la decisión de con quien podemos casarnos.— se encoge de hombros.

Afortunadamente la ley ahora protege a las jóvenes evitando que sus familias las vendan al mejor postor cuando cumplen sus quince años, que según los hombres, es la edad perfecta para una mujer, aun así, aunque también este prohibido obligarlas, muchos no hacen caso y obligan a sus hijas a decir que ellas aceptaron ese matrimonio así sea si se casan con un viejo perverso.

—entiendo, pero, ¿que pasaría si su alteza se fija en usted?, él podría elegirla.— comenta Tamara.

—no lo creo, y espero que no lo haga, porque no tengo intenciones de casarme.— desvía la mirada.

Su plan es perder, toma el dinero de su padre y largarse a donde sea, puede incluso poner un negocio para subsistir, por eso necesito el dinero de ese señor.

— entonces buena suerte, señorita.— Tamara hace una reverencia para después darse la vuelta y seguir su camino.

Veronika la ve marcharse, pero se cruza de brazos preguntándose quien era ella, no recuerda si la mencionan en la historia, también se pregunta quien era ese chico que vino a molestarla.

—ella lo llamo...Ca...¿Castan?, no, no...Cassian...si, Cassian....—

Veronika se sobresalta, al recordar quien era esa chica, era Cassian Valencia, el segundo príncipe, el hermano menor de Calix, y si esa chica llamada Tamara lo llamo primo, significa que esa chica es una princesa, la hija del hermano del rey, ya que no puede ser hija de los hermanos de la reina, ya que ella se separo de su familia desde antes de casarse.

No pensó que fácilmente se encontraría con uno de los príncipes, pero no es importante, al parecer también piensa que ella está ahí porque quiere conseguirse un esposo de buen estatus, pero no, ella no se piensa casar, en su vida pasada ya lo hizo y no fue nada agradable, maldice en día en el que aceptó casarse con ese bueno para nada, en fin, al menos tuvo la suerte de que un camión lo arrollara y ella cobró una jugosa suma con el seguro de vida que hizo para él.

Veronika ve a todas las chicas regresar, siendo Larisa quien se acerca a ella preocupada porque no pudo asistir a la cena, mientras que Marion y su las otras dos, solo siguen su camino.

— es una pena que se haya perdido de la mejor comida, espero la próxima vez pueda asistir.— comenta Larisa.

— en realidad mi cena también estuvo buena y no me preocupa asistir a esas reuniones con el príncipe.— responde sin preocupación.

— entiendo, espero descanse bien, hasta mañana.— Larisa hace una reverencia.

Veronika le corresponde y regresa a su habitación, al entrar puede ver pétalos rojos tirados por toda alcoba, sobre la cama y muebles, la ventana estaba abierta y entraban un poco más de esos pétalos, así que la cierra rápidamente.

—pero que...¿cómo se supone que limpie todo esto ahora?— se queja.

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Otro día llegó y apenas Celina vino por ellas, Veronika le comenta sobre los pétalos en su habitación y que no pudo recogerlos porque no encontró una escoba. Celina se queda en silencio un momento y deja escapar un pesado suspiro.

— le diré a una doncella que lo haga y es mejor que de ahora adelante cierre bien sus ventanas.— le pide.

Veronika asiente y sigue su camino. Las cinco fueron llevadas a la biblioteca donde hay un escritorio para cada una y el material que necesitarán para sus estudios. Celina les presenta al profesor quien les pide tomar asiento para empezar la clase.

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—así que mi hermanito esta coqueteando con la chica que falto anoche.— comenta divertido.

Una sonrisa ladina se formo en los labios de aquel chico de cabellera dorado al igual que sus ojos, Calix Valencia, el príncipe heredero, quien disfruta de un desayuno en su preciado jardín de rosas.

—es raro que Cassian se interese en una dama.— comenta Sohel.

—lo es, deja que se divierta, quizás esa chica tiene algo que hizo que Cassian se interesará en ella.— total, solo es una candidata y si solo busca el puesto de princesa heredera o al menos un esposo de alto estatus, Cassian se dará cuenta de eso.

El niño de cabello blanco estaba sentado en la misma mesa que Calix y bebe un poco de té.

—¿que piensas hacer con las otras chicas?, anoche ninguna me agrado.— se queja Sohel.

—lo sé, todas son lo mismo, pero ya tengo un pequeño plan...— sonríe ladino.

—¿la reina no se enojara?— pregunta Sohel.

—no creo, no si sabe lo que hago, se lo diré mañana que me reúna con ella.— asegura

Conoce a su madre y si es algo para molestar a los de la corte, estará de acuerdo.

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