Ropa.

Capitulo 5

Ya paso una semana desde mi estadía aquí, no he hecho cosas muy productivas por decirlo así, he mejorado mis idiomas y mis modales en la cena, de resto me la pasé de aquí allá en el castillo.

No he hablado con santiago, desde ya saben, nuestro encuentro, he tratado de coincidir con él, pero es casi imposible, siempre está ocupado estudiando o algo así dicen los guardias, quiero ir a la habitación de mi tía, lo necesito en serio.

En eso me choco con Nicolás y los libros que tenía en la cabeza se cayeron.

— ¿practicando? - ruedo los ojos

— oh, sí, búrlate

— de nuevo María - dice angélica, esa señora me saca de quicio

— ¿por qué no salimos mejor? ¿No estás aburrida de las reglas?

— pero…

— este es tu castillo, tu reino, ¿tienes que pedir permiso? - sonrió ante sus palabras

— voy a cambiarme, te espero abajo en 20

— ¿María? ¿A dónde crees que vas?

— cambio de planes, se acabó la sesión de hoy, tomate el día libre - le sonrió, ella trata de refutar pero me voy antes

llego rápido a la habitación de, inmediato busco algo que ponerme, al final me pongo un vestido negro muy pegado y unas botas negras hasta las rodillas, tomo un pequeño abrigo blanco con pelo sintético o al menos eso espero y salgo

bajo rápidamente, pero no encuentro a nick, bueno no de inmediato, lo veo en el jardín hablando con santiago, decido acercarme

— hola - digo y nick que me estaba dando la espalda se voltea

— estás lista, vámonos

— ¿a dónde? ¿Te permiten usar ese tipo de ropa?

— ¿cómo que este tipo de ropa? - me cruzo de brazos mirándolo - explícate

— bueno, pensé que tenías prohibido la ropa provocativa

— ¿te parezco provocativa? - alzo una ceja

— tú no, pero tu intento de chica fácil a lo mejor si

—¿chica fácil? - dejo de sonreír

— sí, ya sabes, alguien que no está a nuestro nivel - me acerco amenazadoramente a él y nick se mete

— pues yo creo que estás preciosa, mejor vámonos

— yo voy - dice santiago y niego - es para saber que no se van a meter en problemas, no es como si me importara

— bien, ven con nosotros, pero muévete y no te acerques mucho, no quieres que te vean con alguien que no está a tu nivel - le saco el dedo del corazón y me dirijo a la salida

afuera había una camioneta, la camioneta que había visto antes, o bueno es muy parecida, nick se me acerco más y puso su mano en mi cintura

— ¿quieres aprender a manejar? - sonrió

— Aprenderá - santiago le quito la mano bruscamente - pero hoy manejo yo

— ¿la camioneta es tuya? - le pregunté a santiago, apenas todos estuvimos dentro y yo estaba de copiloto

— es de los dos - responde nick - hace un tiempo decidimos que todos los autos nos lo repartiríamos, seria de los dos para evitar complicaciones

— ¿por qué? - pregunta santiago

— por nada en especial - santiago se me acerca mucho y yo me pego aún más del asiento, su grande mano coge el cinturón y lo pasa delicadamente por mis pechos hasta llegar a su broche, por la sensación mis pezones se erizan, carajo, debí ponerme ropa interior

veo como santiago los mira por un momento y sonríe, se sienta nuevamente y arranca, sonrió y miro por el retrovisor, nick está furioso y tengo que morderme el labio para no soltar una carcajada

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La verdad me la pasé genial hoy, estuvimos en cine, vimos avatar, y me encanto, la idea fue de santiago y aunque nick no estaba muy de acuerdo, aun así entro con nosotros, fue un poco incómodo sentarme en la mitad de los dos, pero soporte esas casi tres horas de película.

— quiero un algodón de azúcar - dije a nick viendo un puesto de esos

— vamos - dejamos atrás a santiago y compramos uno de esos algodones, me encanto, hace tiempo no comía dulce

mi celular sonó, era Michelle, una videollamada, la rechacé y le sonreí a nick

— vamos - le dije

nos dimos la vuelta y en ese momento vi a santiago hablando con un grupo de chicas, me molesto un poco, me puse hasta nerviosa, ¿pero qué me pasaba? ¿Acaso estaba celosa? No, ja, claro que no

santiago me volteo a ver y yo desvié la mirada mientras comía mi algodón, de repente ya no me parecía tan dulce, de repente estaba muy amargo

— ¿vamos? - ni siquiera note cuando llego, pero me sobresalte al escucharlo

— ¿ya tienes sus números? - pregunto nick divertido

— ¿lo dudas?

— ¿Nos vamos ya? Qué insoportables - no sé en qué momento dije eso, solo sé que mis pies empezaron a caminar hasta el estacionamiento, llegue obviamente muy rápido y espere a que ellos llegaran.

Los vi hablar muy pesadamente mientras se acercaban, cuando llegaron estaba ese ambiente pesado y estoy segura de que no fue por mí, todo el camino estuvimos muy callados.

Antes de llegar mi celular volvió a sonar, era de nuevo Michelle, esta vez, no paso desapercibido y yo decidí contestar.

— Maldita zorra - fue lo primero que dijo y yo abrí los ojos

— hola a ti también - dije

— tu casero me dijo que habías salido del país

— oh - dije mirando de reojo a santiago

— ¿en dónde diablos estás?

— en un auto - sonrió

— eso ya lo sé, me refiero geográficamente en que país estas, si se puede saber

— Inglaterra - susurro, pero ella me escucho perfectamente, abre los ojos

— ¿qué haces allá?

— oh, bueno, ya sabes, una nueva vida

— ¿y no le pudiste decir a tu mejor amiga? - sus se pusieron llorosos y los míos automáticamente también