8. Mirada desafiante

Es una noche estrellada, Eliana calienta sus manos cerca de la fogata que los señores Romero hacen los sábados para los visitantes de su posada; ha recibido un mensaje de su hermano, la joven de quien se enamoró a primera vista ha aceptado el plan de ser un matrimonio ante el público e ir haciendo creciendo ese amor que ha nacido.

- "¿Puedo sentarme?", preguntó Alex acercándose a ella.

- "Supongo, no hay nadie ahí", respondió Eliana.

Alex se sentó al costado, estira su brazo y le entrega una medalla, aún conserva aquel dije de tres niños.

- "Lo encontré al pie del río cuando volví, pensé que podía ser tuyo", comentó Alex.

- "Gracias, pensé que lo había perdido para siempre", expresó Eliana con cierta melancolía.

Le había pertenecido a su madre, y aunque no entendió por qué su padre ordenó deshacerse de todos los objetos de su madre, ella pudo guardar aquel dije como recuerdo.

- "Debe ser importante, te has emocionado", dijo Alex.

- "Es un recuerdo de mi madre, en verdad gracias por salvarme en la mañana y por devolverme esta medalla. Eres el nieto de doña Amelia, ¿verdad?", cuestionó Eliana.

- "Sí, mis abuelos dicen que sueles venir a este lugar, creo que es la primera vez que coincidimos", respondió Alex.

- "Aunque si eres el nieto de quien ella habla, creo conocerte. Ella está muy orgullosa del prodigioso cirujano pediátrico en que te has convertido, trabajando en el New York - Presbyterian, y estudió en la Universidad de Columbia; no quiero ofender, solo que ahora como estás vestido en verdad parece un ranchero", manifestó Eliana.

- "Es que también soy ranchero, digamos que este es el mundo que más me gusta; y el otro es un don que hasta hace poco no pude rechazar. Y cuando saliste del río parecías una trucha, así que ser un ranchero es mejor que eso", afirmó Alex.

- "Ja, ja, ja, ¿trucha?, nadie me había dicho trucha, pues la carne se considera generalmente sabrosa, ¿sabes?", inquirió Eliana.

- "No dudo que puedas ser sabrosa", dijo Alex, para luego arrepentirse por la expresión en el rostro de Eliana.

- "Cirujano pediátrico y ranchero, pero eres pésimo en galanteo", manifestó Eliana poniéndose de pie.

- "Lo siento, yo estoy fuera de práctica desde hace mucho. Solo quería decir que eres linda y terminé diciendo algo estúpido o inapropiado", expresó Alex poniéndose de pie de inmediato.

- "Voy a olvidarlo solo porque me salvaste la vida. Esta carne sabrosa no la vas a probar, tarado", dijo Eliana con mirada desafiante y se alejó.

Alex se dio un ligero golpe en la cabeza, y luego solo se volvió a sentar a mirar el fuego, para reírse solo, "¿qué estás haciendo?, como odio a Elizabeth, me sigue afectando su tracción, ni siquiera puedo despertar el interés de una chica", se dijo a sí mismo y empezó a tirar piedritas.

Por otro lado, Jonathan Safra regresa frustrado a la mansión, había viajado buscando a su hijo mayor y una vez más obtuvo una negativa de volver, y empezar a tomar el control de su imperio. Tiene que encontrar la manera de hacerlo volver.

- "Parece que estás muy molesto, tío", dijo Andrew Cerrón.

- "No sabía que estabas, Andy", expresó Jonathan. En ese momento Andrew le alcanzó un vaso con whisky escocés Chivas Regal Royal.

Andrew Cerrón es hijo de la prima de Jonathan, trabaja con su tío, con el afán de volverse su heredero al saber que sus primos no están interesados en los negocios; y como sabe que puede ser un peligro para su ambición su existencia, tiene planificado que cuando su tío se vea obligado a darle más control en la gran Corporación Safra, eliminar a Edward, Eliana y Mark Safra.

...Andrew Cerrón...

Edward y Mark no saben nada sobre los negocios, uno es médico y el otro modelo; así que le parecen rivales fáciles. La que realmente le preocupa es Eliana, es una experta financista, perspicaz y peligrosa, ella no pide el peligro y si lo desea, puede destruir a quien se convierta en su enemigo, así que con ella se maneja con una estudiada hipocresía.

- "Siempre estaré para ayudarte, tío. No vi a Eliana en casa", manifestó Andrew.

- "Estoy agotado con esa chiquita, hace lo que quiere todo el tiempo; le encontré un hombre adecuado para su esposo, que le dé la libertad que a ella le gusta, educado, inteligente, de buena y millonaria familia, del tipo caballero que tanto le gusta, y la muy impertinente lo arruinó todo. Seguro está por ahí, haciendo alguna de sus tonterías", dijo Jonathan con molestia y luego tomó un trago.

- "Eliana ha sabido obtener poder y dinero, es muy inteligente. Tal vez deberías encontrar algo con que negociar con ella; algo que ella no le deje más remedio que aceptar tu voluntad; algo que ni con su poder, ni con su dinero, pueda detenerte", expresó Andrew.

- "Tal vez tengas razón, tal vez pueda que tenga esa arma", manifestó Jonathan.

Jonathan Safra se quedó pensando en lo que dijo su sobrino, era algo peligroso adentrarse a un pasado que él también quiso olvidar, pero tal vez era la única manera que tenía para controlar a una hija que ya ha logrado sobrepasarlo.

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